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y 1/2
Un
destino injusto el de esta estupenda película danesa nominada al oscar a mejor
película extranjera que ha pasado como una exhalación por las salas españolas y
ahora solamente puede verse residualmente en algún cine. Una producción
histórica elegante, cuidada y magistralmente ambientada y filmada que rememora
un decisivo episodio en la historia de Dinamarca a finales del siglo XVIII.
Planteada como una mezcla de drama introspectivo, historia de amor imposible y
crónica histórico-política, una sabia dirección por parte de Nikolaj Arcel
consigue un filme sobrio e imponentemente narrado lejos de los excesos
estéticos y manierismos impostados a los que menudo se recurre cuando se firma
una película ambientada en el XVIII y sobre todo cuando se retratan
preeminentemente ambientes reales y nobiliarios, como es el caso de Un Asunto Real. La historia nos lleva a finales del siglo
XVIII a la corte del rey Christian VII de Dinamarca (Mikkel Folsgaard), donde
la joven reina consorte Carolina Matilde (Alicia Vikander) procedente de la
Familia Real inglesa y que acaba de desposarse con un monarca irresponsable,
inmaduro, déspota, inepto y cruel, ve con horror como su matrimonio y su
estancia en la corte danesa tienen todos los visos de convertirse en un
auténtico infierno. La llegada a la corte de Johann Freidrich Struesse (Mads
Mikkelsen) un médico intelectual partidario de la Ilustración y por ello mal
visto en los círculos reales en un país que aún vivía en el más rancio
feudalismo supondrá un impacto para la joven reina, con quien vivirá una
intensa historia de amor a espaldas de su prepotente esposo, al mismo tiempo
que contra todo pronóstico se establece una amistad entre el médico y el
monarca que lleva a la adopción de políticas ilustradas que modernizarán el
país. Pero pronto la inquina, las intrigas de palacio, la intransigencia, la
intolerancia y sobre todo el rencor harán acto de presencia y todo comenzará a
tambalearse de una manera brutal.
Una
de las mejores virtudes de este filme es que sabe impregnar muy bien su mensaje
político-social, que no es otra cosa que un canto a la tolerancia frente al
fanatismo, en medio de un tono muy rico en matices que parece escorarse en
algunos momentos al melodrama romántico y otros al drama psicológico y sin que
se resienta la coherencia del conjunto. Mads Mikkelsen, uno de los actores
europeos de moda (tiene ahora en cartelera La
Caza y pronto será el Hannibal Lecter televisivo) realiza una
interpretación soberbia dando vida a un hombre dispuesto a cambiar a su país
ahora que se le presenta la oportunidad tanto por la convicción en sus ideales
como por el amor que siente por una mujer infeliz a la que ve ocasión de
redimirla y conseguir su felicidad. Un relato fascinante y más complejo de lo
que parece mostrado con una excelente fotografía con connotaciones pictóricas
dieciochescas y una soberbia y cuidad ambientación que hacen de la película una
pequeña delicatessen casi análoga a una caja de butter cookies danesas. Una pena
que de un momento a otro desaparezca ya de la cartelera
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