Aunque la cosa parecía prometer, Señales de Futuro, como tantas otras películas de ciencia-ficción estrenadas en los últimos tiempos, no consigue entusiasmar ni convencer plenamente. Esta mezcla de cine de catástrofes, ciencia-ficción, terror y rollo mesiánico-apocalíptico resulta tan comercialmente atractiva como demasiado ambiciosa para hacer una gran película. Es cierto, que Knowing (su título original) trata de salirse de los clichés comerciales del cine fantástico ofreciendo una suerte de ci-fi de autor que en realidad no es tal, ya que aunque formalmente hay originalidad en la fotografía, planos, secuencias de acción y catástrofe y atesora algún momento insólitamente impactante, la historia aunque interesante en su premisa esta desarrollada muy vagamente y su acabado es sencillamente decepcionante. Alex Proyas, director australiano-egipcio responsable de curiosos títulos de culto en el cine fantástico de los 90 como El Cuervo (1994) y Dark City (1998) pone su original impronta al filme (espectaculares imágenes, inteligente manejo del terror, aparatosas secuencias catastróficas de increíble factura) , pero la cinta no deja de ser otro producto hollywoodiense más. A ello no ayuda desde luego la presencia como protagonista del cada vez más repetitivo en sus papeles Nicholas Cage y que la peli contenga sentimentaloides retazos de melodrama familiar.
El arranque de la película es el descubrimiento en una cápsula del tiempo enterrada en los años 50 con dibujos de unos niños de un colegio, de una hoja con una serie de extrañas cifras que una niña escribió. La hoja, descubierta por el hijo de un profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets, resulta contener las fechas en las que sucedieron catástrofes mortales que a desde los años 50 dejaron miles y miles de muertos…y aún hay fechas futuras. Aquí comienza una lucha desesperada por salvar a seres humanos de una muerte segura, al que lleva a cabo el personaje del profesor Koestler, interpretado por Cage, mientras su hijo recibe la visita de unos inquietantes seres. Mucho mensaje apocalíptico y palabrería místico-filosófica en medio que no resulta muy adecuada en medio de una historia más bien torpemente resuelta. Y tampoco resulta muy oportuno un final demasiado evidente para una historia que podría haberse aprovechado aún más, pero se ha optado por el mensaje fácil. Muy buenos efectos especiales y escenas sorprendentes (tanto las de diferentes catástrofe, especialmente las de una accidente aéreo, como las que tratan de producir inquietud y terror en el espectador) que pese a todo no consiguen levantar una película demasiado irregular.
El arranque de la película es el descubrimiento en una cápsula del tiempo enterrada en los años 50 con dibujos de unos niños de un colegio, de una hoja con una serie de extrañas cifras que una niña escribió. La hoja, descubierta por el hijo de un profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets, resulta contener las fechas en las que sucedieron catástrofes mortales que a desde los años 50 dejaron miles y miles de muertos…y aún hay fechas futuras. Aquí comienza una lucha desesperada por salvar a seres humanos de una muerte segura, al que lleva a cabo el personaje del profesor Koestler, interpretado por Cage, mientras su hijo recibe la visita de unos inquietantes seres. Mucho mensaje apocalíptico y palabrería místico-filosófica en medio que no resulta muy adecuada en medio de una historia más bien torpemente resuelta. Y tampoco resulta muy oportuno un final demasiado evidente para una historia que podría haberse aprovechado aún más, pero se ha optado por el mensaje fácil. Muy buenos efectos especiales y escenas sorprendentes (tanto las de diferentes catástrofe, especialmente las de una accidente aéreo, como las que tratan de producir inquietud y terror en el espectador) que pese a todo no consiguen levantar una película demasiado irregular.
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