lunes, septiembre 23, 2024

TREASURE

 


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Sin mucho bombo se ha estrenado esta pequeña pero enormemente sugerente y efectiva producción alemana aunque rodada en inglés y en polaco que en torno al recuerdo doloroso, la reconciliación con el pasado, la búsqueda de las raíces y la identidad y las relaciones paternofililiales traza una historia muy poderosa en el límite entre el drama y la comedia. Basada en el libro autobiográfico de la escritora y periodista australiana Lily Brett Too Many Men , Treasure cuenta por tanto una historia real que nos lleva una vez más a un contexto muchas veces abarcado en el mundo del cine, el del holocausto nazi, esta vez en Polonia y visto desde principios de los años 90, ya que en esa época se ambienta el filme. Una periodista musical treintañera estadounidense de origen polaco, Ruth (Lena Dunham, también productora de la cinta) llega a Varsovia en 1991, recién caído el Muro, junto con su padre, Edek (Stephen Fry) criado en Polonia hasta el fin de la II Guerra Mundial y superviviente del Holocausto con toda su familia asesinada. Ruth quiere principalmente conocer los lugares en los que vivió su padre, incluida la vivienda de su infancia la cual aún está en pie, pero Edek, un hombre mayor aparentemente jovial, prefiere que su retoña vea otros atractivos turísticos de la ciudad ya que el impacto emocional por volver a Varsovia parece afectarle e incluso Ruth sospecha lugares de doloroso recuerdo de la época de la guerra y la ocupación que su padre le enseña no son los reales. Finalmente llegarán a la casa de la infancia de Edek y aquel edificio que encuentran destartalado y habitado por una familia que vive en el umbral de la pobreza provocará una catarsis en ambos que cambiará su sentido de la estancia en Polonia. La directora y guionista germana Julia Von Heinz dirige con tino y habilidad esta película que sabe convencer al espectador con su juego emocional y su soberbio sentido de la narración dotando a los momentos más dramáticos una humanidad muy medida y un sentido de la esperanza que hacen de una historia con no pocas aristas no muy agradables una pequeña delicia acicalada con un inteligente sentido del humor. Resulta muy curioso como un excelente actor británico todoterreno como Stephen Fry interpretando a un polaco judío no solo consigue una total credibilidad sino que hace que no resulte nada extraño y en cambio muy oportuno el dotar de humor inglés a su personaje. Una muy buena interpretación la suya como lo es también la de Lena Dunham (Erasé una vez en Hollywood), una joven actriz norteamericana que cada vez apunta más alto.

Esta película maneja muy bien, la ternura, la anécdota costumbrista y las historias paralelas (véase la relación de Ruth con su ex marido) insertándolas en el verdadero tema central de la historia, la del reencuentro con el pasado. Buscar las raíces a veces no es tarea grata y rememorar tragedias pretéritas no es un plato de buen gusto como bien demuestran los protagonistas, pero en momentos dados pueden ser necesarios. La película muestra que no se debe tener miedo a todo ello. Muy recomendable para aquellos que disfruten con la riqueza los entendimientos intergeneracionales, la película se deja ver en todo momento aunque no sea un melodrama o comedia dramática perfectas y demuestra una vez más que hay que seguir conociendo la historia de Europa para no cometer errores pasados, una intención didáctica que también es de agradecer.