lunes, abril 25, 2022

ARTHUT RAMBO


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El mundo de las redes sociales poco a poco se va convirtiendo en surtidor temático de la gran pantalla y tal y como se muestra en este hábil filme francés permite algunas innovaciones estilísticas y narrativas que añaden interés a la película en cuestión, aunque lo cierto es que el argumento de Arthur Rambo (inspirado en un hecho real) ya de por sí e incluso sin su contexto sociotemporal resulta sugerente como una cruda historia de ascenso, error y caída. De todas formas resulta inevitable el asociar el momento actual plagado de temas tan variados como el auge de la cultura de la cancelación, el poder de las redes, el ascenso de la intolerancia derechista en Europa y la cultura del éxito con el hilo argumental del nuevo filme de Laurent Cantet (Recursos Humanos, La Clase, El Taller de escritura) que sin ser una obra maestra demuestra que el cineasta es un maestro a la hora de retratar las miserias del tiempo actual además de ser uno de los mejores directores franceses del momento.

Con escasa duración y en un marco temporal de poco más de 24 horas, el filme muestra la repentina angustiosa situación del escritor Karim D (Rabah Nait Oufella) un joven de origen argelino que acaba de triunfar en el mundo literario con una novela que cuenta la historia de su madre, una inmigrante que pasó penurias en su viaje y llegada a Francia; pero justo en la noche de una fiesta en su editorial para celebrar el éxito de su obra recién publicada en diferentes redes de de Internet salen a la luz unos mensajes y tweets homófonos, machistas, xenófobos y antisemitas que él mismo escribió tiempo atrás con el pseudónimo de Arthur Rambo. En pocas horas las noticias llegan a su entorno (editorial, representante, pareja, familia, amigos) y se pide su cabeza en toda Francia pasando a ser de héroe y espejo de una nueva generación de jóvenes franceses a un ser despreciado y odiado. Una parábola de la velocidad con la que todo ocurre en el mundo actual por obra y gracias de Internet pero que además abre otros muchos debates como la sinceridad de lo que se dice en las redes sociales, la fabricación de nuevos mitos o la cultura del odio. El filme no obstante no trata de establecer ninguna conclusión sobre el provenir de Karim ni tampoco concluye sobre la real motivación del joven en su pasado como agitador en redes sociales dejando todo en un limbo en teoría suponible por el espectador, un recurso tal vez hábil y oportuno, algo que no se puede decir de la falta de concreción de la historia en algunos momentos y de lo poco convincentes que resultan los encuentros que deberían de ser los más significativos, como los del protagonista con su madre y su hermano.

Puede que ahora mismo Arthur Rambo sea un filme que pase desapercibido en las pantallas de fuera de Francia, pero posiblemente se convierte en una película de miniculto. Es posible también que algunos esperasen algo más de Laurent Cantet, pero no hay que obviar que tiene mucho mérito un trabajo en donde los mensajes electrónicos tienen un amplio protagonismo narrativo (mostrándose casi continuamente en pantalla) y en el reducido marco temporal obliga a un afinamiento de la presentación de las situaciones y de los diálogos: solo por eso la película ya merece bastantes elogios.

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