DESAYUNO EN PLUTON
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Estrenada sin gran publicidad, la última película del gran cineasta irlandés Neil Jordan (Juego de lágrimas, En compañía de lobos, The butcher boy) ha resultado ser una buenísima cinta, de lo mejorcito que se encuentra en este momento en la cartelera, además de ser tal vez la mejor película de Neil Jordan en mucho tiempo, tal vez su obra maestra. En realidad, nos volvemos a encontrar con dos temas ya antes recurridos por el director irlandés: el IRA y la ambigüedad sexual, una mezcla imposible que ya aparecían de manera alucinante en una de sus mejores obras, Juego de lágrimas (The crying game) (1992). En esta ocasión tal mezcla esta servida de manera diferente, ya que el problema de la violencia en Irlanda del Norte no tiene un carácter tan principal como en aquella película, sino mas de trasfondo (aunque como condicionamiento total e inevitable), mientras que la confusión de la identidad de género y el canto a la libertad de opción sexual es la columna vertebral de la peli, una deliciosa comedia excéntrica y colorista, ambientada en los años 70, que nos cuenta la surrealista y alucinante historia de Paddy, llamado “Kitten” (gatita) o Patricia, un joven de una pequeña ciudad Eire cuyos mayores deseos son llegar a ser un día una mujer (de hecho se viste y se comporta como tal desde su adolescencia) y conocer a su verdadera madre, quien lo abandono siendo un bebe en la puerta de la casa del sacerdote del pueblo, el Padre Liam (Liam Neeson), quien a su vez lo entrego para ser adoptado a una desagradable viuda. Con una visión bastante distorsionada de la realidad Paddy “Gatita”, crece oyendo baladas melódicas, inventándose extravagantes historias sobre su verdadera madre (a quien identifica con la starlett Mitzi Gaynor), oyendo día si y día también crónicas de los héroes luchadores por Irlanda y provocando escándalos en su entorno por su pluma y su tendencia al travestismo.
El actor Cillian Murphy borda el encantador personaje de Paddy: una “loca” excéntrica, sin prejuicios, y sobre todo muy valiente, que con su arrolladora y fantasiosa personalidad desmonta los esquemas de una sociedad gris, tenebrosa y marcada por el drama y la tragedia como era la Irlanda los años 70. Con una caracterización increíble (a ratos parece una chica de verdad), Murphy se postula como un más que prometedor actor gracias a esta antológica interpretación: suena a Oscar. Con una acción que abarca varios años, Desayuno en Plutón es la historia de una búsqueda desesperada, la de Paddy-Patricia por encontrar a su madre, lo que le llevará a hacer un accidentado y surrealista viaje de Irlanda a Londres para conocer a su progenitora, pero que tendrá otros efectos, uno de ellos el de la reafirmación de la identidad sexual del/la joven haciendo frente a todo tipo de prejuicios a base de evasión de la realidad. Un suceso trágico, la muerte de su amigo de la infancia Lawrence, afectado por el síndrome de Down, a causa de un error en la desactivación de una bomba, será la “explosión” que precipite los acontecimientos y sumerja a nuestro protagonista en diversos mundos (el del espectáculo del vodevil, el de los soplones del IRA, el voyeurismo) en los que increíblemnte todo esta relacionado y el es el hilo conductor. Una alocada road movie, en fin, donde el destino le jugará alguna mala pasada de la que saldrá victorioso, y en donde la imaginación se transformará en realidad.
Con un guión muy ágil y dinámico, la película se apoya en un excelente reparto en donde a parte de Murphy y Nelson, se encuentran otros actores irlandeses de fama internacional como Stephen Rea, actor fetiche de Neil Jordan quien interpreta a un caradura ilusionista que establece una sorprendente alianza con “Kitten” o Brendan Gleeson como un simpático actorcillo buscavidas. Ian Hart y los músicos Bryan Ferry y Gavin Friday (una institución en el rock irlandes, íntimo de Bono), quien interpreta a un descacharrante líder de una banda de Glam rock que se lleva a Kitten de groupie, complementan una curiosísima galería de excéntricos personajes secundarios, entre los que se encuentran los amigos del alma de Paddy-Kitten, metidos en diversas problemáticas y quienes en última instancia agradecerán todo al protagonista.
La ambientación de los 70 (que incluye el rollo disco, el Glam) esta perfectamente conseguida. La banda sonora es un curioso y bizarro cajón de sastre donde se encuentran temas discotequeros de entonces como el Sugar Baby Love de The Rubbettes, baladas de Morris Albert o Bobby Golsboro, un par de magníficos temas del el primer LP de Van Morrison, T-Rex o incluso la sintonía de la mítica serie infantil de la BBC Los Wombles, que en castellano interpretaban Enrique y Ana. Una película muy divertida, agradable y que deja un magnífico sabor de boca. Una opción totalmente recomendable.
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Estrenada sin gran publicidad, la última película del gran cineasta irlandés Neil Jordan (Juego de lágrimas, En compañía de lobos, The butcher boy) ha resultado ser una buenísima cinta, de lo mejorcito que se encuentra en este momento en la cartelera, además de ser tal vez la mejor película de Neil Jordan en mucho tiempo, tal vez su obra maestra. En realidad, nos volvemos a encontrar con dos temas ya antes recurridos por el director irlandés: el IRA y la ambigüedad sexual, una mezcla imposible que ya aparecían de manera alucinante en una de sus mejores obras, Juego de lágrimas (The crying game) (1992). En esta ocasión tal mezcla esta servida de manera diferente, ya que el problema de la violencia en Irlanda del Norte no tiene un carácter tan principal como en aquella película, sino mas de trasfondo (aunque como condicionamiento total e inevitable), mientras que la confusión de la identidad de género y el canto a la libertad de opción sexual es la columna vertebral de la peli, una deliciosa comedia excéntrica y colorista, ambientada en los años 70, que nos cuenta la surrealista y alucinante historia de Paddy, llamado “Kitten” (gatita) o Patricia, un joven de una pequeña ciudad Eire cuyos mayores deseos son llegar a ser un día una mujer (de hecho se viste y se comporta como tal desde su adolescencia) y conocer a su verdadera madre, quien lo abandono siendo un bebe en la puerta de la casa del sacerdote del pueblo, el Padre Liam (Liam Neeson), quien a su vez lo entrego para ser adoptado a una desagradable viuda. Con una visión bastante distorsionada de la realidad Paddy “Gatita”, crece oyendo baladas melódicas, inventándose extravagantes historias sobre su verdadera madre (a quien identifica con la starlett Mitzi Gaynor), oyendo día si y día también crónicas de los héroes luchadores por Irlanda y provocando escándalos en su entorno por su pluma y su tendencia al travestismo.
El actor Cillian Murphy borda el encantador personaje de Paddy: una “loca” excéntrica, sin prejuicios, y sobre todo muy valiente, que con su arrolladora y fantasiosa personalidad desmonta los esquemas de una sociedad gris, tenebrosa y marcada por el drama y la tragedia como era la Irlanda los años 70. Con una caracterización increíble (a ratos parece una chica de verdad), Murphy se postula como un más que prometedor actor gracias a esta antológica interpretación: suena a Oscar. Con una acción que abarca varios años, Desayuno en Plutón es la historia de una búsqueda desesperada, la de Paddy-Patricia por encontrar a su madre, lo que le llevará a hacer un accidentado y surrealista viaje de Irlanda a Londres para conocer a su progenitora, pero que tendrá otros efectos, uno de ellos el de la reafirmación de la identidad sexual del/la joven haciendo frente a todo tipo de prejuicios a base de evasión de la realidad. Un suceso trágico, la muerte de su amigo de la infancia Lawrence, afectado por el síndrome de Down, a causa de un error en la desactivación de una bomba, será la “explosión” que precipite los acontecimientos y sumerja a nuestro protagonista en diversos mundos (el del espectáculo del vodevil, el de los soplones del IRA, el voyeurismo) en los que increíblemnte todo esta relacionado y el es el hilo conductor. Una alocada road movie, en fin, donde el destino le jugará alguna mala pasada de la que saldrá victorioso, y en donde la imaginación se transformará en realidad.
Con un guión muy ágil y dinámico, la película se apoya en un excelente reparto en donde a parte de Murphy y Nelson, se encuentran otros actores irlandeses de fama internacional como Stephen Rea, actor fetiche de Neil Jordan quien interpreta a un caradura ilusionista que establece una sorprendente alianza con “Kitten” o Brendan Gleeson como un simpático actorcillo buscavidas. Ian Hart y los músicos Bryan Ferry y Gavin Friday (una institución en el rock irlandes, íntimo de Bono), quien interpreta a un descacharrante líder de una banda de Glam rock que se lleva a Kitten de groupie, complementan una curiosísima galería de excéntricos personajes secundarios, entre los que se encuentran los amigos del alma de Paddy-Kitten, metidos en diversas problemáticas y quienes en última instancia agradecerán todo al protagonista.
La ambientación de los 70 (que incluye el rollo disco, el Glam) esta perfectamente conseguida. La banda sonora es un curioso y bizarro cajón de sastre donde se encuentran temas discotequeros de entonces como el Sugar Baby Love de The Rubbettes, baladas de Morris Albert o Bobby Golsboro, un par de magníficos temas del el primer LP de Van Morrison, T-Rex o incluso la sintonía de la mítica serie infantil de la BBC Los Wombles, que en castellano interpretaban Enrique y Ana. Una película muy divertida, agradable y que deja un magnífico sabor de boca. Una opción totalmente recomendable.
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