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Ha llegado con cuatro años de retraso esta curiosa y entretenida comedia inglesa, que fusionando la ficción biográfica con el falso documental cuenta la historia de Frankie Wilde (Paul Kaye), un ficticio DJ británico con residencia en Ibiza que en la película se presenta como el “puto amo” de la mítica discoteca Pachá y de las listas de éxitos de House y Dance en los 90 en toda Europa. Utilizando recursos propios del documental, como entrevistas a DJs, eruditos del mundo de los clubs dance y de la noche, y luminarias de la cosmopolita vida ibicenca, algunos reales interpretándose a si mismos (como el locutor y DJ de
Interpretado con efectividad por el excelente comediante Paul Kaye, Frankie Wilde, el DJ mas famosos de Ibiza, ve como su exitosa carrera profesional da un vuelco cuando se la diagnostica sordera, lo que le impide seguir trabajando en condiciones tras los platos y la mesa de mezclas, además de ver frenada su carrera discográfica. Su adicción a las drogas, además, le ha convertido en un ser patético y paranoico incapaz de enfrentarse con dignidad a la vida real. Wilde, no obstante, tendrá una oportunidad de redención. Rodada casi íntegramente en la sugerente isla balear, auténtica protagonista de la película, resulta notable que la película es un homenaje al mundo de las pistas de baile de Ibiza y al concepto globalizante que esta isla ha mantenido durante muchos años, aunque la inmensa mayoría de los personajes que aparecen son anglosajones. El paisaje y el universo ibicenco tal vez se adueñe demasiado de una película que, por otra parte, adolece de serios problemas para mantener el interés en una historia tragicómica pobremente sustentada, además de reducir todas las referencias a al vida ibicenca a una mala postal, a pesar de que es evidente que se ha intentado tratar con cariño al escenario, aunque desde una maniquea perspectiva turística anglosajona.
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