jueves, julio 26, 2018

LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA (DAS SCHWEIGENDE KLASSENZIMMER)




 ** y 1/2

                                                                                  

Sin ser nada del otro jueves, resulta honesta e interesante esta película basada en una historia real de la Alemania dividida de la guerra fría dirigida por Lars Kraume, responsable de El caso Fritz Bauer. Estamos en 1956 en la antigua RDA y un grupo de estudiantes de secundaria de último año están consternados por los sucesos acaecidos aquel año en Hungría con la brutal invasión de la URSS hasta tal punto que comienzan a cuestionarse todas las bondades de los regímenes socialistas y del tutelaje de los países del este de Europa por parte de la Unión Soviética. Solidarizados con el pueblo húngaro, que planta cara al invasor, deciden guardar un minuto de silencia al comienzo de una jornada escolar y como es lógico su osadía no les saldrá gratis. Con un reparto muy joven y una cuidada ambientación de la época, la película se enmarca dentro de la denuncia histórica y con un estilo narrativo ágil y unos diálogos con sustancia logra mantener una tensión dramática adecuada  para contar la crónica de una injusticia y sin escatimar en mostrar momentos más o menos anecdóticos que se suponen que ocurrieron en realidad.



La película cumple su función cuando muestra la lucha inocente e idealista de unos adolescentes criados en la Alemania del Este prácticamente recién separada de la República Federal contra un sistema que para ellos comenzaba a tener demasiadas fisuras y contradicciones y un sesgo totalitario que entraba en conflicto con la esencia teórica del socialismo. No obstante, resulta vaga en lograr insertar tramas dramáticas paralelas de peso u originalidad- el romance frustrado entre Kurt (Tom Gramenz) y Lena (Lena Klenke), las tumultuosas historias personales de Kurt y Erik (Jonas Dassler)- todo demasiado tocado de manera obvia pese al indudable atractivo dramático de dichas situaciones. Pese a todo, el interés pedagógico de esta película, no sólo desde el aspecto histórico, puede resultar interesante para el público adolescente y por ello es una opción acertada para padres/madres que quieran llevar a sus hijos a ver una película que les haga reflexionar.