*** y 1/2
Estupendo debut del joven realizador Juan Antonio Bayonas en una película producida por el mexicano Guillermo Del Toro (El Laberinto del fauno) en lo que es un nuevo intento por consolidar el género fantástico en el cine español, tras el éxito internacional de El Laberinto…Este primer trabajo de Bayonas, efectivamente, es una buena película de terror psicológico que anuncia un director mas que interesante (aunque, ya veremos como será la evolución futura de este muchacho, por que mira que ha habido bluffs en el cine español últimamente), aunque varios errores y una cierta falta de originalidad en la trama impiden que sea una obra maestra como dios manda. Por ahí se la compara mucho con Los Otros de Alejandro Amenabar por aquello de las similitudes estandarizadas en su premisa argumental (casa antigua, mujer protagonista, niños, sucesos inexplicables), pero esta película tiene mucha mas personalidad y menos pedantería que la sobrevalorada aventura americana del engatusador Amenazar, además de trabajar con unas ideas narrativas totalmente diferentes.
La historia arranca con la llegada de un matrimonio cercano a los 40 años con un niño de siete a una abandonada mansión en un pueblo indeterminado de la cornisa cantábrica. Allí se va a quedar a vivir Julia, excelentemente interpretada por una sorprendente Belén Rueda, con la idea además de reconvertir la casa, un antiguo orfanato donde ella se crió, en un centro para niños con discapacidad mental. El pequeño Simón (Roger Princep) es al igual que su madre un crío adoptado, que además tiene un terrible problema que sus padres tratan de ocultarle. La imaginación del chaval es tan grande que Julia y su marido (Fernando Cayo) apenas se extrañan cuando simón les dice que ha hecho varios amigos invisibles desde su llegada al nuevo hogar. Pero el cambio en el comportamiento del niño y su misteriosa desaparición llevan a ambos a la pesadilla. A partir de ese momento, los sucesos inexplicables se sucederán en el viejo orfanato y Julia se enfrentará a recuerdos de su pasado en la institución y a inquietantes realidades que allí sucedieron que ella había ignorado.
Aunque el film puede calificarse como de terror psicológico, es evidente que trata principalmente de escorarse al simbolismo y lo poético aunque sin demasiada credibilidad. Funciona mejor el plano del suspense sobrenatural e irracional servido por el personaje de Julia, catalizador de emociones y sensaciones de sufrimiento, angustia y terror, con una Belén Rueda que borda su papel. No se trata de un exhaustivo estudio psicológico de las emociones del personaje, algo que podría echarse en falta, pero es más que suficiente como para sostener todo el peso narrativo de la película. Las referencias a Peter Pan y los Niños Perdidos pueden parecer un tanto impostadas y tramposas, pero explican correctamente el intríngulis del filme: el miedo a crecer y el miedo a la muerte en los niños.
La película atesora imágenes deslumbrantes y desasosegantes, con momentos de verdadera tensión y espanto. El terror psicológico esta muy bien manejado, aunque la película no se priva de ofrecernos imágenes impactantes e incluso horripilantes. Con referencias a El Resplandor, Otra vuelta de tuerca, Poltergreist, El Hombre Elefante, o La Semilla del Diablo, es cierto que la trama parece un refrito de diferentes trabajos del género fantaterrorífico, pero sabe mostrar también cierto discurso propio. Son de mención por lo inquietante y terrorífico de su factura las escenas en las que interviene la médium interpretada por Geraldine Chaplin o la misteriosa anciana que incorpora Montserrat Carulla. Algún momento de sobra, personajes innecesarios y un guión con fallos de bulto por desgracia no terminan de ayudar a que la película sea una obra maestra. Pero es una de las mejores películas españolas en lo que llevamos de año, lo cual no es moco de pavo.
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