La curiosa banda canadiense Crash Test Dummies obtuvo a principios de los 90 un efímero éxito internacional que no volvió a repetir en años sucesivos. Concretamente solo uno de sus discos, God Shuffled his feet (1993), fue superventas en diversos países (todo un nº 1 en el RU), para luego pasar injustamente al olvido, aunque en la actualidad siguen en activo. Los Maniquíes para pruebas de choque se hicieron famosos en 1994 con su original pop-rock de autor con ramalazos new age y folk y la excepcional voz de su líder, Brad Roberts. El tema más famoso de aquel álbum es esta impagable canción, con un título más peculiar imposible y que hace referencia al efecto vocal que se repite a modo de estribillo durante todo el tema. Mmm Mmm Mmm Mmm… cuenta una especie de serie de tres anécdotas-cuentos infantiles perversos, que harían las delicias de Tim Burton: un niño al que la impresión de un accidente le deja el pelo blanco, una niña traumatizada por las manchas de nacimiento que tiene repartidas por todo su cuerpo, y otro niño atormentado por sus padres, miembros de una secta fanática.
Una canción tan peculiar precisaba de un vídeo a la altura de las circunstancias, y así fue. La filmación nos lleva a una función escolar que un grupo de chavales escenifican ante sus padres, y en donde vemos, representadas teatralmente por los críos, las tres historias antes citadas. Los Crash Test Dummies aparecen interpretando el tema en diferentes momentos, alternados con la historia de la función teatral. Visto 13 años después, este videoclip sigue siendo magnífico: las imágenes son claras y muy poéticas, todo el simbolismo de la representación teatral imitadora de la vida real esta muy conseguida, y los chavales actúan excelentemente. El mensaje de la canción, sobre todo aquello que puede hacer infelices a los niños y que los mayores muchas veces olvidan, es además muy significativo.
La canción llegó al número 2 en el RU y al 4 en USA, otorgando a Crash Test Dummies un efímero estatus de estrellas del rock que desapareció completamente en años posteriores. La canción, en mi opinión, es magnífica, tal vez uno de los mejores temas de los 90, una mezcla perfecta entre pop-rock y música contemporánea hecha con sumo gusto y sensibilidad. Y el vídeo, otra maravilla que merece ser recordad y reivindicada.
Una canción tan peculiar precisaba de un vídeo a la altura de las circunstancias, y así fue. La filmación nos lleva a una función escolar que un grupo de chavales escenifican ante sus padres, y en donde vemos, representadas teatralmente por los críos, las tres historias antes citadas. Los Crash Test Dummies aparecen interpretando el tema en diferentes momentos, alternados con la historia de la función teatral. Visto 13 años después, este videoclip sigue siendo magnífico: las imágenes son claras y muy poéticas, todo el simbolismo de la representación teatral imitadora de la vida real esta muy conseguida, y los chavales actúan excelentemente. El mensaje de la canción, sobre todo aquello que puede hacer infelices a los niños y que los mayores muchas veces olvidan, es además muy significativo.
La canción llegó al número 2 en el RU y al 4 en USA, otorgando a Crash Test Dummies un efímero estatus de estrellas del rock que desapareció completamente en años posteriores. La canción, en mi opinión, es magnífica, tal vez uno de los mejores temas de los 90, una mezcla perfecta entre pop-rock y música contemporánea hecha con sumo gusto y sensibilidad. Y el vídeo, otra maravilla que merece ser recordad y reivindicada.
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