La historia de la piratería, cuyo auge tuvo lugar en entre los siglos XV y XVIII, tiene muchas leyendas, y una de las más singulares es la del navegante, capitán y corsario británico Vice Almirante Sir Francis Drake (1540-1596), un hombre tan intrépido y avispado en su cometido de marino y explorador como despiadado, codicioso y cruel en su faceta pirata. Con todo, toda su vida marina marcada por su lealtad a la corona británica, a la cual sirvió hasta su muerte con su patente de corso que le permitía como a todos los corsarios cometer actos de piratería contra los enemigos militares y comerciales de un país determinado, en este caso Inglaterra frente a España. El continente americano, descubierto como quien dice “hacía nada”, fue escenario de muchas de las aventuras de este legendario pirata, en una crónica en donde no faltan exploraciones de territorios inhóspitos, tesoros escondidos, batallas navales, travesías penosas, quema de barcos, asaltos a navíos y como no, la inmensidad del mar. No obstante, el capitán Drake siempre quedará en la Historia como el hombre que logró derrotar a la Armada Invencible española en 1588 durante la guerra anglo-española (1585-1604)
Los primeros pasos de un marino inglés
Francis Drake, nació en Tavistock, Devon posiblemente en febrero o en marzo de 1544 (no se conserva su partida de nacimiento). Drake fue el mayor de doce hermanos y provenía de una familia en donde había parientes nobles, pero su padre no era más que un sencillo granjero de religión protestante luterana cuyo credo se encontraba en confrontación con el anglicanismo reinante en Inglaterra, lo que hizo huir a los Drake de Devonshire a Kent en 1549, Allí, Edmund Drake se hizo pastor protestante de marineros ascendiendo pronto dentro de la jerarquía luterana de la zona. El contacto de Edmund Drake con los hombres de mar le hizo pensar que la vida naval podía ser el futuro para su hijo mayor, por lo que no dudó en confiarlo como grumete en el barco de un vecino capitán de navío que se dedicaba al transporte de mercancías desde el Támesis hasta Francia. Corría el año 1556 aproximadamente. En 1564, con 20 años, tras la muerte de su capitán y mentor, Francis Drake se convierte en capitán y propietario del velero, tal y como lo había dispuesto en su testamento el antiguo capitán recientemente fallecido. Se cree que durante estos años Drake se dedicó también a al trata de esclavos africanos.
En 1567 Drake viajó por vez primera al Nuevo Mundo en un barco propiedad de sus parientes lejanos los Hawkins, importante familia naviera de Plymouth. En un viaje posterior con flota de lo Hawkins, en 1568, el joven capitán Drake fue capturado en San Juan de Ulúa (México) por los españoles, quienes controlaban el comercio con el nuevo continente y no admitían ninguna injerencia comercial de potencias extranjeras como la inglesa. Consiguió escapar junto a su primo segundo John Hawkins. No obstante, a partir de ese momento Francis se la tuvo jurada siempre a los españoles.
El capitán Drake en las Américas
El episodio de San Juan de Ulúa fue fundamental para la conversión del navegante Francis Drake en bucanero (aún no corsario). Su aversión a los españoles fue lo que le movió a ello. Nos e sabe exactamente cuando ocurrió esto, ya que si bien realizó viajes a las Américas entre 1570 y 1571 estos – de los que pocos e sabe- es posible que tuviesen un carácter meramente comercial. Pero en 1572, Drake planeó un ataque al istmo de Panamá con la intención de hacerse con los tesoros de oro y plata de Perú, que tuvieron que ser evacuados en galeones españoles a la colonia en el caribe Nombre de Dios. El 24 de mayo de 1572, con 2 veleros y 73 hombres, Drake llegó a la colonia y se hizo en un principio con el tesoro, que tuvo que abandonar para poder huir al ser herido. No obstante, Drake y sus hombres se quedaron navegando durante casi un año cerca de la costa panameña para hacerse con nuevos botines españoles. En 1573 Drake, junto con el pirata francés Gillaume Le Testu consiguió hacerse con un botín de casi 20 toneladas de oro y plata, imposible de ser transportado en su totalidad en barcos; por ello decidieron enterrar parte de él en diversos puntos remotos (junglas) de la costa centroamericana y diversas islas del Caribe. Cuando Drake y algunos de sus hombres concluyeron su cometido, se encontraron con que al llegar a al costa las barcas habían desaparecido, muy posiblemente destruidas por los españoles. En la playa Drake y dos de sus hombres construyeron una balsa y recorrieron diez penosas millas hasta encontrar el velero. Cuando el resto de la tripulación les vio, se alarmaron ante el aspecto cansado y deplorable de su capitán, y ante la pregunta de cómo había ido la expedición, Drake optó por bromear para desdramatizar la situación: enseñando un trozod e oro que llevaba colgando en su cuello, exclamó “¡nuestro viaje ya esta hecho, muchachos!”.
En agosto de 1573, Francis Drake ya estaba de vuelta en Inglaterra. Su fama de temible y hábil pirata se había extendido en la España de Felipe II, y comenzaba a ser visto como un importante enemigo para los intereses comerciales, militares e incluso políticos españoles. En Inglaterra, sus hazañas en el istmo de Panamá no pasaron desapercibidas y pronto fue visto como un importante colaborador en la expansión naval y comercial de la Gran Bretaña, gracias a su lucha encarnizada contra los españoles, principales rivales de los ingleses en el Nuevo Mundo. A mediados de al década de 570 el capitán Drake ya había obtenido su patente de corso.
Un corsario contra los españoles
Francis Drake ya era uno de los hombres fuertes en la marina británica y pronto comenzó una serie de campañas punitivas que además fueron de exploración, lo que aumentó su prestigio como navegante: Drake era algo más que un corsario. En 1577, Drake se había ganado el rango de vicealmirante y con unos 37 años, es enviado a su primera misión oficial real por parte de la reina Isabel I: atacar a los barcos españoles en la costa pacífica del continente americano. Con problemas y retrasos por el mal tiempo, Drake partió en el Pelican con otros cuatro barcos y 164 hombres el 13 de diciembre de 1577 del puerto de Plymouth. Al comienzo de la travesía capturó el barco portugués Santa Maria (rebautizado Mary) cuya tripulación se enroló forzosamente en la causa, lo mismo que su capitán Nunho Da Silva, un experimentado navegante en aguas sudamericanas. La travesía por el Atlántico fue extremadamente penosa y con muchas pérdidas de hombres, hasta el punto de que Drake tuvo que deshacerse de dos de los barcos, el Swan y el Cristopher. Tras varios días hacen tierra en la bahía de San Julián (Argentina), lugar en donde Magallanes ejecutó a varios marineros amotinados, cuyos esqueletos Drake y su tripulación encontraron en las horcas (allí también Drake ejecutó a su amotinado Thomas Doughty). El buque Mary se encontraba podrido y en mal estado, y fue quemado, quedando entonces solamente 3 barcos de los seis que llegaron a conformar la expedición. Drake y sus hombres decidieron pasar el invierno en San Julián y en primavera la flota comenzó a atravesar el Estrecho de Magallanes. En Septiembre ya se encontraban en el Pacífico pero las fuertes tempestades obligaron a Drake y a su diezmada tripulación a emprender el resto del viaje en un solo barco, el Golden Hind, ya que uno tuvo que regresar a Inglaterra y otro fue destrozado por las ventiscas. El Golden Hind llegó a una isla inhóspita cerca de chile que Drake llamó Isla Isabel, en honor a la reina, y después se fue adentrando en el Pacífico para atacar con éxito a barcos y colonias portuarias españolas. Drake navegó por las costas de Chile y Perú con asaltos tan atroces como el del puerto de Valparaíso y capturó un buen número de buques españoles. En la isla de Mocha, Drake fue herido por los indios Mapuches y cerca de Lima capturó un barco español con una importantísima cantidad de oro peruano y consiguió abordar al Nuestra Señora de la Concepción, el cual contenía el mayor tesoro aprehendido por el corsario: 36 kilos en oro, crucifijos de oro, joyas, collares de oro y 26 toneladas de plata.
En junio de 1579 puso rumbo a norteamericana, concretamente cerca de la actual costa californiana. Cerca de Point Loma, en el actual San Diego, Drake halló una tierra casi inhóspita y solo poblada por indígenas en cuya costa decidió reparar sus veleros. Drake y sus hombres se hicieron amigos de los aborígenes y decidieron llamar a aquel puerto Nova Albion, permaneciendo allí varios meses. Drake nunca desveló la localización exacta de tal emplazamiento por temor a que los españoles- que habían puesto precio a su cabeza desde años atrás- le hallasen, y aún hoy en día el verdadero emplazamiento de la colonia esta abierto a diferentes conjeturas y teorías.
La circunnavegación
Posteriormente, Drake abandonó Nova Albion para dirigirse a través del Pacífico a las Molucas, cerca de la actual Indonesia. Una fuerte tormenta estivo a punto de destrozar el Golden Hind pero al final no hubo problemas mayores para reflotarlo llegado el momento. En las Molucas Drake y sus marinos llegaron a tener relaciones cordiales con el soberano del archipiélago, el Sultán, quien les proporcionó algunos bienes y víveres. Tras abandonar las Molucas, Drake se dirigió hasta África llegando a Sierra Leona el 22 de julio de 1580 tras atravesar el Cabo de Buena Esperanza. Francis Drake había conseguido realizar la circunnavegación a la tierra siendo además el primer inglés que lo lograba. El 26 de septiembre de 1580 el Golden Hind llegó al puerto de Plymouth con 59 hombres supervivientes pero con una importante carga de especias y tesoros robados a los españoles. La cantidad de riqueza apresada por el almirante corsario superaba por aquel entonces la ganancia anual de la corona, por lo que la reina Isabel- unido al hecho de que fue el primer británico en circunnavegar la tierra- decidió nombrarle Caballero el 4 de abril de 1581 en un ceremonia a bordo del Golden Hind anclado en el puerto de Deptford (aunque en realidad la ceremonia la ofició el embajador francés, el marqués de Marchaumont, debido a apaños políticos entre Inglaterra y Francia). Sir Francis Drake- tal y como se el conoció a partir de ese momento- comenzó entonces su carrera política y a finales de aquel año se convirtió en el alcalde de Plymouth y en miembro del Parlamento. Durante 15 años residió en la mansión de Buckland Abbey, en el condado de Devon. Todas sus campañas contra los intereses españoles fueron declaradas información clasificada y secreta por la reina
La lucha contra la Armada Invencible
En 1585 estalló la guerra entre Inglaterra y España y Drake, como vicealmirante de la marina británica y por supuesto, como azote de los españoles, tuvo desde el principio un papel preponderante en la contienda. Primero se dirigió al Nuevo Mundo para saquear los puertos españoles de Santo Domingo y Cartagena de Indias y se hizo con el fuerte español de San Agustín en la península de Florida. En 1587 Drake se dirigió por primera vez a España, concretamente a Cádiz y a Coruña, en donde destruyó un gran número de barcos. El Draque, como se el conocía en España, era el enemigo público número uno de la monarquía española y Felipe II estaba que trinaba contra él y contra los ingleses, planeando una invasión a la “Perfida Albión”. Pero el salvaje ataque a los navíos españoles obligó a retrasar tal invasión. Los saqueos contra los barcos españoles continuaron los meses siguientes. En 1588 Inglaterra supo que Felipe II había enviado a la Armada Invencible española, el ejército naval más poderoso del mundo, a invadir Inglaterra. Drake se puso al comando se la flota inglesa en su calidad de vicealmirante y en el Canal de la Mancha salió al encuentro de los españoles capturando el galeón Rosario con su almirante Pedro de Valdés y el resto de la tripulación. El 29 de julio Drake y el almirante Lord Howard de Effingham consiguieron la retirada de gran parte de los barcos españoles cerca del puerto de Calais, en Francia. El 30 de julio la flota de Drake se dirigió a los Países Bajos, concretamente al puerto de Gravelinas, que como gran parte de Flandes pertenecía a España. El propósito de la flota inglesa era atacar a los buques españoles que se encontraban vigilando el puerto, abriendo fuego a discreción desde unas 100 yardas. Una cuidadosa estrategia pudo ayudar a los ingleses a atacar y destrozar a los barcos españoles en la Batalla de Gravelinas. La Armada Invencible había sido derrotada, pero la guerra contra España aún no había concluido y en 1589 Drake y Sir John Norreys recibieron la orden de destruir los barcos españoles supervivientes, apoyar a los rebeldes portugueses contra España y hacerse con el control de las Azores, pero una batalla en el puerto de La Coruña causó enormes pérdidas materiales y humanas entre la armada inglesa y esto interrumpió la campaña.
En los años sucesivos, el ya cincuentón Drake continuó embarcándose pero la mayor parte de sus expediciones, actos de piratería e intentos de conquistas fracasaron. En 1595 fracasó al intentar conquistar Las Palmas y San Juan de Puerto Rico. Sobrevivió a un ataque con cañón en Puerto Rico pero en 1596 falleció enfermo de disentería mientras se encontraba anclado en Portobelo (Panamá), donde fue enterrado por sus hombres vistiendo su armadura de guerra. Fue un hombre que en la historia quedará como un villano más que un héroe, pero que duda cabe que su papel en la historia de la navegación y en la de Gran Bretaña y España fue decisiva.
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