** y 1/2
Es posible que esta película sea víctima de la pérdida
del potencial y del encanto de una novela al ser trasladada al cine, aunque no
habiendo leído la obra original, poco puedo decir al respecto. Pero resulta perfectamente
factible tal posibilidad en este entretenido y esforzado thriller-comedia francés
en donde se habla precisamente de libros y literatura, por lo que un ejercicio
de metaliteratura como el que nos ofrece la historia en un filme obviamente no
brilla tanto, pese a un guión esforzado e inteligente. Dirigida con habilidad
pero sin alardes por Remi Bezançon a partir de una novela de David Foenkinos,
la película se deja ver gracias a un tono desenfadado y amable que busca parodiar
el thriller bilbliófilo de muchos best seller de los últimos años y consigue ser
una comedia con enjundia gracias al más que interesante trabajo de sus intérpretes
en especial el de su protagonista Fabrice Luchini quien encarna al presentador
de un programa de televisión sobre literatura caído en desgracia por dudar de
la veracidad de la autoría de una novela de éxito de crítica y público y que
intenta averiguar la verdad sobre el supuesto autor póstumo del libro, un hostelero
bretón llamado Henri Pick quien sin ninguna experiencia literaria previa había
dejado inédita una obra maestra que triunfa después de su muerte. Todo el
proceso de investigación del bueno de Jean-Michel Rouche (Luchini) ayudado por
la hija de Pick, Joséphine (Camille Cottin) es lo que vertebra la historia en
medio de tragicómicas situaciones, tiranteces, recelos y química que no es química
entre los dos protagonistas y el intento de Rouche de redimirse tratando de destapar
después de sus calamidades. Tal vez sin la completa vis cómica-dramática de Fabrice
Luchini este filme no hubiese funcionado igual.
Aunque como thriller la trama sea más bien rutinaria,
la historia se compensa con su crítica al negocio editorial y su denuncia a la
cultura del éxito, algo que a veces esta reñido con el talento. Su cierto tono
costumbrista en lo tocante a las escenas ambientadas en la Bretaña rural está muy
conseguido especialmente cuando se contrapone con el cosmopolita ambiente
parisino, representando una curiosa dialéctica que tiene su significado en la
historia. Con los consabidos giros de guión finales y las previsibles “sorpresas”
dentro de una historia de intriga, Le Mistère
Henri Pick no resulta una mala opción de inteligente comedia pero solo se
queda en un plano medio.