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El thriller francófono parece que vuelve a la carga, y
no estamos hablando de productos televisivos ni comerciales a lo Hollywood sino
de la herencia de literaria de Simenon o
la cinematográfica de Melville o el Godard mas noir, perceptible en esta
coproducción entre Bélgica, Francia y España que siguiendo también las pautas
estilísticas de la nueva intriga policial europea logra ser un filme
apabullante y perfectamente equilibrado entre lo humanista y lo irracional que
requiere una historia de venganzas. Giorano Gelerdini, un director galo de no
muy extenso bagaje logra una película convincente fundamentada en una historia
bien elaborada- aunque con bastantes huecos para ser rellenados por el
espectador- en donde los intérpretes, especialmente su protagonista, llevan la
batuta en todo momento.
El español Antonio de la Torre, en estos momentos uno de los mejores actores del país, consigue una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha como un hombre desquiciado y obsesionado por saber la verdad sobre la trágica muerte de su hijo. Leo Castaneda, un conductor del metro de Bruselas que años atrás llegó desde España es testigo del aparente suicidio de su propio hijo arrojándose ante el paso del tren que precisamente conducía su padre. El hecho de que Leo llevaba dos años sin ver a su retoño veinteañero y su extraña actitud ante tal suceso llevan a la policía a investigarle al tiempo que él mismo comienza una investigación por su cuenta que le llevará a enfrentarse con las sórdidas amistades delictivas de su hijo, con los que este participó en un atraco justo el día del suicidio. La carrera desesperada del protagonista, un hombre desquiciado y desnortado de conducta errática y violenta cuyo pasado poco a poco asomará es el eje vertebral de la historia en donde la lucha por la supervivencia y el retrato psicológico de Leo constituyen auténticos espectáculos narrativos brindados por un actor tan dotado como de la Torre. Es una pena que la película presa de ciertos elementos enigmáticos insertados para dar supuesto empaque a la intriga y algún previsible inserto de la historia española reciente en sus personajes ibéricos no termine de ser lo vibrante a que al principio del metraje se atisbaba. Con todo, se puede decir que se ha logrado un buen thriller con elementos cien por cien europeos.
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