2014!!!
...Y LOS RAYOS C SEGUIRÁN BRILLANDO
miércoles, enero 01, 2014
lunes, diciembre 30, 2013
El Aparatito Lumiere TRES BODAS DE MÁS
***
Cumplir
a rajatabla las leyes de la comedia no es tarea fácil, pero cuando se pone
empeño y ganas en lograr una obra divertida y apta para un amplio espectro de
público el resultado es siempre satisfactorio. Y así lo ha conseguido Javier
Ruiz Caldera con Tres Bodas de Más:
una comedia desenfadada y espontánea pero equilibrada al mismo tiempo basada en
los personajes y en la concreción sin fisuras de la historia, en realidad tres
historietas-situaciones que de por sí podrían funcionar independientemente pero
deslumbran como un todo atravesado por el relato troncal del filme que no es
otro que el de la complicada situación sentimental-existencial de su protagonista
Ruth, brillantemente interpretada por la cada vez más versátil Inma Cuesta.
Aunque se trata de una comedia romántica que nadie espere encontrar almíbar
barato y gags tontosdelculo como en las pelis USA del género ya que se apuesta
por el humor inteligente (escuela inglesa por una parte y por que no, Billy
Wilder por otra) el apunte surrealista en la más genuina tradición del la mejor
comedia española con elementos de Berlanga y la comedia madrileña de los 80
pero todo pasado por un tamiz genuinamente contemporáneo para situar a la
historia en unas perspectiva temporales concretas (la sociedad de las redes
sociales y youtube, los nuevos modelos de relación de pareja, la sempiterna
mediocridad de la sociedad española más caciquil) que resultan muy familiares
para el público- especialmente el que tenga entre 25-45 años- y en ese sentido
este neocostumbrismo ibérico es de lo más logrado del filme más allá de que el
manejo de las diferentes anécdotas y situaciones relacionadas con estos temas
no siempre compongan un collage perfecto y coherente. Y puestos a mirar peros,
también se hecha en falta una mayor coherencia en el tono del conjunto ya que
se pasa del esperpento y el surrealismo a la alta comedia con demasiada
facilidad minando a veces la credibilidad de muchas situaciones, algo que no
gustará a los espectadores mas quisquillosos.
Aunque
no se trata de una película coral el nutrido reparto funciona muy bien cada uno
en sus personajes-estereotipo con una Inma Cuesta encantadora en su papel de
Ruth, una treintañera investigadora bióloga que tras la ruptura con su última
pareja, Pedro (Berto Romero) vive unos
momentos de zozobra personal importantes que se acentúan cuando es invitada en
un corto espacio de tiempo a las bodas de sus tres ex: Pedro, un meticuloso
irascible, Alex (Laura Sánchez) que ahora es una mujer y Mikel (Paco León) un
hedonista e insustancial surfer. Con Dani (Martiño Rivas) el veinteañero
becario de su laboratorio sirviéndole de confidente y de peculiar Pepito Grillo,
Ruth no logra evitar el caos personal y situacional tanto en las bodas como en
su vida personal aunque la irrupción de Jonás (Qim Gutiérrez) dará algo de luz
al apagón. Con momentos verdaderamente desternillantes y otros no tanto, la
película regala al espectador una sonrisa en todo momento. Lástima que el
previsible final y algún cliché de comedia romántica resten consistencia a una
película que se caracteriza precisamente por su afán por no ofrecer deja vus
típicos de la comedia y por mantener un discurso convincente y sin nada de
tontería.
domingo, diciembre 29, 2013
DE LOS CILINDROS DE CERA AL COMPACT DISC (y II)
Disco de vinilo
(1948- )
El disco de vinilo, el formato comercial de reproducción
audio pregrabado principal durante el siglo XX, sustituyó al disco de gramófono
de shellac de 78 rpm que fue despareciendo paulatinamente en la segunda mitad del
siglo. El disco de vinilo (el “vinilo”, como se le conoce tras su
destronamiento por parte del CD) trató de comercializarse a principios de los
años 30 por parte de RCA Victor (discos de 12 pulgadas/ 30 cm, el tamaño estándar del
LP) y de Columbia (de diez pulgadas), pero las compañías, en grandes problemas
tras la Gran Depresión,
no pudieron manufacturar para el consumo normalizado el nuevo formato hasta
1948. El nuevo disco de vinilo podía girar a 33 revoluciones por minuto en los
gramófonos lo que permitía que cada cara pudiese durar hasta los 10 minutos en
los casos de discos de 12
pulgadas además de tener un ruido de reproducción mucho
mas bajo y ser muy difícilmente rompible en comparación con los discos de 78.
Durante varios años antes de comercialización definitiva, el disco de vinilo se
utilizó limitadamente para anuncios radiofónicos y para emitir programas de
radio pregrabados. Durante buena parte de los años 40 se utilizaron discos de
vinilo en radio y para uso profesional o militar (durante la
II Guerra Mundial) tanto de 78 como de
33 rpm. En 1948 Columbia lanzó el Long
Play de 33 rpm y un año después RCA Victor comercializó el single de 45 rpm de 7 pulgadas (17 cm.): Los primeros LPs ya
permitían la reproducción de varios temas y desde finales de los 50 su duración
aumentó, mientras que el single de 45 podía albergar solo un tema por cara. El
“record player” o tocadiscos fue el aparato que acompañó el surgimiento del
disco de vinilo crándose a mediados de los 50 el aparato stereo que revolucionó
la reproducción de sonido grabado con su sonido estereofónico. También llegó a
haber en los primeros años del vinilo discos de 16 pulgadas, pero solo
para uso radiofónico ya que no existían en el mercado tocadiscos adecuados para
este tamaño. Hasta la aparición del Compact Disc en los 80, el disco de vinilo
ofrecía la máxima calidad en cuanto sonido (la Alta Fidelidad)
A partir de la segunda mitad de los 50, los discos de vinilo
se convierten en el formato de reproducción de audio más popular. A finales de
esa década surge el Extended Play (EP) de 33 rpm que podía albergar 2 canciones por cara y que tuvo cierta aceptación popular mediados de los 60. Durante buena
parte de la década de los 60 el single fue el formato más popular y de mayores ventas de
todos los vinilos (también existió el disco de 10 pulgadas, con una
duración menor que el LP y que en cierto modo fue remplazado por el EP) pero a
partir de finales de la década en pleno auge comercial del rock y el pop el
álbum de 12 pulgadas
se fue convirtiendo en el formato más vendido. Diferentes variantes en cuanto a
combinación de revoluciones y tamaño (maxisingle de 45) se fueron sucediendo a
lo largo de la historia hasta que en los 90 el Compact Disc digital le fue
ganando terreno al LP de vinilo hasta su práctica desaparición como formato de
audio principal, aunque hoy en día aún siguen fabricándose álbumes de vinilo debido
al cierto revival que dicho formato ha venido experimentando desde hace unos 10
años y a la adecuación de este soporte para las mezclas de DJ. El vinilo, pese
a todo, se resiste a morir.
Cartucho RCA (1958-1964)
Antes de la aparición del Cassette Compacto o Musicassette hubo otros formatos comercialmente
fallidos de reproducción de sonido que aprovecharon la cinta magnetofónica para
obtener soportes de reproducción más cómodos y menos costosos que las bobinas
de cinta magnetofónica pregrabadas de principios de los 50 reproducibles en
magnetófono. En 1958 la compañía RCA lanzó el cartucho de cinta magnetofónica, que permitía la reproducción estereofónica de
una grabación de larga duración (unos 30 minutos) casi análogamente a un LP de
vinilo pero con una fidelidad en el sonido algo más baja en comparación con ese
formato. La cinta magnetofónica estaba insertada en una caja de plástico (el
cartucho) de 127 x 197 x 13 mm
enrollada en unas bobinas que se movían cuando el cartucho era reproducido en
el aparato: en definitiva, una versión grande
del futuro musicassette. Los cartuchos RCA también eran aptos para la grabación
directa de sonido aunque preferentemente voces más que música y tenían al igual
que el cassette compacto dos caras de reproducción/grabación susceptibles de
ser autorreversibles en los aparatos. Muy costoso de producir y con pocos títulos
de grabaciones en el mercado, el nacimiento del Compact Cassette supuso la
puntilla a este formato que desapareció en 1964.
Cartuchos Stereo (años
60-años 80)
Además del cartucho RCA, otros formatos de cinta
magnetofónica fueron creados a lo largo de los 50 y 60 aunque con escasa
aceptación. El Muntz Stereo Pack o cartucho de cuatro pistas nació en 1962 en
EEUU inspirado en un sistema de reproducción de cinta empleado por la radio
americana en los 50. Este cartucho consistía en una caja de plástico que
contenía una bobina con una cinta magnetofónica “unida” que se deslizaba en la
misma al ser reproducido el cartucho.
Este formato se diseñó para los aparatos stereo de los automóviles y el usuario
tenía dos programas de dos “pistas” con varios temas cada uno (según la
duración de los temas dentro de la pista) a elegir manualmente en el formato
stereo o un programa de cuatro pistas en algunos cartuchos monoaurales. Además
de ser un soporte de manejo engorroso al tener que cambiar manualmente los
programas, la cinta de estos cartuchos se rompía fácilmente, lo que hizo de los
cartuchos de cuatro pistas un formato no muy popular a pesar de ser el primero
que podía ser reproducido en equipos de música de los coches.
Una mejora del cartucho de cuatro pistas fue el Lear Jet
Stereo 8 o cartucho de 8 pistas. Su apariencia, mecanismo y funcionamiento era
similar al de cuatro pistas, pero esta vez permitía la reproducción de cuatro
programas cada uno con dos pistas de varios temas con lo que la duración era
mayor y además cambiaba de programa automáticamente aunque el sonido perdía
calidad. Hasta principios de los 70 este formato tuvo éxito como reproductor de
música grabada en aparatos stereo de automóviles llegando a hacer desaparecer
al cartucho de cuatro pistas e introduciéndose también en los hogares cuando
los reproductores de este formato se popularizaron. Sin embargo este éxito
prácticamente solo se circunscribió a
EEUU, en donde la mayor parte de las marcas y modelos de automóviles se
vendían con su equipo de Stereo 8.
A partir de la segunda mitad de los 70, la irrupción de
aparatos de cassette compacto en los automóviles y las desventajas técnicas del
formato (imposibilidad de rebobinar, rápido deterioro de la cinta) hicieron que
el Stereo 8 cayese en barrena en EEUU (en otras partes del mundo no existió)
hasta su desaparición a mediados de los 80.
Cassette compacto (1962-)
El segundo formato más popular durante el reinado del disco
de vinilo y el soporte definitivo para la cinta magnetofónica, tanto para la
reproducción como para la grabación. El Compact Cassette nació en 1962 de la
mano de la multinacional holandesa Philips pretendiendo ser una alternativa más
cómoda y económica al magnetofón de cinta magnética para las grabaciones. Esta
versión reducida del cartucho RCA revolucionó también los aparatos de grabación magnetofónica que se
hicieron más cómodos y pequeños aunque hasta principios de los 70 el formato no
se consolidó como reproductor de música pregrabada y una alternativa más barata
al LP hasta que se consiguieron fabricar reproductores de Cassette más manejables
y el sonido del Cassette logró alcanzar la Hi Fi aunque sin llegar a la calidad del sonido de
los LPs. En la década de los 70 era ya el segundo soporte musical por
excelencia (muy barato y popular) y además las cintas grabables vírgenes eran
de consumo muy habitual no solo para grabación externa de sonido en magnetofón
sino para grabar el contenido de LPs y de otros cassettes, gracias a equipos
musicales con doble compartimento para cassettes grabales y/o musicassettes
(con sonido pregrabado) o con tocadiscos y cassette, además de que los equipos
de audio de automóviles y vehículos motorizados comenzaron también a contar con
reproductores de cassette. Esta situación de relativa bonanza del cassette
compacto duró hasta bien entrados los 80.
La aparición del Walkman de Sony en 1979, reproductor
portátil de musicassettes (y a veces grabador), revolucionó el consumo musical
en los 80 por lo que no es de extrañar que en la mayor parte de los países los musicassettes se vendiese más que
los LPs. Sin embargo, la irrupción del CD y su expansión a partir de mediados
de los 80 como un soporte muy cómodo para oír música y además con una calidad
de sonido superior a la de cualquier formato de audio anterior propició el
declive del cassette y en los 90, parejo con la paulatina desaparición del
vinilo, el musicassette fue languideciendo progresivamente hasta su final en la
mayor parte de los países del mundo. Esto conllevó que la mayoría de los
equipos musicales (incluidos los de los automóviles) a partir de finales de los
90 careciesen de reproducción de cassettes, aunque en la actualidad algunos
equipos aún disponen de ellos básicamente para función grabadora. Pese a todo
aún se siguen fabricando compact cassettes de grabación, aunque bastante
difíciles de conseguir. Los mussicassettes aún perviven de manera normalizada
en países como la India
Compact Disc (1982-)
El actual formato de audio dominante en el mercado nació en
1982 inicialmente como soporte de reproducción de sonido (el primero digital de
la historia), pero con el tiempo se ha convertido en un formato multimedia con
múltiples versiones que almacenan y reproducen archivos informáticos de todo
tipo, imágenes, fotografías, filmaciones, etc. Un soporte sin duda fundamental
en la revolución digital de finales del siglo XX, el Compact Disc se desarrolló
gracias a la investigación de la tecnología LaserDisc en los 70. Fue en 1974 en
los laboratorios de Philips donde se dieron los primeros pasos en la concepción
del CD, consiguiendo aquel año un disco óptico de 20 cm. de diámetro que podía
reproducir sonido en una calidad muy superior a la del disco de vinilo. Tres
años después se consiguió una versión más pequeña, de 11,5 cm. también fabricada en
plástico de policarbonato, reproducible en aparatos más manejables por medio de
la lectura por laser del propio disco: había nacido el compact disc. Paralelamente, a finales de los 70 Sony
trabajaba en un prototipo de reproductor de audio digital bastante más engorroso.
Tanto Philips como Sony presentaron sus prototipos a principios de 1979 y más
tarde en aquel año ambas empresas unieron sus fuerzas para crear el disco de
audio digital definitivo. Tras haber estandarizado sus características en 1980
(diámetro 12 cm,
duración máxima de 80 minutos) en 1981 el CD se demostró públicamente en
televisión en el RU con el disco Living
Eyes de Bee Gees y en agosto de 1982 se lanzó comercialmente el primer CD,
una grabación de valses de Chopin a cargo del pianista chileno Claudio Arrau.
Durante el periodo 1983-1984 el CD y los reproductores de CD
trataron de normalizarse en todo el mercado mundial con la gran calidad de su
sonido digital como bandera; el nuevo soporte fue especialmente bienvenido
entre los amantes de la música clásica por la alta fidelidad de la reproducción
del sonido orquestal, pero los seguidores del rock y otras músicas populares no
tardaron a advertir las ventajas del nuevo soporte además del sonido (mas
manejable, desaparición del concepto de las “dos caras” gracias a su
reproducción continua, mayor duración que el LP o el MC). No obstante, aún hubo
de pasar un tiempo hasta que su consumo alcanzase los niveles de otros soportes ya que al
principio tanto los CD como los equipos con reproductor de CD eran bastante
caros. A partir de 1985 era ya normal que diferentes artistas lanzasen la
versión CD de sus álbumes simultáneamente con los otros formatos y además se
comenzaban a reeditar discos antiguos en CD. Ya a finales de los 80 las ventas de
CDs se disparan y a principios de los 90 superan ya la de los LPs. El CD se
convierte en el formato de audio por excelencia y salen al mercado
reproductores portátiles y para el equipo musical del automóvil, además de CDs
grabables. Paralelamente, otras versiones mejoradas de audio CD salieron al
mercado durante la década de 2000: DAT, MiniDisc, DCC, DVD A, SACD, etc aunque
por el momento ninguna ha logrado suceder a la primacía del CD
A partir de mediados de los 2000 el auge de las descargas de
música en internet y de los consiguientes reproductores de audio digital
portátiles con la música descargada (MP3, Ipod) originó un descenso en las
ventas de CDs en todo el mundo aunque por ahora el formato resiste como
principal soporte de lanzamiento comercial de sonido pregrabado. Veremos hasta
cuando.