***
Ha
sido verdaderamente curioso y honesto el tardío estreno de una leyenda de la
interpretación como Dustin Hoffman en la dirección con una película de
nacionalidad británica basada en una pieza de teatro que no resulta precisamente
comercial ni del gusto del gran público- algo que siempre se teme cada vez que
actores norteamericanos de peso específico se estrenan como directores- y que
además parece más adscrita a los cánones del cine británico o incluso de
europeo continental. Basada en una obra teatral de Donald Harwood, lo cierto es
que Quartet, sin ser una grandísima película es un filme agradable, simpático e
inteligente que basándose en un planteamiento melodramático bastante inusual logra
con una historia mínima un filme muy magnético. Con un reparto de rostros
veteranos en la tercera edad, Quartet es además un homenaje a la “eternidad” de
los artistas veteranos con un mensaje: el talento y el buen saber hacer nunca
se pierde. Ambientada en una residencia inglesa de cantantes y músicos mayores
y con el mundillo de la ópera como hilo conductor, la película rezuma
autenticidad, contenida belleza y sobre todo vitalidad, como debe de ser en
toda película con mensaje positivo protagonizada mayormente con personas
mayores.
Cuatro
veteranos de la escena británica como Maggie Smith, Tom Courtenay, Billy
Connolly y Pauline Collins son los cuatro miembros del cuarteto del título,
cuatro cantantes de ópera retirados y residentes en el asilo que
inesperadamente tienen la oportunidad de reeditar gloriosos tiempos al poder
formar un cuarteto para interpretar Rigoletto
en la función anual de al residencia ante la llegada de la nueva inquilina, la
soprano Jean (Maggie Smith), la exmujer del tenor Reginald (Tom Courtenay) Este
violento reencuentro entre los antiguos amantes no será nada fácil y en cierto
modo, unido con la excitación de los preparativos de la función por parte de
los ancianos artistas, alterará de un modo singular el día a día de la
institución. Sentimientos invernales y
dudas existenciales en los últimos compases de la vida parecen aflorar e unas
viejas glorias del espectáculo que aún son genio y figura. Entre la comedia y
el melodrama la película transcurre plácida y sin grandes momentos de
emotividad o tensión, una tensa calma que Hoffman ha sabido captar
excepcionalmente, no en vano el también es un artista veterano. El reparto de
secundarios, como dato curios, incluye a auténticos antiguos músicos o
cantantes británicos además de otros actores de larga trayectoria como Michael
Gambon. Excelentes interpretaciones y una cuidada fotografía de interiores en
un filme que tal vez este demasiado lastrado por su origen teatral y por eso no
guste a los expectores que prefieran mayor ajetreo de espacios y localizaciones
en las películas. Es agradable que de vez en cuando haya películas así,
modestas pero sugerentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario