lunes, septiembre 24, 2007

Rayos Catódicos (Cuando la tele valía algo)- CHEERS: DE COPAS EN BOSTON


Sin duda alguna una de las mejores sitcoms norteamericanas de la historia de la televisión. Poseedora de records de longevidad en antena y de número de galardones para una telecomedia, esta serie ambientada, en un concurrido bar de Boston, se ha convertido en todo un entrañable estándar televisivo y en una de las comedias de situación mas recordadas de la historia. En el aire en EEUU durante once años (1982-1993), su secreto estaba en unas historias inteligentemente divertidas y creíbles y en unos personajes carismáticos encarnados por un formidable elenco de actores.


Una barra en el plató

Pocos espectadores de la NBC podían imaginar hace 25 años (el 30 de septiembre de 1982), que estaban viendo a las nueve de la noche el primer episodio de una de las series de televisión mas significativas de todos los tiempos y que con el paso del tiempo se iba a convertir en todo un referente televisivo de los 80 y 90. Y es que Cheers, producida por la CBS Paramount Television y la productora independiente televisiva Charles-Burrows-Charles Productions, aunque empezó de manera timorata en cuanto a audiencias, pronto se haría con un público fiel y cada vez más amplio hasta convertirse en uno de los programas de mayor audiencia de la época y en una de las teelcomedias mas premiadas. Once temporadas en total es lo que permaneció en antena Cheers dejando detrás millones de fans en todo el mundo y hoy en día es considerada una de las mejores series de televisión cómicas de la historia.

Arriba: Kirstey Alley (Rebecca Howe), Rhea Perlman (Carla), Woody Harrelson (Woody), John Ratzenberger (Cliff), George Wendt (Norm ). Abajo: Ted Danson (Sam Malone) y Kelsey Grammer (Dr. Frasier Crane)

Cuando se emitió por primera vez, Cheers no era una sitcom al uso, ya que sus personajes no eran miembros de una familia o un grupo de amigos (al menos en un primer momento), sino los trabajadores de un negocio y sus clientes. Un bar era también un marco inédito para una serie de este tipo (de un solo escenario), pero que duda cabe que se prestaba enormemente para una telecomedia, era un filón que aún estaba por explotar. Los productores, los hermanos Les y Glen Charles y James Burrows decidieron situar su ficticio establecimiento en uno de los entornos con mas solera, historia y tradición de EEUU, como es la ciudad de Boston, Massachussets, en donde abundan los bares elegantes, antiguos y con sabor añejo, tal y como iba a ser Cheers. El bar bostoniano Bull & Finch Pub iba ser la referencia y de allí se iban a tomar los fugaces exteriores que servirían de salto para diferentes escenas en los capítulos, Aunque los interiores se rodaron en los estudios Paramount en Los Angeles ante público, el Bull & Finch iba a ver acrecentada su popularidad durante esos años, hasta el punto de que cambió su nombre por el de Cheers, aunque su interior no fuese el mismo que el del pub televisivo.


Abajo: la primera plantilla de Cheers: Sam, Diana (Shelley Long), Carla y el Entrenador (Nicholas Colasanto)

Cheers en un principio incluía cinco personajes principales, pero temporada tras temporada irá incorporando nuevos roles hasta superar al decena en sus últimos años. El protagonista de la función era el dueño y camarero del bar, Sam Malone (Ted Danson) una ex estrella del besisbol, antiguo lanzador de los Red Sox de Boston en edad precuarentona que tras superar los problemas de alcoholismo que arruinaron su carrera deportiva adquirió el lujoso y antiguo bar (fundado en 1895, según el logo del establecimiento), al parecer poco antes del primer episodio. Junto a el trabajaban en las primeras temporadas otros camareros: Ernie Pantusso, “El Entrenador” (Nicholas Colasanto), un sexagenario antiguo entrenador de Sam, amigo y confidente suyo, que cumple eficientemente su trabajo y es un hombre encantador, pese a ser un individuo inocente y atolondrado que se toma todo al pie de la letra, Carla Tortelli (Rhea Perlman) una italoamericana divorciada y madre de familia numerosa, irascible y sin pelos en la lengua que adora a Sam, su antigua estrella deportiva, por encima de todas las cosas; y Diane Chambers (Shelley Long), quien es contratada como camarera precisamente en el primer episodio dando lugar a todo el desarrollo de la serie. Diane (o Diana, como la conocimos por estos lares) es una joven atractiva y culta, con varias carreras, intelectual y cultureta que aspira a ser escritora; su incorporación a al plantilla del bar se debe a que abandonada por su prometido, no tiene donde caerse muerta y acepta el empleo. Sam intentará cortejarla durante toda la primera temporada, pero su carácter redicho, feminista, culto y ambicioso choca con el machismo y la falta de modales de Sam Malone, un hombre con fama de mujeriego. Entre ambos se establecerá una química que sustentará toda la serie durante algún tiempo: indirectas, frases de doble sentido, dimes y diretes en una tensión romántica que dejaba en un primer momento al duda en el espectador de si ambos se gustaban o no y si terminarían liándose. Sam, pese a todo, es un hombre encantador y extrovertido, buen jefe y cumplidor como amigo, del que la locuaz y un tanto pedante pero simpática Diana no tardará en enamorarse en la segunda temporada, aunque su relación posterior no será estable ni constante.

En las primeras temporadas, Cheers, mostró sus cartas y la manera en la que iba a tratar sus historias y guiones durante más de 10 años. Sam, sus camareros y sus clientes habituales se ven envueltos en cada episodio independiente en típicas situaciones y acontecimientos cómicos y pintorescos, propios de las comedias de situación. La interacción entre los personajesy la personalidad de cada uno movían la trama de cada episodio: la afición por las mujeres y la irresponsabilidad de Sam, el afán de protagonismo y el narcisismo intelectual de Diana, el carácter extrovertido y amistoso pero faltón de Carla y las divertidas ocurrencias y frases del despistado y senil Entrenador (responsable de los momentos mas cómicos de las primeras temporadas) eran garantía para mantener el interés en el episodio desde principio a fin. Junto con al plantilla, clientes habituales completaban el entrañable mapa humano del local. Norm Peterson (George Wendt), un gordito contable cuarentón casi siempre en paro incorporó en la primera temporada al prototipo del parroquiano fijo que es conocido por todos y que se sienta siempre en el mismo sitio del bar, siendo además reflejo del americano medio. Junto a el, desde al primera temporada y hasta el final de la serie en 1993 se encontraba otro de los clientes por excelencia del local, Cliff Clavin, un cartero solterón sabelotodo e impredecible que incorporó John Ratzenberger. Este personaje en las dos primeras temporadas no era fijo en todos los episodios y no aparecía en los créditos iniciales de la cabecera, pero poco a poco fue ganando protagonismo.


Hostelería a la americana

Aunque resulte increíble, se pensó en cancelar la serie tras la primera temporada debido a las pírricas cotas de audiencia obtenidas, aunque desde el primer momento la crítica alabó la originalidad del nuevo producto. El voto de confianza de la NBC y la productora propiciaron que la serie siguiese en antena alcanzando en los años sucesivos sus mayores éxitos y varios premios Emmy. Hasta su cancelación final en 1993 Cheers fue incorporando nuevos personajes, amplió los escenarios (ya no era solo el bar) incorporando apartamentos de los personajes y otros lugares, además de exteriores, y sus guiones fueron mejorando paulatinamente. Hay que decir que el trabajo de su estupendo reparto fue clave para la aceptación de la serie.

Aunque las historias de Cheers eran independientes de un capítulo a otro, en las seis primeras temporadas (en las que estuvo presente el personaje de Diana Chambers, interpretado pro Shelley Long), los flirteos entre Sam y Diana llevaron buena parte del peso de la trama, así como sus rupturas e incluso un intento de matrimonio fallido entre la dispar pareja. En la tercera temporada (1984), además, Diana encontró un nuevo amor que la ocupará también intermitentemente hasta la salida del personaje en 1987: el dr. Frasier Crane (Kelsey Grammer), un psiquiatra estirado, snob y sosainas que de personaje intermitente pasará a convertirse en fijo en los años siguientes hasta el fin de la serie. Sobra decir que el personaje de Frasier protagonizará desde 1994 el spin off más exitoso de la historia de la televisión. La interacción de estos dos personajes durante el tiempo que coincidieron también es antológica, ya que ambos competían en intelectualismo y narcisismo.

Momento para la historia: el primer beso de Sam y Diana

La serie se esforzó por captar varios elementos y situaciones de la sociedad norteamericana con una visión entre costumbrista y crítica que potenciaba la identificación de al serie y sus personajes con el espectador USA, pero también con el público del resto del mundo, tal era su acierto al reflejar la cotidianeidad: los problemas en el trabajo, los conflictos entre las clases trabajadoras (Sam, Carla) con otro tipo de estratos sociales (Diana, Frasier), las situaciones familiares, el afán por conseguir dinero, la rivalidad entre negocios, etc.

En la segunda mitad de la ochenta, la serie alcanza su mejor época, tanto en cuanto a calidad como en éxito. Nicholas Colasanto, que encarnaba al Entrenador, uno de los personajes más carismáticos de la serie, falleció en 1985. Su personaje de ficción, como otros en otras series ante este tipo de situaciones, también murió. Por ello, para la cuarta temporada, el bar “contrató” a un nuevo barman, Woody Boyd, un joven redneck de un pueblo de Indiana que será el nuevo dispensador de paridas y el “clown” de la función, superando en simpleza a su predecesor, que ya era decir. Woody será uno de los descubrimientos de la segunda mitad, con momentos tronchantes y cómicamente antológicos que solo un rustico ingenuo en la gran ciudad podía producir. El actor que encarnó a Woody no era otro que al actual estrella hollywoodiwense Woody Harrelson, en un registro cándido e ingenuo al que no volvería en años posteriores, además de estar bastante alejado de la imagen que el actor ofrece en su vida pública. En 1987, tras la salida de Shelley Long, se incorpora un nuevo rol femenino principal, la empresaria trepa Rebecca Howe (Kirstey Alley), quien dirige el bar desde cuando Sam decide vender el establecimiento a la Lillian Corporation. De la sexta a la octava temporada, Sam, quien es ahora un barman asalariado, intentará recuperar el negocio al tiempo que intenta ligarse a la fría y calculadora Rebecca. Lo consigue (la compra) al final de la octava temporada, pero Rebecca continuará en Cheers como camarera. La peculiar relación entre tensa y con atracción mutua entre Sam Malone y Rebecca será uno de los plot de fondo de la serie hasta su final.

Personal y clientela

El reparto de la serie funcionó a las mil maravillas durante los once años de emisión, aunque solo aparecieron en todos los episodios Ted Danson (Sam), Rhea Perlman (Carla) y George Wendt (Norm Peterson ) Cheers reunió a un colectivo de excelentes actores y actrices que recibieron varios premios por sus actuaciones, probando algunos de ellos fortuna en el cine con desigual resultado.

El personaje de Sam Malone, el central y más carismático de la serie, era el prototipo del soltero cuarentón apuesto, juerguista, mujeriego y despreocupado, que es adorado por sus clientes y amigos. Diana intentará meterle en cintura mas de una vez- manteniendo o no relación- aunque rara vez triunfará en su cometido. El romance entre Sam y Diana, tortuoso y con constantes altibajos, no tendrá ningún final feliz ya que la salida de Shelley Long de la serie fue justificada por una ruptura definitiva entre la pareja. Sam, no obstante, tendrá varias aventuras amorosas durante toda la vida del serial. Este antiguo jugador de béisbol tiene su principal complicidad en sus clientes Norm y Cliff, quienes muchas veces le aconsejan sobre que será lo mejor para su negocio, aunque al propio Sam muchas de las veces se el ocurren ideas no muy acertadas como dejar su puesto de camarero durante un tiempo y convertirse relaciones públicas del local o convertir a Cheers en cualquier cosa menos un bar (una sala de cine, un local de subastas). Sam también mantiene una estrecha amistad con la incorregible camarera Carla y con toda su numerosa familia. Sin embargo, su relación mas fraternal es la que mantiene con su viejo Entrenador, y después con el sustituto de este, el paletillo Woody, el cual idolatra y respeta a Sam como si de un hermano mayor se tratase. Ted Danson, había intervenido antes de Cheers en películas de entidad como Fuego en el cuerpo o otras mas olvidables como Creepshow, pero con la serie alcanzó su mayor cota de popularidad, lo que le relanzó de nuevo a Hollywood en productos mas bien inofensivos como Made in America, Tres Hombre y un Bebé, Lago Ness, o la mini-serie de TV Los Viajes de Gulliver. Casado con la actriz oscarizada Mary Steenburgen, Danson es un excelente y versátil actor que sin embargo no ha tenido toda la suerte que merecía en el mundo del cine.

Diana Chambers fue durante los cinco primeros años la referencia de la serie junto con Sam Malone. Su personaje de mujer intelectual, sabihonda y con labia (pero sumamente vanidosa) en un entorno de bebedores y obsesionados con el deporte y las mujeres producía un curioso y cómico contraste. Diana al final cae rendida ante Sam pese a las insalvables diferencias culturales y de visión de la vida de ambos. La joven se esforzará por que Sam (y el resto de la plantilla y clientes habituales del bar) supere la mediocridad, incluso ayudándole a que se saque el graduado escolar. La entrada en la palestra en la tercera temporada de Frasier producirá en Diana un dilema al tener que elegir entre el refinamiento y al inteligencia pero total falta de pasión del psiquiatra o la vitalidad y seguridad en si mismo pero total falta de fidelidad de Sam. La relación con Frasier tampoco resultará satisfactoria, por el exceso de ego de la camarera. Shelley Long, se compenetró perfectamnte con Ted Danson y su renuncia a al serie (que fue la única en el reparto fijo en los 11 años que duró) fue sentida por todos los seguidores de al misma. En 1993 volvió a intervenir en el antológico último capítulo. Long hasta ese momento habia intervenido en alguna mediocre película, siendo la alocada comedia Cavernícola (1980), una de las mas conocidas. No tendrá mucha suerte en la pantalla grande pese a su éxito en al serie. Esta casa es un ruina (1986) es uno de sus trabajos mas recordados.

Diana Chambers, una locuaz intelectualilla metida a camarera

Rebecca Howe, el personaje sustituto de Diana a partir de 1987 como contrapunto femenino a Sam, era el prototipo de la yuppi combativa y arribista de los 80, aunque bastante negada para las relaciones sentimentales y con escasas habilidades sociales. El flirteo mutuo que mantiene con Sam es similar al que en un principio este mantuvo con Diana, aunque nos e da nunca una relación estable entre el y Rebecca. Mas feminista que Diana, su posición social baja cuando Sam recupera Cheers de la Lillian Corporation y esta pasa de ser gerente a una camarera mas, aunque agradecerá a Sam el no haberse quedad o en la calle. Kistey Alley consiguió dotar a su personaje del mismo carisma que otros más antiguos de la serie. Alley tenía ya una dilatada experiencia en televisión antes de llegar a Cheers, pero garcias a al serie su popularidad se acrecentó, interviendo en películas como las de al saga Mira quien habla, a principios de los 90. Posteriormente, con problemas de sobrepeso y de depresión, intervino en las telecomedia sVeronica´s Closet y Fat actress.

Carla Tortelli, la camarera italoamericana divorciada madre de familia numerosa histriónica, hiperactiva, faltona y deslenguada, pero sencilla y comprensiva, era uno de los personajes con mayor potencial de comedia. Y efectivamente, ese efecto se aprovechó bastante bien, presentando a un mujer de treintaitantos (cuarentaitantos al finalizar la serie) cuyo temprano matrimonio y maternidad la habían convertido en una especia de adolescente perpetua siempre con ganas de armar jaleo y de reirse de lso demás. Su relación con su jefe y amigo Sam (del que ella era fan en sus tiempos de deportista) es muy cordial, lo mismo que con el Entrenador, Woody y Norman, aunque no puede decirse lo mismo con Diana, Frasier, Rebecca o Cliff; a los tres primeros les desprecia por estirados y burgueses, mientras que al último, por razones desconocidas. Sus cometarios sarcásticos se dirigen principalmente a estos personajes. El personaje de Carla representa sin duda la Améri

ca proletaria y descontenta con su situación. En las primeras temporadas, Carla recibirá las visitas ocasionales de su indeseable exmarido Nick, y en la sexta temporada se casa por segunda vez con un jugador de hockey sobre hielo canadiense, Eddie Lebec, quien fallece años después. Rhea Perlman, esposa de Danny De Vito y comediante nata, ha intervenido como secundaria en varios filmes, algunos dirigidos por su marido como Mathilda (1994).

Si hay un personaje de Cheers que sea recordado pro el público por derecho propio ese es Norman Peterson, el contable cliente de toda la vida del pub. Su personaje, eternamente vestido con traje gris y corbata, es el protagonista de la frase por excelecia de la serie: Nooooooorm! , coreado en todos los capítulos por todo el personal y resto de clientes cuando entre en el lugar con el saludo de ¡hola a todos!. Prototipo del americano de a pie cliente de bares, Norm se implica completamente en la vida del bar, en donde se reune con sus mejores amigos. A parte de su profesión de contable, Norm ejerce en algunos capítulos pluriempleo (pintor de brocha gorda, empresario, decorador). Prototipo del gordito gracioso y campechano, Norm hace continua mofa y befa de su mujer Vera, a la que dice no soportar. Pese a todo, siempre en momentos de debilidad acaba confesando que la ama. La invisibilidad el personaje de Vera Peterson, fue siempre uno de los rasgos más curiosos de la serie, ay que parcticamente no tiene presencia física en la serie a pesar de ser mencionada constantemente; de hecho ni sus propios amigos de Cheers llegan a conocerla nunca, aunque hace su aparición de sosladillo en un par de veces (y sin verse nunca el rostro) y su voz se puede oír otras pocas en algún capítulo. George Wendt, un actor especializado en comedias, interpretó genialmente a este entrañable amante de la cerveza y de no tocar bola (casi siempre se encuentra en paro).

Sam Malone, apuesto e irresponsable (pero encanatador) propietario de Cheers

También contó con importante carisma el camarero Woody Boyd, al que Woody Harrelson incorporó a partir de 1985. Woody era el típico paleto granjero americano que pisa por primera vez la ciudad. Simple, corto de ingenio y con tendencia a tomarse todo al pie de la letra, con él las situaciones cómicas, los malentendidos y el slapstick mas disparatado se suceden uno tras otro. Su personaje era un filón muy bien aprovechado y la genial interpretación de Harrelson le lanzó a Hollywood, donde hasta el día de hoy ha mantenido una carrera más que aceptable aunque casi siempre fuera del registro cómico. Actor versátil y eficiente, su carácter díscolo y mujeriego contrasta con el personaje que lo hizo famoso. En al extensa filmografía de Woody Harrelson destacan Los blancos no la saben meter, Una proposición indecente, o su nominación al oscar de 1997 El escándalo Larry Flint, de Milos Forman.

El primer camarero ayudante de Sam Malone en la serie fue sin embargo Ernie Pantusso, El Entrenador, un antiguo entrenador de béisbol amigo de toda la vida de Sam que comparte con la aventura de llevar un bar y que se convierte en su principal confidente, pese a su simpleza y atolondramiento. Al igual que con Woody, la antología de escenas y momentos divertidos con el Entrenador es extensísima. El veterano actor Nicholas Colasanto, que había intervenido en filmes como secundario Toro Salvaje de Martin Scorsese y en varias series de TV, hizo una magnifica composición de este bondadoso papanatas, metiéndose en el bolsillo de todos los espectadores.

Cliff Clavin, el cartero cliente de Cheers, era otro personaje particularmente divertido. Típico solterón ocioso que vive con su anciana madre (a la que tiene constantemente que dar explicaciones de todo lo que hace), Cliff parece negado en su relación con el sexo opuesto pero siempre alardea de sus conquistas y de su supuesto éxito personal en todos los campos. Alardea además de tener una gran cultura, que muchas veces saca a relucir ante Diana o Frasier para obtener el halago de estos, aunque los datos incorrectos que siempre suele meter lo impiden. Es una especie de filosofo tabernario verdaderamente petético. Una de sus excéntricas aficiones es buscar parecidos a frutas y hortalizas con famosos o personajes históricos, lo que ocasiona el estupor de los demás y el desprecio de Carla, su ácida enemiga. John Ratzenberger, un actor secundario que alcanzó con Cheers su más elevada popularidad es hoy un popular presentador de televisión en EEUU y voz habitual en los filmes de dibujos animados de la Pixar.

Consideración aparte merece, claro esta, el Dr. Frasier Crane, interpretado por Kelsey Grammer, personaje que continuó existiendo con un éxito similar (o incluso superior) al de Cheers en el Spin Off Frasier. En realidad, Frasier entró en la serie en la tercera temporada (1984) como personaje secundario invitado, por el buen hacer de Grammer lo hizo fijo al año siguiente. Frasier llega a Cheers en calidad de nuevo novio de Diana con aires de superioridad en un entorno de bares y proletarios que no es el suyo. Su estiramiento y su relamido vocabulario pronto serán objeto de burlas de Sam, Norm y los demás, pero en temporadas siguientes se integrará totalmente como cliente de Cheers cultivando amistad con el resto de personajes. Frasier aparece caracterizado como el individuo al que le pasan todas las calamidades y contratiempos, por surrealistas que sean.

Cliff Clavin, el cartero filósofo de bar.

Otra incorporación tardía a la serie fue otra psiquitara, la doctora Lilith Sterlin que terminará manteniendo una relación con Frasier hasta el final de la serie. Lilith inicialmente es una mujer fría, aburrida estirada y sin pasión que desprecia el ambiente de Cheers, pero poco a poco, y a medida que conduce su relación con Frasier, mostrará su lado mas femenino y humano, pero también de mujer fatal y de sarcástica observadora. Bebe Neurwith, una actriz con bastante experiencia en musicales de Broadway, fue todo un descubrimiento en la serie. Neurwith también ha aparecido interpretando a Lilith en algunos episodios de Frasier, lo mismo que otros actores de la serie en intervenciones estelares en un capítulo.

A parte de los personajes principales, por Cheers desfilaron algunos otros que aparecieron en algunos capítulos, algunos de ellso interpretados por actores de nombre: Nick Tortelli (Dan Hedaya), el ex marido de Carla y su nueva mujer la rubia tonta Loretta (Jean Kasem); Eddie LeBec (Jay Thomas), el segundo marido de Carla ex jugador de jockey; Robin Colcord (Roger Rees) un ejecutivo ambicioso dispuesto a comprar Cheers (que en la última temporada se convertirá en personaje fijo); Harry Dedoslargos (Harry Anderson) un timador caradura que en la primera temporada siempre trata de estafar a los clientes del bar; o Evan Drake (Tom Skerrit) el director de Lllian Corporation y jefe de Rebecca. Otros personajes celebres como políticos (John Ferry, Michael Dukakais), deportistas (Kevin McHale) o presentadores de televisión (Johnny Carson, Arsenio Hall), hicieron apariciones estelares muchas veces interpretándose a ellos mismos. Los ingleses John Cleese y Emma Thomson también intervinieron como actores invitados en sendos capítulos.


Cheers en España

Cheers se comenzó a emitir en España tardiamente, en 1989, aunque hacia 1995, 2 años después de que terminase en USA, ya habían emitido todos los capítulos. TVE, por la primera cadena, fue la televisión que estrenó la serie en nuestro país (ya que entre otras cosas, era la única cadena a nivel estatal por entonces), aunque a partir de 1992 pasa a emitirse en Tele 5. Durante los años que se pasaron todos los capítulos originales, ambas cadenas repusieron capítulos antiguos varias veces, ya que el éxito de Cheers en nuestro país fue grande, si bien no se pudo mantener constante hasta el final de la serie.

TVE-1 comenzó a emitir Cheers de lunes a viernes en horario de sobremesa después del telediario, cuando esa franja horaria de las 15,30-16,00 estaba reservada para series diarias. Durante un año prácticamente pudimos ver las cuatro primeras temporadas; luego tras cambios de horario propiciados por al irrupción de las telenovelas en esa misma franja horaria, la serie se emite semanalmente en varias temporadas interrumpidas hasta pasar a Tele 5 en 1992, que también la emitirá semanalmente y al igual que las últimas emisiones en al televisión pública, en horario vespertino o nocturno.

El hecho de que la serie tardase tanto en llegar a España se debe no solo al hecho de haber una sola cadena de televisión, ya que otras telecomedias de éxito americanas tardaron muy poco en ser compradas en aquellos años (La Hora de Bill Cosby, por ejemplo). Tal vez, su humor adulto y su tono políticamente incorrecto asustaron un pco a los programadores. El caso es que al serie gozó de gran popularidad en España y tras su final ha sido repuesta a partir de al segunda mitad de los 90 por varios canales autonómicos, locales y televisiones digitales y de pago.


Where everybody knows your name

Cheers era una serie irrepetible. Un humor directo, inteligente, muy americano pero perfectamente asumible en otros entornos. Su tratamiento de la cotidianeidad era magistral, reflejando de manera crítica y ácida la vida en EEUU. Y es que un bar es el mejor entorno para reflejar el día a día de un variopinto grupo de personajes.

Sus episodios de media hora eran pequeños monumentos del humor en donde se podían encontrar todo tipo de situaciones y gags imaginables. James Borrows, uno de sus productores, dirigió muchos de los episodios y a el se debe la impronta de la serie. Los soberbios guiones fueron obra de varios guionistas, entre ellos el propio Borrows, aunque siempre destacé en el equipo de escritores David Angell.

Cheers ganó 26 premios Emmy y fue nominada en total en 117 ocasiones entre 183 y 1993. Ganó 6 Globos de Oro de 31 nominaciones. Ted Danson, Kirstey Alley, Shelley Long, Woody Harrelson, Rhea Perlman y Bebe Neurwith recibieron al menos un galardón cada uno por sus interpretaciones en la serie. El éxito de crítica fue muy grande en todo el mundo y no menos entre el público, figurando ocho temporadas en el top ten de los programas mas vistos en USA. Sus personajes y su decorado de bar son todos unos estandars de la historia de la televisión, lo mismo que su sintonía Where everybody knows your name interpretada por Gary Portnoy. Y es que ya no se hacen telecomedias así, inteligentes y creíbles. Esta serie debería de ser un ejemplo para la multitud de hacedores de sitcoms que pululan por todo el mundo manufacturando al por mayor productos insulsos y repetitivos. En fin, todo un clásico televisivo que nunca dejará de ser reivindicado.

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