lunes, agosto 22, 2016

CAZAFANTASMAS (GHOSTBUSTERS)





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Que Hollywood anda totalmente falto de ideas no es ninguna novedad y que se ha sumado al carro de la explotación del negocio de la nostalgia- algo que resulta últimamente más que cansino en los múltiples contextos en los que esto está sucediendo en todo el mundo- es evidente. Por ello a nadie a estas alturas le ha extrañado que se recupere el clásico de la comedia fantástica de los 80 Ghostbusters (1984) para hacer un remake después de marear la perdiz con una nueva entrega (sería la tercera) y con la verdadera naturaleza de este nuevo filme que finalmente no es más que una nueva versión con elementos que lo adecuen al cine de entretenimiento de hoy y con un significativo cambio en su planteamiento ya que los Cazafantasmas esta vez son cuatro mujeres en lugar de aquellos muchachos del Saturday Night Live que lograron como actores, guionistas y productores un inesperado taquillaza fusionando la comedia yanki gamberra de los 80 con el cine fantástico y de efectos especiales para el público de todas las edades que tan en boga estaba hace tres décadas. Con el también actor Paul Feig como director y Ivan Reitman- director de los Ghostbusters de los 80- y Dan Aykroyd- actor y guionista de los Cazafantasmas originales- en el staff de productores no es de extrañar que este remake sea un continuo homenaje al filme original con un guión prácticamente idéntico- un grupo de científicos (as) frikis y más bien torpes que repentinamente unen sus fuerzas para aplacar una oleada de apariciones fantasmales en Nueva York provocadas en realidad por un inesperado e inquietante acontecimiento sobrenatural (que esta vez es diferente al del film original)- imágenes calcadas de la película de 1984, situaciones más o menos equivalentes a las de aquel filme, y cameos de prácticamente todo el reparto principal del la peli de Reitman en nuevos papeles: Bill Murray (en un papel algo más largo y significativo que el resto), Sigourney Weaver, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Annie Potts se dejan ver por allí, solo faltan el fallecido Harold Ramis (que aparece en forma de busto) y el retirado Rick Moranis 


Un acierto de la nueva Ghostbusters es que sus nuevas protagonistas asumen roles que no son equivalentes a los de los cuatro cazafantasmas de los 80. Así, Melissa McCarthy como la un tanto alocada pero meticulosa simpática lideresa del equipo de exterminadoras de fantasmas Abby Yates, Kristen Wiig como la aparentemente escéptica y remilgada Erin Gilbert, Kate McKinnon como la experta en gadgets parpasicológicos Jillian Holtzmann y Leslie Jones como la taquillera de metro metida a cazadora de ectoplasmas Patty Tolan, componen nuevos personajes con momentos desiguales en cada uno de ellos que si bien a nivel individual funcionan la relación entre ellos en esta historia se antoja totalmente incompleta, en especial la relación de amor-odio entre Abby y Erin que en realidad funciona como elemento de relleno. Con unos efectos especiales obviamente mejores que los de la fuente original- sustituyendo a los fantasmas marionetas y animatrónicos por espectros creados por ordenador- y una presencia de escenas de acción y lucha más del gusto del público juvenil actual que la primera versión carecía y que muchas veces sobran, el filme solo resulta verdaderamente disfrutable en su primera parte con la presentación de los personajes y el planteamiento de la premisa desencadenante -bastante poco estimulante y con el error de mostrarla prácticamente en los primeros compases del metraje además de estar sustentada en un villano nada carismático- ya en la segunda parte nos encontramos con un reiterativo festival-homenaje con referencias por un tubo y la aparición de personajes y momentos reconocibles por los fans de Cazafantasmas. Si el repartod e protagonistas se limita a cumplir el casting de secundarios esta bastante perdido con un Chrish Hermsworth que trata de explotar malamente su vena cómica como Kevin, el apolíneo recepcionista de las Cazafantasmas y algunas caras de prestigio como Charles Dance y Andy García que se limitan a pasar el rato. Parece ser que vendrá una secuela, y es que en el cine como negocio la nostalgia no es un error.

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