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Esta basada en hechos reales por increíble que parezca esta estimulante pero irregular película española dirigida por Gerardo Olivares que cuenta la alucinante infancia y juventud de Marcos Rodríguez Pantoja, un andaluz de Sierra Morena que abandonado a su suerte siendo un niño cabrero cuya familia vivía en la miseria trabajando para el señorito de turno, sobrevivió solo varios años viviendo con una manada de lobos, casi como uno de ellos hasta que fue capturado por la guardia civil. Una especie de Tarzán o Mogwli español cuyas andanzas tuvieron lugar en los años 50 y 60 del siglo XX (Marcos aún vive). La verdad es que visualmente Entrelobos atesora unas imágenes espectaculares, algunas muy bellas y resulta una película muy deliciosa para todos aquellos que gusten de la naturaleza y los animales. Rodada en los escenarios donde se desarrollaron los hechos, es de suponer que supuso todo un esfuerzo el convocar, rodar y entrenar a varias especies animales que intervienen en la película y que son casi las estrellas absolutas: águilas, ciervos, jabalíes, jinetas, hurones, y por supuesto, lobos.
Desde el punto de vista antropológico, la película es interesante ya que muestra la miserable vida en la Andalucía profunda del régimen franquista y en donde la brutalidad estaba a la orden del día, así como otras cuestiones como la realidad de los miembros del bando republicano huidos al monte y todo el cainismo que había dejado como herencia la guerra civil. No obstante, se hecha en falta una visión un tanto más completo de cómo fue todo el proceso de supervivencia de Manuel y que ocurrió después de que fuese “devuelto a al civilización”. La relación primaria entre un ser humano -criado en un entorno de humanos aunque más salvaje que el de muchos animales- con las bestias que pueden ser más humanas que muchos hombres es el leiv motiv de un filme tan honesto y esforzado como fallido por su simplicidad y su esquematismo. Manuel Camacho, el joven actor que interpreta a Manuel en su infancia es todo un descubrimiento, mientras que Juan José Ballesta, que encarna a un Manuel preveinteañero pasa algo más desapercibido más que nada por que su intervención es de poco más de 10 minutos. Sancho Gracia, Carlos Bardem, o Alex Brendemühl son otros de los actores de esta cinta con interesante fotografía e interesante música, pero con poca chicha.
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