sábado, abril 17, 2010

El aparatito de Lumiere - ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS (ALICE IN WONDERLAND)


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Ha resultado ser un pequeño fiasco el último filme de Tim Burton, un director con un muy nutrido grupo de seguidores y cuya filmografía, al menos hasta principios de los 2000, ha obtenido una raramente unánime aclamación de crítica y público. La verdad es que este último reto del ya veterano cineasta californiano se antojaba más que interesante, y es que una nueva versión del inmortal de la literatura universal Alicia en el País de las Maravillas, pone los dientes largos a cualquiera con un mínimo de sensibilidad cinematográfica. Si a ello añadimos que la obra de Lewis Carroll se adapta como anillo al dedo al (muchas veces idealizado) macabro surrealista y perversamente infantil universo Burtoniano, entonces se comprende como la espera desde que se anunció el proyecto hace algunos años hasta hoy, haya sido ansiosa. Pero no, el gozo en un pozo. Tim Burton parece que desde hace tiempo ya no es el brillante creador de antaño que encandiló con Eduardo Manostijeras (1990), Ed Wood (1994), Mars Attacks (1996), Sleepy Hollow (1999) o ya si me apuras su última obra maestra, Big Fish (2003), sin olvidar el casi propio film de culto producido por él Pesadilla antes de Navidad (1993). Ahora, Tim Burton parece atrapado en al mediocridad y en lo previsible (como ya demostró en su anterior film Sweeney Todd (2007)), y además resulta evidente que el auge de los efecto especiales digitales al que se ha entregado sin remisión ha hecho un flaco favor a la antaño gran calidad visual de su cine. Esta nueva versión del clásico de Carroll, en realidad una continuación apócrifa de Alicia en el país de las Maravillas y su secuela literaria Através del espejo, no es más que una vistosa pero corrientucha película de entretenimiento.


Uno de los atractivos del nuevo film de Burton era el regreso del cineasta a su Alma Mater, al Walt Disney Productions, empresa en la que comenzó como animador del montón en filmes como Todd y Toby, y para la que ha hecho una película que trata de alejarse de los inmaculados cánones de la compañía de Mickey Mouse y, por supuesto, de la célebre y edulcorada versión de dibujos animados de los años 50 que hizo la Disney sobre Alicia. Aunque afortunadamente en esta ocasión a Tim Burton le han dejado ser Tim Burton y como era de esperar ha dado una visión siniestra y oscura del mito (el libro original no es tan moñas como en la mayoría de las versiones en imagen que han venido pululando año tras año, pero tampoco tan gótica como lo quieren ver muchos), reforzando ese elemento esperpéntico con el que el gran Lewis Carroll consiguió uno de los más alucinantes libros que se hayan escrito jamás, pero con un director que ya ha explotado hasta la saciedad todo su universo iconográfico, visual y conceptual, ya nada resulta sorprendente.


Como hemos dicho antes, la historia de la película es una especie de secuela-pastiche con una Alicia de 19 años que ha olvidado casi por completo el País de las Maravillas y que a punto de ser pedida en un matrimonio de conveniencia, regresa a Underworld (el nombre real de ese mundo, el primero imaginado por Lewis Carroll) en donde su habitantes la reclaman como heroína para derrocar a la pérfida Reina Roja. Resulta incomprensible como en títulos de crédito y en las notas de prensa se insista que esta película esta basada en los libros de Alicia originales cuando en realidad es otra historia inventada para la ocasión (escrita por Linda Woolverton), en donde solo se mantienen personajes y el título original. El resto de lo que vemos en esta nueva Alicia es prácticamente nuevo (se han añadido también nuevos personajes), salvo la repetición de algunos conocidos pasajes o leiv motivs del libro original. Es casi como un remix de los dos libros de la Alicia de Carroll bajo perspectiva contemporánea, algo que en música sería equivalente a la “segunda parte” de un disco de éxito que en realidad solo es una variación del original (como Tubular Bells II de Mike Oldfield).


La película desde el principio empieza a mostrar sus deficiencias: no se hace ningún homenaje al absurdo tal y como lo hizo genialmente Carroll en sus obras, un fallo imperdonable para presentar una Alicia como es debido; se opta por una historia de tintes épicos y heroicos que evoca inadecuadamente al mundo de Tolkien y al de la fantasía épica; y la mayoría de los inmortales personajes (el Gato Cheshire, el Sombrero Loco, el Conejo Blanco, la Oruga…) están fatalmente presentados; solamente se salva la Reina Roja (Helena Bonham Carter) y Twweedledee y Tweedledum (Matt Lucas). En escasos momentos el público llega a conseguir empatía con esta historia y con esta crecidita Alicia, interpretada por una joven y esforzada actriz australiana, Mia Wasikowska. Bellas imágenes y excelente partitura de Danny Elfman, pero una historia muy pobre y nada emocionante. Para colmo, en bastantes momentos la peli se equivoca apostando por el supuesto carisma de Johnny Depp, sempiterno muso de Burton, que interpreta a un Sombrero Loco bastante poco convincente. En fin, esperemos que en otra ocasión a alguien se le ocurra hacer un mejor viaje a Wonderland.

miércoles, abril 14, 2010

VUELTA VACACIONAL: TODOS LOS CAMINOS LLEVAN AL RAYO



Rayosc vuelve a la rutina tras un breve paréntesis, en el cual los rayos se han tomado un descanso para expándirse ybrillar en la mísmisima capital del Imperio. Hasta la loba del Capitolio recibió su dosis de rayos c, mientras que como correspondencia, los rayos se recargaron de eternidad y sabiduria.

LARGA VIDA A ESTE BLOG