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Todo
el mundo se temía lo peor de este largamente esperado (y rumiado) crossover de
los dos superhéroes más célebres del universo DC Comics -y prácticamente los
superhéroes por excelencia de sociedad occidental- pero al final no ha sido
para tanto: lejos de ser un truño y un producto malamente comercial, este Batman Vs. Superman, si bien no pasará a
la historia del cine, es un entretenimiento muy bien planteado y con buenos
momentos que harán las delicias de los fans de los personajes aunque también es
posible que los seguidores más integristas de los dos justicieros de ficción
verán pegas hasta debajo de las piedras. Si bien el guión del filme es endeble
y todo lo predecible que se puede suponer en un producto de estas
características, la película sabe rendir homenaje a la esencia de ambos
personajes y del resto de superhéroes de la mítica editorial DC Comics, ya que
la historia incluye a la superheroína feminista Wonder Woman como tercer
vértice de la aventura, que en realidad es un prólogo- primera entrega
encubierta de un próximo filme sobre la
Liga de la
Justicia, el grupo de los héroes DC que incluye a algunos
personajes que hacen anecdóticos cameos en el filme en una de sus escenas más
sugerentes. Zak Snynder, si bien
acatando todas las directrices de la productora Warner- la propietaria desde
finales de los años 70 de los derechos cinematográficos de Superman y Batman-
muestra su oficio como adaptador de comics (300,
Watchmen o el reboot de Superman y
precuela de este filme El Hombre de Acero)
y le insufla un acertado tono noir y thriller aunque algo desperdiciado por su
condición de típico producto de la era terrorismo-paranoica post 11 S que a
veces resulta abrumador en este filme. Por fortuna, unos intérpretes adecuados
y una acción más contenida que el catastrofismo barato de The Man of Steel superan lo que podía haber sido un filme de acción
del montón.
Batman Vs. Superman tiene como aspecto positivo que quiere dejar claro
que su rollo es diferente al de Marvel y que sus superhéroes, además de los más
cinematográficos, son el paradigma del justiciero superdotado y por ello no se
anda con rodeos en un tono de épica colosal aunque contenida que sin embargo a
veces puede llegar a ser ridícula. Además de ser secuela del anterior y fallido
filme sobre Superman la película aprovecha para
hacer un reboot del Batman de Christopher Nolan aprovechando que un
nuevo intérprete (Ben Affleck) luce la mascará negra del hombre murciélago
aunque el tono de este nuevo justiciero de Gotham no difiera mucho del Batman
que interpretaba Cristian Bale. Affleck está se encuentra a la altura de un
héroe superado y atormentado, enemistado con un Superman al que Batman/Bruce
Wayne y muchos ciudadanos consideran una
amenaza para la humanidad a causa de los desmanes provocados por sus
superpoderes y sus aparatosos combates, interpretado por segunda vez y de
manera igual de desapasionada por el británico Henry Cavill al que Ben Affleck
gana la partida interpretativa con creces. La historia- que reposa en una un poco
impostada lucha entre el hombre (Batman) y el semidios (Superman)- pese a sus
limitaciones y algún punto pueril- depara curiosas sorpresas y momentos muy
logrados sin necesidad de demasiados efectos especiales, aunque el trailer ya
se encargó de destripar alguna secuencia y giro de la historia que debía de ser
memorable. Repiten varios de los intérpretes de la anterior entrega de Superman
(Laurence Fishburne como Perry Blake, Amy Admas como Lois Lane, Diane Lane como
Martha Kent y Kevin costner como un “resucitado” Jonathan Kent en una de las
escenas mas olvidables del filme) y se incorporan Jeremy Irons como el nuevo
mayordomo de Bruce Wayne, Jesse Eisenberg
como un joven, histriónico y bufonesco Lex Luthor- que es de lo mejor de
la función- y la israelí Gal Gadot como Diana Prince/Wonder Woman, que también
tendrá pronto su filme propio. Una película entretenida y recomendable para
olvidarse de problemas.