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Tras firmar uno de los mayores éxitos de taquilla del cine español, Alatriste, Agustín Diaz Yanes regresa dos años después con un más que correcto thriller filmado en régimen de coproducción entre España y México, en donde uno de sus principales atractivos es haber reunido un platel estelar de ambos países encabezado por un cuarteto protagonista de estupendas actrices hispanas: la ya veterana Victoria Abril, la sobradamente consolidada Ariadna Gil, y las treintañeras en alza Elena Anaya y Pilar López de Ayala. Junto a ellas, un buen muestrario de intérpretes mexicanos con el omnipresente Diego Luna y José María Yazpik como actores más destacados. En clave de cine de género (cine negro con estructura de western) se nos presenta una historia árida y bastante oscura desarrollada principalmente en el país azteca, aunque tenga su punto de partida en escenarios españoles.
Solo quiero caminar, es una historia de venganza, la que quieren llevar a cabo tres avispadas delincuentes especializadas en atracos y en extorsiones varias, tras ser una de ellas salvajemente agredida por su marido, un peligroso capo mexicano dedicado al narcotráfico y dejada en estado de coma consecuencia de esta agresión. Gloria (Victoria Abril) viuda de un delincuente mexicano y cerebro de la banda, Paloma Pilar Lopez de Ayala) una chantajista trabajadora en unos juzgados y prostituta de lujo al igual que su amiga Ana (Elena Anaya), y Aurora, hermana mayor de Ana y una hábil atracadora de cajas fuertes que acaba de salir de presión, deciden trasladarse a México para vengar a Ana y acabar con todas las aspiraciones de el marido de Ana (José María Yazpik), enfrentándose al hombre de confianza de este (Diego Luna), un joven sicario de extraña dualidad moral. Mezcla de mensaje feminista, crítica a la corrupción y reflexión sobre los amplios tentáculos del mal en una sociedad enferma (plasmada en un México decadente y salvaje estigmatizado por la violencia gratuita y las redes del crimen), en un inteligente filme con ecos de drama Shakespeariano, western ultraviolento a lo Sam Peckinpah, y a la saga de El Padrino. Todo muy bien presentado y con un excelente trabajo actoral. No obstante, la trama está un poco forzada y sobrada de elementos pegote, lo que en algún momento llega a afectar a su credibilidad, pero sin que la cosa llegue a mayores.
Tal vez algo pretenciosa, esta película es de lo mas interesante visto en los últimos meses del cine español y viene a demostrar que no esta nada mal que el cine de género y algunos tics del cine de Hollywood sean adaptados por el cine español, cuando hay un director mas que competente tras el proyecto.
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