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A
estas alturas esperar una sorpresa en una nueva adaptación cinematográfica de
un personaje superheróico de Marvel Comics es una total quimera: prácticamente
todas (las ya numerosas) películas coproducidas por Marvel Studios- salvo
excepciones como parte de las sagas Iron Man, X Men y Spider-Man- siguen el mismo esquema de acción aparatosa,
efectos especiales visualmente salidos de madre y guiones predecibles. Esta
segunda entrega sobre el grupo de primeros espadas supedotados de la casa cuyas
viñetas crearon el guionista y editor Stan Lee (que como siempre realiza el
cameo de rigor como el resto de filmes producidos por/adaptados de Marvel) y el
dibujante Jack Kirby a principios de los 60 tal vez resulte mejor que la
primera entrega estrenada en 2012 y también dirigida por Joss Whedon, pero al
fin y al cabo poco o nada aporta. Iron
Man (Robert Downey Jr., quien encarna por quinta vez al héroe de la armadura
voladora contando esta saga y la del propio personaje), Hulk (Mark Ruffallo
alterado infográficamente cuando Bruce Banner se torna en la masa verde), Viuda
Negra (Scarlett Johannson), Capitán América (Chris Evans), Ojo de Halcón
(Jeremy Renner) y Thor (Chrish Hemsworth) vuelven a involucrarse en un
aparatoso tinglado esta vez relacionado con la desaparición de una poderosa y
destructiva fuente de energía robada al parecer por una inteligencia artificial
llamada Ultron (con los movimientos y la voz en la versión original de James
Spader) que termina utilizando un cuerpo robótico para llevar a cabo su
propósito, que no es otro de hacer evolucionar a la humanidad de una manera tan
peculiar como provocando su extinción.
A
la plantilla de los Vengadores se unen esta vez los mellizos Bruja Escarlata (Ellisabeth Olsen, hermana menor de las
denterosas gemelas Olsen) y Quicksilver (Aaron Taylor-Johnson) y todo un clásico del universo Marvel como es
La Visión
(Paul Bettany). El reparto de completa con viejos conocidos de las diferentes
adaptaciones de los cómics de la mítica editorial norteamericana más nuevas
incorporaciones: Stellan Skarsgard, Don Cheadle, Idris Elba, Anthonie Mackie o
Andy Serkis. Destrucciones a tutiplén, catástrofes varias, golpes, rayos,
vuelos y explosiones por un tubo en un conjunte que pese a tener cierto sentido
épico y algún momento vibrante del que la anterior entrega carecía termina
cayendo en lo obvio y vacuo. Cine fast food de escaso alcance.