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No supone ninguna novedad una película histórica
presentada bajo ropajes de cine independiente, con revisionismo contemporáneo- alguna
licencia anacrónica incluida- o con otras audacias experimentales, pero The Favourite sabe aprovechar inteligentemente
estos elementos siempre ajenos a una escenificación de época para ofrecer una
película soberbia aunque extraña -sin caer en el esperpento- y que no tiene por
que ser plato para todos los gustos. La historia de rivalidad entre Sarah
Churchill, la Duquesa
de Marlborough, y su prima Abigail Hill por ganarse la protección de la reina
Ana de Gran Bretaña a principios del siglo XVIII en medio de una época incierta
para Inglaterra- que devendrá en la unión
entre Inglaterra y Escocia que dio lugar a la Gran Bretaña- y un sinfín de
intrigas palaciegas retratadas en esta película con estilo grandguiñolesco y
bizarro, es un relato que da para una interesante película pero que por su
intimismo y falta de acontecimientos realmente épicos podía ofrecer un filme
confuso y aburrido. Pese a todo, la habilidad del curioso realizador griego
Yorgos Lanthimos (La Langosta, El sacrificio de un ciervo sagrado) ha
conseguido una película muy vívida y sorprendente apoyada por un reparto eficaz
y un enfoque de la historia entre el alegato feminista, la desmitificación y la
crítica a los mecanismos del poder, todo pasado por un tamiz cuasi atemporal
pero respetuoso con la ambientación histórica (muy al estilo del Barry Lyndon de Kubrick pero con
licencias atemporales) y una orientación comediática que rozando la parodia
caricaturesca mantiene su amarga seriedad en todo momento.
El trío protagonista femenino es en el que se sustenta
toda la estructura dramática de la historia, con la figura de la joven Abigail
Hill (Emma Stone) como el eje central impulsor de la misma; una mujer dispuesta
a aprovechar de todas las maneras posibles su oportunidad de mejorar su condición
social desde la doncella que llegó a la corte que era hasta convertirse en la
favorita de una reina excéntrica, enferma y desequilibrada (Olivia Colman) pero
preocupada por su reino aunque sea incapaz de separar sus problemas emocionales
de su decisivo papel político en el momento histórica. Frente a Abigail, su
rival la codiciosa Lady Sarah (Rachel Weisz) la favorita original de la reina
Ana y la mujer que parecía marcar en realidad el destino de Inglaterra con sus
manejos e influencias, además de ser
amante de la reina: ambas mujeres llevarán a cabo una titánica lucha en un entorno
decadente y marcado por las pasiones. No faltan elementos psicológicos e interpretaciones
asaz pero ingeniosamente absurdas de ciertos acontecimientos así como una
perfecta plasmación más o menos alegórica de la influencia del sexo en el
poder, y por supuesto de los condicionamientos de la condición femenina en el
acceso a las cotas más altas de decisión, todo un genial ejercicio narrativo
que hace subir enteros los valores como director de Yorgos Lanthimos.