Antonio Trueba (siglo
XIX): Lemor MacMorna, príncipe de Erín
En el siglo XIX la leyenda de Jaun Zuria estaba
perfectamente impregnada en el imaginario popular vasco bajo las acepciones
modeladas en los siglos XVII y XVIII. Ya no era considerada Historia, sino
leyenda y fantasía, pero eso aún así en la época de las Guerras Carlistas (1833-1876)
aún era para muchos defensores de los Fueros Vascos derogados definitivamente
en 1876 un relato lo suficientemente evocador para mitificar románticamente (no
olvidemos que estamos en la era del Romanticismo) el origen de las libertades
vascas y de la lucha de los vascos por su autonomía e independencia frente a un
reino más grande y centralizador, haciendo analogía entre el Reino de León en
la leyenda y la España de los Borbones en el XIX. La cultura romántica
decimonónica, que además de calar hondo en España inspiro al Carlismo (la
defensa del antiguo régimen tradicional español frente al liberalismo del XIX,
algo que se apoyó con entusiasmo en las provincias vascas ya que los liberales
eran partidarios de abolir cualquier régimen territorial foral en España) y al
nacionalismo vasco ya a finales del siglo, se encargo de embellecer el
mito tratándole de darle un empaque
definitivo bastante acorde con el ideario vasquista (promulgador de la
independencia del País Vasco con respecto a España) establecido por Sabino
Arana hacia 1892.
Antonio Trueba |
Hay que señalar a principios del XIX la versión “consensuada” en literatos e
historiadores sobre el supuesto nacimiento de Jaun Zuria era la de su
nacimiento en Mundaka (o en Altamira de Busturia) de padre marino corsario natural
de Bizkaia y madre escocesa “secuestrada”, esto principalmente para dar origen
vizcaino al personaje en lugar de extranjero y para evitar el nada creíble origen
fantástico que propuso Lope García de Salazar en el siglo XV que emparentaba al
primer Señor de Vizcaya con un genio maligno. No obstante, comenzaron a darse
por parte de adaptadores literarios de la historia, sugerentes variaciones que
devolvían sustrato fabuloso a la historia. Así, la primera crónica literaria de
envergadura sobre el asunto de Jaun Zuria nos la encontramos en 1853 como
relato dentro de la obra Cuentos
Populares del escritor bilbaino Antonio Trueba (1819-1889). Trueba fue un
autor romántico tardío y como muchos autores románticos de las letras
castellanas, bastante escorado al costumbrismo regional en una época en que el
Carlismo exacerbó el sentimiento vasquista que llevaría al nacionalismo vasco,
aunque el autor vizcaino estuviese poderosamente influido por el romanticismo
medievalista y patriótico territorialista de Sir Walter Scott. Lo cierto es que
en el XIX un buen número de autores vascos románticos y tradicionalistas se
ocuparon de un mitificado pasado vasco (Navarro Villoslada, Araquistain, Chaho)
influyendo en defensores de los Fueros perdidos y en los sabinianos, además de
exacerbar la imaginación de bastantes lectores vascos con sus atractivos
relatos pseudohistóricos muy influenciados por el propio Scott y las leyendas
populares. Antonio Trueba entró dentro de esa corriente en algunas de sus
obras, cuentos y escritos, como las diferentes aproximaciones que hizo sobre
el mito de Jaun Zuria.
Jaun Zuria, Príncipe
de Erín es el relato sobre el héroe que hace Trueba en
sus Cuentos Populares y en donde se
aprecia una clara influencia de la mitología celta (muy admirada por los
autores románticos) y en particular del llamado Ciclo Osiánico, un ciclo de poemas épicos sobre leyendas irlandesas
recopiladas en 1760 por el escocés James McPherson y cuya influencia no ya solo
en el romanticismo sino el la literatura fantástica de los siglo XIX y XX fue
inconmensurable. En este relato, Trueba da origen irlandés a Jaun Zuria, nacido
en el Erín con el nombre de Lémor MacMorna (nombre tomado de personajes del
ciclo osiánico), un príncipe irlandés exiliado a Mundaka tras haber matado por
error a su padre el rey Morna en una cacería (elemento este tomado de la
leyenda británica de Bruto). Lekobide, el ficticio rey de Vizcaya le dio asilo
en la costa vizcaina y mas tarde Lemor se casó con la hija de este. Tras la
invasión de Vizcaya por los astures, Lemor comandó las tropas vizcaínas que
resultaron vencedoras en Padura, en donde cayó el caudillo astur Ordoño
príncipe hermano del rey de León y Asturias (otro personaje ficticio, inspirado
en el Moniño de la versión del conde de Barcelos), nombrándole los vizcaínos su
señor, tras la muerte de Lekobide con cuya hija se casa. Trueba también trató
el tema Zuriano en Leyendas genealógicas
de España (1887) aquí ya muy influido por una obra cumbre del romanticismo
pseudohístorico vasco como fue la walterscottiana Amaya o los vascos en el siglo VIII (1879) de Francisco Navarro
Villoslada, aunque ambas versiones siguen la historia- especialmente la parte
de la batalla de Padura- prácticamente como se había establecido en las
interpretaciones anteriores. Aquí Trueba casa a Lémor- todo un héroe
caballeresco romántico- con Luz, hija del señor de Busturia. En las diferentes
versiones truebanas de la historia el autor también acepta la etimología de
Arrigorriaga y Sierra Salvada que hemos visto antes y el hecho de que la
batalla se establece cerca de Bilbao en el legendario valle de Padura, que no
se sabe a ciencia cierta si alguna vez fue llamado así o estuvo en otra parte
de Bizkaia cerca de la zona de Busturia-Gernika. También consolida el nombre
del no menos mítico Árbol Málato de Luiando que supuestamente separaba Vizcaya
con León/ Castilla, aunque lejos de situar el origen de ese nombre por ser un
árbol “maldito” que los guerreros vizcainos tenían prohibido rebasar, el autor
establece que “málato” proviene de mellado, ya que el tronco de la mítica encina
fue agujereado por las espadas clavadas de los vizcainos. Aunque Trueba no
introdujo excesivos cambios en la caracterización del personaje de Jaun Zuria,
si tuvo un modelo nuevo, por leve que fuese, este fue sin duda el de los héroes
del Ciclo Osiánico, reyes, guerreros y bardos célticos perpetradores de increíbles
hazañas: así, en ese ciclo hay un Clan Morna y un héroe llamado Conan MacMorna,
por lo que el autor habría situado el origen de los Señores de Vizcaya (y de la
casa de Haro) en ese clan irlandés mítico. La razón por la que Trueba situó en
Irlanda el origen del primer Señor de Vizcaya fue meramente estética y
mitómana, propia de un friky
irredento de MacPherson y sus leyendas celtas.
Es también evidente la inspiración de Antonio Trueba en
leyendas vascas cuando introduce en la historia al rey Lekobide, un legendario
patriarca de la mitología vasca casi al mismo nivel que otros personajes
similares como Aitor o Tubal, que Trueba convierte en anciano rey de Vizcaya.
Por su parte, el príncipe leonés Ordoño fue sin duda inventado por la tradición
oral entre los siglos XVI y XVIII a partir del Moniño del conde de Barcelos y
de hecho muchos vizcainos creyeron en su existencia como también creyeron en la
veracidad de la batalla de Padura. Sin ir mas lejos, existe aún en el pórtico
de la iglesia de Santa María Magdalena de Arrigorriaga el falso sepulcro del
príncipe Ordoño, que ya desde la época de Trueba se encontraba vacío (fue
profanado en la Guerra de la Independencia) y que en realidad correspondía al
caballero de la Orden de Santiago Ordoño Aguirre, natural de Arrigorriaga. El
propio Trueba parece querer transmitir al lector la veracidad de la historia
cuando exhorta a visitar la iglesia de Arrigorriaga y consultar “unos carcomidos y amarillentos pergaminos” en sus archivos que dicen que allí se unieron
“la hija de Lekobide y el hijo de un rey
de Erin”
Jaun Zuria de Vicente Arana y
otras apologías romántico-patrióticas
Con todo, la gran aportación literaria decimonónica al mito
de Jaun Zuria puede ser considerada la novela pseudohistórica Jaun Zuria o el Caudillo Blanco (1887) del
bilbaino Vicente Arana (1848-1890) también influida por el Romanticismo
historicista, las narraciones mitológicas vascas, la mitología céltica y la
literatura inglesa desde el medioevo hasta el siglo XIX con una especial
predilección por el ciclo Artúrico. Vicente Arana (primo de Sabino Arana)
fuerista tradicionalista y próximo al ideario nacionalista de su primo el
fundador del Partido Nacionalista Vasco no ocultó en su poco extensa obra su
tendencia nacional vasca en diferentes novelas pretendidamente históricas
influidas por el esteticismo de autores anglosajones que él tradujo como
Tennyson (otro narrador del tema de Arturo) o el norteamericano Longfellow: su
Jaun Zuria es tal vez la revisión del mito que más entusiasmó a los
nacionalistas vascos del siglo XX, aunque solo se trate de una novela mediocre.
En ese sentido, Arana quiso seguir los pasos de Navarro Villoslada con su Amaya pero se quedó a mitad de camino.
Dejando a un lado el pretendido origen irlandés del primer Señor de Vizcaya
propuesto por Trueba e introduciendo varios personajes históricos conviviendo
imposiblemente con otros legendarios o inventados por el autor, Arana sitúa el
clímax de la historia en el 870 establecido por Salazar en donde el Jaun Zuria,
Lope Fortún, hijo de Lope Fruiz, señor de Altamira de Mundaca y la princesa
escocesa María hija del rey Donald por él raptada, comanda el victorioso
ejército vizcaino contra las tropas asturleonesas del rey Alfonso III (monarca
leonés de existencia real) que reclamaban a los vizcaínos sus impuestos en
especias no pagados. Vicente Arana vuelve a citar al mítico infante Ordoño (hijo
del rey en esta versión) y las leyendas etimológicas de la batalla de
Arrigorriaga y el árbol Malato. Arana sigue a Salazar cuando desposa a Jaun
Zuria con Íñiga (aquí cuñada del rey de Navarra), aunque el hijo de estos fuese
asesinado por el malvado Sancho de Zaldube.
Se puede decir que con Jaun
Zuria o el Caudillo Blanco concluye la progresión de la leyenda de Jaun
Zuria en cuanto que no habrán prácticamente más aportes sobre el relato aunque
si diferentes estudios que tratarán de analizar la leyenda, sus fuentes, su
posible origen y los sustratos históricos en las que se pudo basar. El tema de
la batalla de Padura fue tocado en el tardorromanticismo por Sabino Arana Goiri
(1865-1903) en un artículo de intencionalidad histórica de 1890 recopilado en
su obra Cuatro Glorias Patrias.
Sabino Arana, que significativamente no cita a Jaun Zuria en su crónica, realiza
una exaltación patriótica de la victoria de los vascos contra los leoneses así
como del origen de los Fueros vascos tras esta victoria (que el autor data en
el 888), prueba de que la mitología surgida alrededor la batalla de Padura o
Arrigorriaga se había convertido en un tótem mítico para el incipiente
nacionalismo vasco que él ayudó a expandir (muchos consideraron verídica esta
batalla, lo mismo que la existencia del príncipe Ordoño), al igual que el
personaje de Jaun Zuria, principalmente a través de la obra de Vicente Arana
Aproximación histórica
a Jaun Zuria (I): el vikingo de Busturialdea
Hemos visto a grandes rasgos el origen legendario del mito
de Jaun Zuria, pero ¿existe alguna base histórica de la leyenda de Jaun Zuria
y/o de la Batalla de Padura? Antes de nada conviene recopilar las certezas de
carácter histórico hasta ahora recogidas sobre el mito de Jaun Zuria:
- No hay documentación escrita fidedigna sobre la existencia
del supuesto primer Señor de Vizcaya y fundador de la casa de Haro en el siglo
IX, ni sobre su nacimiento y muerte ni sobre su descendencia
- No hay constancia de que en Arrigorriaga (Bizkaia) se
librase ninguna batalla en 870 o 888 entre vizcaínos y asturleoneses
- Pedro Alfonso, conde de Barcelos ideó en el siglo XIV el
personaje de un primer Señor de Vizcaya de origen extranjero, que otros autores
de la Edad media o la Edad Moderna han defendido como real pero sin aportar
pruebas
- La leyenda de Jaun Zuria, tal y como la relatan Pedro
Alfonso (S XIV) y Lope García de Salazar (S XV), tiene un más que posible
origen en leyendas populares vascas, más aportaciones hechas por estos autores
procedentes de diferentes tradiciones literarias medievales.
- La mayor parte de los personajes citados en las
pretendidas aproximaciones históricas al relato (la esposa de Jaun Zuria,
Sancho Estéguiz, el príncipe Moniño/Ordoño) son ficticios.
Falso sepulcro del príncipe Ordoño (Iglesia Sta. María Magdalena, Arrigorriaga) |
Aunque desde el S XIX jamás se ha considerado a Jaun Zuria
como primer Señor de Vizcaya- fundamentalmente porque su existencia es más que
dudosa- como hemos visto nunca han faltado personas que de una manera un tanto
romántica y confundiendo sus deseos con la realidad han proclamado a este
personaje como histórico, principalmente desde un nacionalismo vasco de corte
derechista y tradicionalista. También muchos han creído ver al mítico primer
caudillo de Vizcaya en alusiones a oscuros personajes históricos de la baja
Edad Media vizcaína o en algunas representaciones artísticas. Un caso bastante
notable es el óleo romántico que se encuentra en la Casa de Juntas de Gernika
pintado por Anselmo Guinea en 1882 (ver imagen en la primera parte de este
post) originalmente titulado Jura de un
Señor de Vizcaya, aunque ha terminado por ser conocido en fechas recientes
como Jaun Zuria jurando defender la independencia
de Bizkaia cuando siempre se ha considerado que el Señor representado era
el primer Señor de Vizcaya del que se tiene constancia, Iñigo López. Tal vez
sus vestimentas blancas hayan sido la razón por la que se ha creído que se
trataba de Jaun Zuria (nada dicen los textos de ropa blanca sino de tez blanca,
por cierto) más que por las vestimentas
de los personajes que son mas propias de los siglos XI o XII o por el escaso
aspecto céltico o anglosajón del Señor en cuestión. Otra representación pictórica
curiosa es la del retrato del siglo XVII que figura también en la Casa de
Juntas -aludido también en la primera parte del post- y que representa a “Lope de Vizcaya” con un
curioso e imposible aspecto romano-gótico o de caballero andante: es esta la primera
(y prácticamente genuina) representación iconográfica del personaje que ha
perdurado (la imagen que encabeza este post, del S XIX, esta basada en ese cuadro)
Con todo, es necesario constatar el hecho de que si bien no se han
hallado pruebas fehacientes sobre la veracidad de los mitos de Jaun Zuria, si
que existen algunos apuntes históricos que conectarían con la construcción de
la leyenda y con una (remotamente) posible existencia de alguna figura real que
haya inspirado a la creación de Jaun Zuria, además de eventos que han ayudado a
crear le leyenda de la batalla de Padura. En lo que respecta al personaje del
bravo noble, si bien entre los siglos XVI y XVIII varios historiadores
(Garibay, Iturriza, Ibargüen) pretendieron demostrar la veracidad de la
existencia de Jaun Zuria, ninguno aportó ningún dato fundamentado en investigación
histórica, ya que entre otras cosas recordemos que el método científico no
entraría en pleno desarrollo hasta prácticamente el siglo XVIII habiendo que
esperar hasta prácticamente el XX el hallazgo de algunas sugerentes teorías
históricas. En ese sentido, un historiador del XVI como fue Juan Iñiguez de
Ibargüen estableció la genealogía posterior de Jaun Zuria- basándose en la de
Lope García de Salazar- que fue aceptada por los apologistas de la veracidad de
la leyenda. Ibargüen fijó la batalla de Arrigorriaga en 888, 18 años más tarde
que Salazar, al término de la cual Lope Fortún “llamado por su blancura Jaun Zuria” fue nombrado Señor de Vizcaya.
Según Ibargüen Lope Fortún, hijo de una princesa escocesa y un noble de
Mundaca, se casó primero con doña Íñiga, hija del duque de Cena y en segundas
nupcias con Dalda Estíguiz (Estéguiz), hija de Sancho Estíguiz Ortuñez, Señor
de Durango, invirtiendo así el orden de los matrimonios propuestos (inventados)
por Salazar. El hijo de Fortún e Íñiga sería el heredero del Señorío, pero
Ibargüen no hizo constar su nombre, identificado por autores posteriores (y
siguiendo a Salazar) como Munio o Momo, personaje del que no se tiene ninguna
constancia histórica como tampoco de las supuestas esposas de Jaun Zuria. Decir
que Ibargüen también especuló con la existencia de unos fueros primitivos
vascos escritos al parecer en el S VIII pero de los que no hay ninguna
constatación: con todo, hubiesen surgido un siglo antes de Jaun Zuria y por lo
tanto no pudieron ser creación suya.
¿Vikingos en la costa vizcaina? |
La identificación de la supuesta descendencia de Jaun Zuria
abrió precisamente en los siglos XIX y XX una línea de investigación sobre el
origen de la casa de los primeros Señores de Vizcaya, los Haro, a la que nos
referiremos luego. Pero en lo que respecta al origen y a la identidad de Jaun
Zuria, han ido surgiendo varias especulaciones ignoradas por los historiadores
antiguos. Una de ellas es la que identifica a Jaun Zuria como un noble sajón
descendiente de las casas de Wessex y West Anglia, destronadas en el IX, y otra
la que le considera un normando o un vikingo, o al menos descendiente de ellos.
El relato de la llegada a Mundaka de naves vikingas podría tener una conexión
con una hipotética base vikinga que según Jon Bilbao (1982) se hubiese establecido
en la ría de Mundaka. Según el autor, que se basó en un estudio de la
Universidad de Oxford de 1977
a cargo de Smyth sobre los vikingos en las islas
británicas en el S IX, en la segunda mitad del IX pudieron haber llegado a
Mundaka dos reyes vikingos de Dublín propensos a los viajes y las expediciones
punitivas: los reyes de Dublín hacia 850 Olafr el Blanco y Ivarr el Culebro, dos apelativos que evocan
respectivamente a Jaun Zuria y a su supuesto padre “Culebro” según Salazar ¿Serían
estos los extranjeros llegados de las islas según Pedro Alfonso?, ¿la leyenda
del Culebro se refiere en realidad al rey Ivarr, que pudo derivar en al
imaginación popular en un Culebro o diablo por su nombre? Para empezar, no
parece muy pausible ni demostrable (no hay pruebas) la sugerente teoría de una
base vikinga en Mundaka (o en Busturia, como también se ha dicho), si bien
fueron muy posibles las incursiones normandas en el siglo IX en las costas vizcaínas
desde su base de Baiona. No parece sin embargo que fuesen los vikingos colonos
irlandeses (fundadores de la ciudad de Dublín) los que supuestamente llegasen a
Bizkaia, y en realidad los apodos de ambos reyes no sean más que una mera
coincidencia. Antón Erkoreka sostiene la teoría de Jon Bilbao- últimamente con
bastante aceptación en la comarca de Busturialdea, donde se originó la leyenda-
y además la conecta con Salazar en el sentido de que los vikingos pudieron
intervenir en la fundación de la villa de Mundaka que tuvo una de sus primeras
reseñas en Salazar. Para Erkoreka, la torre Torrezarreta en el barrio Altamira
de Busturia (citada por Salazar) pudo haber sido la residencia del mítico Señor
(que se trataría de un vikingo o normando) como también lo pudo ser la torre de
Montalbán de Mendata, ambas fortificaciones defensivas en su origen. La teoría
de la morada zuriana en Torrezarreta ha sido defendida con más argumentos
tradicionalistas que otra cosa por estudiosos de la leyenda de la zona costera
de Bizkaia, pero tampoco existe un documento claro que vincule dicha
fortificación con el personaje. Con todo, la teoría sobre la posible llegada de
un noble normando a Mundaka o Busturia esta cogiendo fuerza en los últimos
tiempos ¿pudo ser el personaje que inspiró a Jaun Zuria un normando exiliado?
No es descartable la residencia de un joven marino, pirata o guerrero normando
en la costa vizcaina en el IX, pero resulta improbable que fuese nombrado señor
de Vizcaya o que acaudillase a los vizcainos en alguna guerra o batalla. Este
personaje de tez pálida y rubios cabellos
pudo dar origen a la leyenda de un hombre de extraordinarias
características físicas que podía haber sido hijo del maligno genio vasco
Sugaar, algo que a Salazar le recordaba mucho a la concepción de Merlín por un
íncubo en una doncella celta.
Aproximación histórica
a Jaun Zuria (II): la conexión con el Reino de Navarra
Sancho I Garcés, ¿consuegro de Jaun Zuria? |
Otra teoría histórica conecta a Jaun Zuria con los reyes de
Navarra, aunque aquí las dudas son mayores y a pesar de que sea cierto el
origen histórico del Señorío de Vizcaya a partir del Reino de Navarra. Ya el
propio Salazar estableció que el hipotético hijo de Jaun Zuria, Munio López,
supuesto señor de Vizcaya según el autor entre 909 y 920 se casó con
Belasquita, la hija del rey de Pamplona Sancho I Garcés. Su sucesor fue Iñigo
López Esquira (Ezquerra), quien gobernó en fechas no coincidentes con el
auténtico Iñigo López. A este poco claro Iñigo le sucedió según Salazar su hijo
Lope Iñiguez, y a este su vástago Sancho López que supuestamente gobernó hasta 1016.
No hay constancia de la existencia real de estos Señores pese a que los
navarros Sancho I y su hija Belasquita
fuesen personajes históricos reales. No está muy claro si Salazar confunde a
los verdaderos Ezquerra y su hijo Lope Iñiguez (que ostentó el señorío entre
1077 y 1093) con los descendientes de Jaun Zuria del siglo X, aunque lo cierto
es que en algunas obras históricas el autor establece una cronología mas adecuada a
la noticia histórica aunque suponiendo a Ezquerra como el sexto Señor de
Vizcaya y hermanastro de su antecesor Sancho López. Según Tomás Urzainqui, que
no tiene en cuenta le genealogía de Salazar, la princesa Belasquita es en
realidad la base del trasunto de la madre de Jaun Zuria- su nombre Belasquita se
confundió con el latín “Bela Scota”, bella escocesa”- que se casó en terceras
nupcias con Fortún Galíndez o Galindones, duque de Nájera, que según Urzainqui
había podido ser confundido con un príncipe gaélico a causa de su apellido. El
autor deja entrever que este noble pudo ser caudillo de los vizcainos en algún
momento (¿una batalla?) pero no hay constancia sobre eso como tampoco de la
relación de Belasquita con los señores de Vizcaya. No obstante, el primer
marido de doña Belasquita fue el oscuro conde de Álava Munio Vela o Momo Velaz,
cuyo nombre de pila se correspondería con el del supuesto hijo de Jaun Zuria
desposado con la princesa navarra, aunque esto tiene visos de ser una mera
casualidad ya que ese nombre (del que derivaría Nuño) era muy común en la
península ibérica en la alta Edad Media. Es muy posible que Lope García de
Salazar se hiciese un batiburrillo (premeditado) para incluir apócrifamente a
los reyes de Navarra en la estirpe de los primeros Señores de Vizcaya.
Las últimas investigaciones históricas realmente han hecho
caer en saco roto la existencia real de Jaun Zuria como primer jefe de la antigua Vizcaya en tanto que es muy posible
que en los territorios vascos hubiese habido desde antes de Cristo jefes
militares en diversas poblaciones o fortificaciones que tuviesen que combatir
contra invasores bárbaros de modo análogo al que lo hizo nuestro personaje.
Estos caudillos serían elegidos entre las familias vasconas más poderosas
aunque es posible que entre los siglos XVIII y XIX hubiese habido un vacío de
poder que inspiró la leyenda de Jaun Zuria, el señor venido del extranjero. Vizcaya
se incorporó al Reino de Pamplona (posteriormente de Navarra) posiblemente a
comienzos del X en una época en al que no se ha documentado la existencia de
ningún Señor de Vizcaya, pero algunos investigadores señalan que en el siglo IX
existió un Vizcaya un noble señor al servicio de Pamplona llamado el conde
Momo, que algunos identifican con una posible descendencia de Belasquita de
Navarra y su primer marido del mismo nombre. El Señorío dejó de pertenecer a Navarra para
pasar a Castilla en 1076, siendo Iñigo
López el mandatario.
Historia, mito y
leyenda en la batalla de Padura
La costa de Busturia, origen de la leyenda |
En lo que respecta a la batalla de Padura, puede haber una
leve base histórica en este acontecimiento que en ningún caso se dio realmente.
Es cierto, como señala Mañaricua, que existen registros de expediciones de
reyes asturianos en el siglo concretamente del rey Alfonso III (848-910) - que
habrían llegado a oídos del conde de Barcelos - pero jamás se ha relatado
ninguna batalla o guerra con los vizcainos. A este respecto, hay que referirse
a un hecho que narra el historiador vizcaíno del XIX Juan Delmas y que cuenta
una batalla en el siglo X entre vizcaínos y francos cerca Gizaburuaga, en la
comarca costera vizcaina de Lea Artibai, cercana a la de Busturia. Aunque esta
no fue una batalla por la “independencia” del territorio si que fue un combate
contra un invasor: es posible que influyese en el desarrollo de una leyenda
sobre una batalla de vizcainos contra “extranjeros” que se extendió por la zona
costera de Bizkaia. No obstante, la localización de este combate se encuentra
relativamente alejada de la zona Mundaka-Busturia, donde posiblemente hubiese
habido algún combate o escaramuza contra intrusos bárbaros (¿también vikingos?)
o asturleoneses en la época de Alfonso III (hubo torres en la zona, como la
mítica Torrezarreta, que cumplieron función defensiva), pero difícilmente una
batalla de las proporciones descritas en la leyenda. El mito de Roncesvalles
(una vez más vascones contra francos) pudo influir también en una tradición
oral de la zona de Busturia a partir del siglo X que hablaba de la gloriosa
victoria de los vizcainos frente a los invasores. Con todo, este relato
posiblemente surgió y se desarrollo independientemente de la leyenda del noble
caballero extranjero de tez blanca y fue Don Pedro Alfonso (o en su defecto
alguna otra tradición anterior a él) quien los fusionó, dando así lustre épico
al relato y explicando el origen de los fueros vascos tras haber obtenido la
autonomía respecto al reino asturleonés.
Cruz en el lugar del árbol Malato, Luiando |
Es evidente también el hecho de que la localidad de
Arrigorriaga no tuvo nada que ver en esta fundamentación histórica de la
batalla que lleva su nombre (también conocida como Batalla de Padura); de hecho
el propio Pedro Alfonso ya mete la pata situando a Arrigorriaga cerca de
Busturia (las luchas que habrían dado origen a la leyenda se habrían
establecido en la zona costera cercana a Mundaka y Gernika). Salazar trató de
corregir el error estableciendo a la localidad cerca de Bilbao (en donde se encuentra realmente) y creando un
nombre primitivo de la zona: el valle de Padura. Como ya dijimos antes, el
origen del topónimo Arrigorriaga no parece que venga de ninguna batalla, si
bien el nombre eusquérico puede significar lugar de piedras rojas, también
puede ser lugar de piedras abruptas o peladas. Otro asunto interesante es la
existencia real o no del árbol Malato, una encina de Luiando (Álava) que
supuestamente marcaba el límite de Vizcaya y prohibía el paso de los soldados
vizcaínos para hacer la guerra en otros territorios, aunque según varios
autores también es posible que se tratase de un árbol que señalaba la
prohibición de paso para leprosos o que se tratase de un árbol viejo y enfermo,
ya que “malatus” significa enfermo. El origen del nombre es discutido, así como
su existencia en aquel tiempo no muy clara. En el siglo XVIII se replantó una
encina en el lugar donde supuestamente se encontraba dicho árbol y tras su
muerte se instaló una cruz de piedra en su lugar que aún se conserva en Luiando.
La inclusión de este árbol en la leyenda, por parte de Salazar, se debió sin
duda a la pretensión de otorgar un epílogo sugerente y épico al relato de la
batalla, así como, por que no, para mitificar el concepto de frontera del
Señorío con respecto a los territorios vecinos.
Símbolos de una
leyenda, símbolos de Bizkaia
El escudo de la casa De Haro, el escudo antiguo de Bizkaia y la bandera de la batalla de Padura |
Y para concluir, no se puede olvidar el supuesto origen
zuriano de un símbolo vizcaíno como es el escudo de Bizkaia. Ya vimos como
Salazar creó la leyenda de su concepción en su relato de Jaun Zuria, haciendo
al protagonista creador del escudo de armas de la familia Haro y por ende del
de Bizkaia (antiguo) y el de muchas localidades del territorio (Bilbao
incluida), ya que los dos lobos con corderos en sus fauces aparecen no solo en
el viejo escudo de la provincia sino en el de muchos municipios como el actual
Bilbao: ese era el emblema de los Haro, incorporado al escudo de su señorío y
al de localidades sobre las que mandaron o fundaron. García de Salazar se
inventó el avistamiento de Jaun Zuria de dos lobos con corderos y así explico
el – en realidad incierto- origen del
escudo de los Haro. Por otra parte, las cruces de San Andrés (aspas) del escudo
de los Haro han sido explicadas por el hecho de que la tradición desde aproximadamente
el siglo XVII estableció que la batalla de Arrigorriaga tuvo lugar un día de
San Andrés, pero esta, obviamente, no parece la explicación mas convincente del
origen de este elemento en el blasón nacido probablemente en el S XI y que
llevará a la antigüa bandera de Bizkaia (con una cruz de San Andrés roja) y a
la ikurriña Otra tradición, del XVIII-XIX, estableció la supuesta bandera de
Vizcaya conmemorativa de la victoria en Arrigorriaga: una cruz de San Andrés
verde (como el roble de Gernika) sobre fondo blanco (¿haciendo referencia a
Jaun Zuria?), esta bandera de origen
zuriano apócrifo inspiraría la ikurriña creada por Luis y Sabino Arana a
finales del XIX.