La década de 2000 no ha sido precisamente muy prolífica para el gran Francis Ford Coppola, bastante desencantado con al industria de Hollywood y mas centrado en los últimos años en sus negocios vinícolas y hosteleros. Su anterior y esperiemental película Juventud sin Juventud (2005) no fue estrenada en muchos países, ocho años después de que firmase la anterior, Legítima defensa (1997). Lo cierto es que el genial creador de obras maestras del séptimo arte de la talla de El Padrino (1972) y secuelas, La Conversación (1974), Apocalipse Now (1979), Corazonada (1980) o La ley de la calle (1983), ya no parece querer saber mucho de su propio país a la hora de rodar y últimamnte le ah dado por embarcarse en coproducciones con distintos países, como ene esta Tetro , aceptable película en régimen de coproducción entre EEUU, Italia, España y Argentina y filmada en este último país, con la mayoría del personal técnico de la tierra de los gauchos. Con guión del propio Coppola, la película esta lejos de sus mejores filmes, por no decir ya de obras maestras tan indiscutibles como El Padrino o Apocalipse Now, lo que lleva a pensar que todos esos años sabáticos que el de Detroit se ha pasado han sido, cuanto menos, algo contraproducentes.
Tetro cuenta la historia del reencuentro de dos hermanos tras 10 años de separación en la ciudad de Buenos Aires. Allí vive Angelo, más conocido como tetro (Vincent Gallo), italoargentino de 38 años de edad criado buena pate de su vida en EEUUy que en ese momento es un escritor frustrado y amargado; allí recibe la visita de su hermano Bennie (Alden Ehrenreich), 20 años más joven que el y que ha residido estos en Nueva York junto a su padre, unreputado músico (Klaus Maria Brandauer). La búsqueda de respuestas por parte del joven Bennie sobre la razón por la cual Tetro les abandonó (inicialmente para tomarse un año sabático e iniciar una novela) y un intento lleno de obstáculos para reestablecer la relación con su difícil hermano, servirán para desenterrar fantasmas del pasado y sentimientos de culpa, con la omnipresente sombra de un conflicto familiar mas grave de lo que aparenta. El descubrimiento de un manuscrito inacabado de Tetro por parte de su hermano, llevará al muchacho al desafío de terminar dicha obra, de tinte autobiográfico. La verdad es que la historia tiene mimbres, muchos elementos de interés y esta muy bien traída, pero a la película le falta más convicción en si misma. Rodada en su mayor parte en un bello blanco y negro obra de Mihai Malaimare Jr., que nos remite a filmes de Coppola tan míticos como La Ley de la calle (donde se contaba también la relación entre dos hermanos) y con muy buenas imágenes como solo un maestro sabe conseguirlas, Tetro peca sin embargo de ser una película demasiado encorsetada, a veces un poco pretenciosamente estilística -la inclusión de varios bailes y coreografías no siempre resulta oportuna pese a su pretendido valor simbólico, cosa que no se puede decir del acertador recurso de mostrar algunos recuerdos y otros momentosen color- y además en su esfuerzo por atrapar la esencia de los barrios con más solera de Buenos Aires y el espíritu creativo argentino, con homenajes al tango y algunos mas soterrados a Cortazar, no siempre sale bien. Si que es cierto que Coppola no ha hecho ninguna postal turística de Buenos Aires (otros directores lo harían), peros situar el clímax de al película en la Patagonia suena a un recurso bastante tramposo.
Rodada en inglés y castellano, además de sus dos protagonistas norteamericanos, un Vincent Gallo (actor y director con fama de broncas, pasota y polémico) realmente inmenso y un Ehrenreich verdaderamente prometedor, la mayor parte del reparto es argentino, aunque estos sean meros comparsas, destacando tal vez Rodrigo de la Serna, Mike Amigorenay Leticia Brédice. Maribel Verdúa y Carmen Maura ponen la nota española, la primera como la sufrida e inteligentenovia de Tetro, Miranda (esta espléndida), y la segunda como una influyente crítica de arte argentina, en un papel demasiado almodovariano.El gran Klaus Maria Brandauer, borda el papel del padre de los protagonistas, un personaje ambiguo, inquietante y esquivo, el verdadero motor de la película En el doblaje al castellano de la peli, viva la chapuza. Todo el diálogo original en castellano de los actores argentinos desaparece, ya que han sido doblados por actores de doblaje españoles, que eso sí, se esfuerzan por imitar el acento argentino. Carmen Maura se dobla a si misma, pero no Verdú.
Nadie puede reprochar a Coppola no saber contar una interesante historia de luchas y conflictos que trata de mostrar la verdadera naturaleza de la dominación, que es el poder del más fuerte, y lo que origina todo conflicto, adornado con oportunos homenajes a la Olimpia de Hoffman (y su adaptación en ballet Coppellia). El juego de apariencias, la codicia, la culpa, la envidia, van sirviendo el sorprendente desenlace el cual se prolonga tal vez más de lo necesario. Película estimulante, pero sin todo el genio suponible en un gran maestro.
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