Han pasado ya más de 100 años desde que se publicase en el New York Herald Little Nemo in Slumberland del visionario Winsor McCay, el cómic mas maravilloso de la historia y la primera gran obra maestra del noveno arte. Desde 1905 hasta 1911 y posteriormente durante 1924 y 1927, el pequeño Nemo ofreció a los lectores de los diarios donde aparecían sus historietas un sus surrealistas y freudianas aventuras en el País de los Sueños, Slumberland, al que accedía todas las noches en sus sueños y en el que seres y mundos fantásticos, ensoñaciones del inconsciente, y sorprendentes situaciones que abordaban el surrelismo, parecián plasmados en bellísimas y artísticas viñetas entre al art-decó y el modernismo: el cómic se hizo arte por primera vez. Amado por los amantes y estudiosos de la historieta y admirado por expertos en arte, Little Nemo es ya todo un patrimonio de la humanidad.
Los sueños de Winsor McCay
Little Nemo in Slumberland no fue un éxito en su época (1905-1913, 1924-1927). A principios del siglo XX, el cómic estaba aún en pañales, aunque en países como EEUU (la verdadera cuna del noveno arte), todos los periódicos que se preciasen incluían tiras o palncahs enteras de diversos personajes o series, orientados al público infantil pero muy degustados por adultos: Mutt and Jeff, Buster Brown, The Katzenjammer Kids. Todos estos comics eran de tono humorístico, pero Little Nemo combinaba humor, aventuras infantiles y fantasía desbordada, en el estilo de El Mago de Oz o Alicia en el País de las Maravillas. Unas viñetas meticulosamente elaboradas en formato de plancha en lugar de tira (que era lo habitual en las historietas publicadas en la época) en color y con profusión de detalles en los personajes y escenarios era algo a lo que el público no estaba acostumbrado, y Little Nemo tuvo un éxito menor. Años después, comienza a ser reivindicado como uno de los grandes comics de las historia y hoy dia no hay enciclopedia o libro sobre la historia del comic que no cite esta serie como una obra sumamente influyente no ya solo en el mundo de al viñeta sino en el mundo de la arte y la cultura en general. Preciosismo gráfico de inspiración modernista en maravillosas y hermosas viñetas en donde el mundo de los sueños y el subconsciente aparecía gráficamente representados en las aventuras que transcurrían en el cerebro y al imaginación del Pequeño Nemo, un niño burgués norteamericano de principios del siglo XX que en cada historieta tenía un sueño diferente que le transportaba a Slumberland, un reino mágico fabricado con conceptos freudianos y del mundo onírico que aún sigue sorprendiendo por su derroche de imaginación exacerbada y total derroche de encantadora fantasía.
Nemo era un niño moreno y de rasgos angelicales de unos siete u ocho años; todas las historietas estaban basadas en sus sueños nocturnos y por ello casi siempre aparecía ataviado con sus pijamas, blancos o estampados, aunque muchas veces llevaba ropa al efecto del lugar o la situación donde se encontraba. Las aventuras comenzaban la mayoría de las veces con Nemo ya situado en el mundo onírico fantástico, aunque solo algunas veces en “País de los Sueños”, reino maravilloso al que siempre trataba de acceder (y al que llegará), pero terminan casi siempre con el niño despertado tras el sueño en su enorme cama o caído de la misma, muchas veces atendido por los criados de la casa o con la voz en off de sus padres exclamando que el pequeño ya se había despertado o caído. Las historietas de Little Nemo, dentro de su desaforada temática fantástica, tenían un carácter muchas veces cruel e incluso terrorífico para la mentalidad infantil, ya que Nemo, sobre todo en su intención de llegar a Slumberland, se encontraba ante situaciones al borde de la muerte o con visos de tener un catastrófico o trágico final: ataque de criaturas, caídas aparatosas, envejecimiento acelerado del protagonista, transformaciones grotescas. Eran las pesadillas de Nemo, ni más ni menos y que terminaban, claro está, cuando se despertaba, casi siempre alegremente.
Winsor McCay (1867-1934), el creador de Little Nemo in Slumberland, como se puuede deducir al crear tan singular obra, era todo un genio. Nos e sabe a ciencia cierta donde nació, y ni tan siquiera su año de nacimiento parece seguro. A finales de la década de 1880 comienza a recibir formación artística y en 1889 se instala en Chicago para estudiar en el Art Institute of Chicago, mientras trabaja como creador de carteles y postres. En 1891 se traslada a Cicinnati, Ohio y comienza una carrear de artista profesional sin ningún éxito. Tuvo que esperar al comienzo del siglo XX y a la adopción de un nuevo medio que daba sus primeros pasos, el comic, para obtener sus primeros éxitos profesionales. Por aquel entonces la prensa diaria era prácticamente el único emdio de distribución y difusión del tebeo, y en periódico Cicinnati Enquirer publicó McCay durnate 1903 Tales of the Jungle Imps by Felix Fiddle (Cuentos de los Diablos de
A parte del campo del cómic, Winsor McCay fue un pionero del cine de animación, debutando precisamente en 1911 con una perdida adaptación de Little Nemo. McCay realizó un total de 13 cortometrajes de dibujos animados entre 1911 y 1922, en donde se encontraban también adaptaciones de Dreams of a Rarebit Fiend. Estos filmes, en blanco y negro, estaban hechos y animados a mano y concebidos muchas veces para que el propio artista, quien los presentaba en varias giras y espectáculos por todo EEUU, interactuase con ellos en carne y hueso y propia presencia hacia la pantalla. Su creación mas memorable en dibujos animados fue Gertie the Dinosaur (1914) (el Dinosaurio Gertie), cortometraje que revolucionó el mundo de la animación por su sorprendente calidad.
Winsor McCay tenía el mejor y mas cuidado estilo gráfico del cómic de su época, siendo considerado el mejor dibujante de la época anterior a
¡Despierta, Nemo!
Las planchas de Little Nemo, que se publicaban en el periódico semanalmente, presentaban historias independientes entre si. En las primeras historietas, Nemo, en sus sueños pretendía llegar a Slumberland, propósito este que le hacía pasar por una serie de desventuras a menudo catastróficas. En realidad, “El País de los Sueños” al que hace referencia el título de la serie no solo es el reino al que Nemo trata de llegar, sino el país sin nombre al que el niño accede en sus sueños y que sirve de paso para Slumberland: ambos escenarios son, lógicamente el mismo, el estado onírico en el que se encuentra Nemo, todo es Slumberland. No obstante, en sus sueños Nemo viajará también a la luna, Marte y en no pocas ocasiones el mundo real de su dormitorio se confundirá e interactuará con personajes y situaciones de Slumberland.
Nemo había sido emplazado por el Rey Morfeo, soberano de Slumberland, para que una vez se encuentre en su reino sea compañero de juegos de su hija,
McCay construyó el mundo de Slumberland con muy diversas fuentes y elementos: el mundod e la decoración art noveau y art-decó (notese que esas eran corrientes artísticas de vanguardia en 1900) añadiendo además unos vestuarios barrocos en los personajes y una alucinante y vistosa arquitectura fantástica en edificios y escenarios, mitología griega, mitología germánica, el mundo de los cuentos de hadas (los hermanos Grimm, especialmente), Lewis Caroll, el cartelismo y el grafismo de principios del siglo XX y ciertos símbolos y elementos del psicoanálisis, además de una cierta anticipación del surrealismo artístico (y es que tanto Little Nemo como el surrealismo partían de una misma premisa, la exploración del subconsciente).. Realmente Little Nemo es uno de los comics intelectualmente mas elaborados de la historia, pese a su apariencia de aventuras infantiles.
Viñetas de museo
Little Nemo supuso una gran renovación en el mundo del cómic en relación a todo lo que se estaba haciendo en ese momento. La acción era muy rápida y se empleaban muchas viñetas, en contraste con lo que se estilaba en los primitivos cómics de principios del XX. El uso de al perspectiva en los dibujos, sigue siendo sorprendente en un cómic incluso hoy en día, y además se consiguió por primera vez una sensación de movimiento en el cómic de gran realismo. Si a ellos sumamos que narrativamente se mostraba un desborde total de fantasía que no ha cesado de dejar con la boca abierta a lectores de varias generaciones, y un perfeccionismo artístico inusual en el noveno arte a lo largo de la historia, con una enorme variedad de escenarios y personajes, tenemos definitivamente algo mas que un cómic, una auténtica obra de arte. Lamentablemente, solo tras la muerte de Winsor McCay, Little Nemo alcanzará el éxito y el reconocimiento merecido.
Entre las muchas historietas de Little Nemo in Slumberland memorables se encuentra la conocida como La noche de las casas vivientes, que llegó a formar parte de la colección del Louvre,
A pesar de no muy grande éxito en su época, Little Nemo fue el primer cómic que disfruto de merchandising; ya en 1906, un año después de su irrupción, el propio McCay diseño postales sobre los personajes y se comercializaron libros de cuentos y juguetes sobre la serie. En 1908 se estrenó en el Teatro New Amsterdam de Broadway una opereta basada en el personaje, escrita por Victor Herbert, que fue representa entre el 20 de octubre de 1908 y el 23 de enero de 1909. El 8 de abril de 1911 se estrenó el corto de animación del propio Winsor McCay basado en Little Nemo, siendo la primera vez en la historia que un personaje de cómic llega al cine. Aunque se conoció popularmente como Little Nemo, el titulo completo del filme era Winsor McCay, the Famous Cartoonist of the N.Y. Herald and his Moving Comics. Poco se sabe de esta película, al parecer perdida. Estas pioneras adaptaciones de un cómic a otros medios, demuestran que ya Little Nemo era una obra singular.
Es un sueño
El 23 de abril de 1911 fue el último día que Little Nemo in Slumberland apareció en el New York Herald, ya que McCay fue fichado por William Randolph Hearst para el New York American, uno de los muchos diarios propiedad del legendario magnate. En uno de los diarios nortemericanos más influyentes, McCay continuó las aventuras del pequeño Nemo, desde el 30 de abril de 1911 hasta finales de 1913 con el título de In the Land of Wonderful Dreams (En el País de los Sueños Maravillosos), ya que los derechos de la anterior denominación seguían perteneciendo al Herald. En 1914 McCay abandona el American y Little Nemo deja de publicarse durante varios años. En 1924, 11 años después de su desaparición, McCay vuelve a dibujar cómics de Little Nemo para el New York American, pero en 1927 el Nemo de Winsor McCay desaparece definitivamente. El dibujante fallece siete años mas tarde. Intentos de su hijo Robert McCay por resucitar el personaje en breves periodos a finales de los 30 y mediados de los 40 fueron decepcionantes y las nuevas historietas no se mantendrían mucho tiempo.
Especialmente a partir de los años 40, se empieza a valorar en su justa medida Little Nemo y ya se considera como uno de los mejores cómics de la historia. Con el paso del tiempo la admiración a al obre de McCay no decrece y son muchos los dibujantes y críticos que declaran las maravillas de este cómic. Por ello, las reediciones no se hacen esperar y en los 40 el editor Woody Gelman reimprime con gran éxito muchas de las planchas de las dos primeras etapas de Little Nemo en formato comic book. Esta misma editorial publicará otras muchas historietas más que aún no habían aparecido reimpresas. En 1966, el MOMA hace que Little Nemo y el resto de cómcs de Winsor McCay entren en la historia al ser la primera vez que unos cómics se exhibe en un museo. Años después, planchas de Little Nemo serán expuestas en el Museo del Louvre en parís.
No obstante, la publicación completa y ordenada del catálogo de Little Nemo no se efectuará hasta finales de los 70. La editorial norteamericana Fantagraphics publicará en los 80 y 90 en diversos volúmenes la obra completa sobre el personaje. En 1993 esta compañía completa la publicación de la compilación definitiva de Little Nemo, consistente en 6 volúmenes. Aunque durante su vida editorial Little Nemo no fue traducido a ningún otro idioma a parte del inglés, a partir de los 60 se suceden volúmenes recopilatorios en todo el mundo sobre las aventuras del personaje, que en vida no fue publicado fuera de USA. En España, la editorial vasca Tarttalo publicó en la década de los 80 varios volúmenes recopilatorios en castellano. La editorial alemana Taschen publica en 2000 un amplio volumen con toda la etapa clásica: Little Nemo 1905-1914 (la etapa de los 20 aún no puede tener copyright fuera de EEUU). En 2005, 70 años después de la muerte de Winsor McCay, toda la obra de Little Nemo pasa a ser de dominio público.
Más que un tebeo
A parte de la adaptación de 1911, Little Nemo ya tuvo en 1989 una nueva adaptación en dibujos animados, esta vez en largometraje: la coproducción americano-japonesa Little Nemo: Adventures in Slumberland dirigida por Masami Hata, Masanori Hata y William T. Hurtz . La película solo fue estrenada en 1989 en Japón, y no llegaría a EEUU hasta 1992, y al resto de países años mas tarde. El filme respeta ele spíritu de al historia pero en un tono más edulcorado y amable y más cercano a los productos Disney, lo que no hace ningún favor a la fuente original. Tampoco se sigue el singular e irrepetible estilo visual del cómic a favor de un hirsuto híbrido entre el anime nipón y al animación tradicional americana. El proyecto inicial, que databa de 1982, fue mas ambiciosos, pero diversos problemas en un largo y polémico proceso de producción redujeron las ambiciones artísticas del filme, que pese a todo tiene calidad técnica. Creadores de la talla del escritor Ray Bradbury como guionista, y del dibujante Moebius como asesor artístico estuvieron en el proyecto inicial, pero abandonaron. Anteriormente, en 1984 se estrenó una poco conocida adaptación libre en imagen real, la coproducción británicocanadiense Dream One, también conocida como Nemo, producida por John Boorman, que apenas presentaba similitudes con la obra original.
Tras la muerte de McCay, se publicaron libros de cuentos sobre Little Nemo, como al de 1941, un versión de los comics para ver en 3D de en 1987, y en general, en als eguna mitad del siglo XX, Little Nemo se convierte en un icono y un referente cultural y artístico: diversos comics de culto, como Miracleman de Alan Moore o The Sandman harán referencia a Nemo; novelas infantiles con influencia de las aventuras del personaje (Night Kitchen, Santa Calls); parodias eróticas como Little Ego de Vittorio Giardino; referencias musicales como la canción Scenes From a Night´s Dream de los británicos Genesis o el video de Runnin´down a Dream del americano Tom Petty, videojuegos como Little Nemo: The Dream Master (1990)…
Little Nemo in Slumberland es una de las más grandes maravillas del cómic de todos los tiempos. Un delirio de belleza, imaginación, sentido artístico. No se ahrá nunca la suficiente justicia a este cómic, no tan conocido como Superman, Popeye, Flash Gordon, El Principe Valiente, Tintín, Asterix o Batman pero tanto o más influyente que estos. Historieta y arte, fantasía onírica, sueños dibujados. Subconsciente y fantasía íntimamente unidos. Con Little Nemo el cómic se hizo arte, dejando un listón tan alto que nadie aún en el mundo del noveno arte lo ha vuelto a alcanzar. Irrepetible.
buena informacion pero falta mas que ami me gustaria escuchar como: ¿QUE PASA SI LOOS OBJETOS INERTES SE EXTINGEN? y creo que fata mas yo tengo disertacion de ellos y tu no me das lo que yo quero me das infor:como quien lo ivento? no me sirve si que peleo estrudia mas sobre ellos .
ResponderEliminarMesaje de Consejo
-yo se que te esforsaste pero dame mas cosas.
-no as cosas aburridas as cosas interesantes.
Seria eso nada mas
Att:
Freddy Garcïa
Pero hombre, no me censures los comentarios, que además de dar a entender a las claras una tremenda inseguridad en ti mismo, lo veo como algo suicida, dado el poquísimo interés que despierta tu blog entre el personal. Por cierto, ¿por qué no tendrá más éxito, siendo como a mí me parece, bastante bueno? ¿Será por tus censuras? ¿Por los frecuentes errores gramaticales (me niego a llamarles "faltas") ocasionados por la prisa o la dislexia? No veo a nadie demasiado interesante que te responda en este blog, así que creo que te conviene mi presencia aquí. Tampoco espero que publiques esto, pero es que en realidad, escribo para que TÚ lo leas ya que de todos modos, no sé si alguien más acabaría por leerlo también.
ResponderEliminarLuis, si no publiqué el anterior comentario que hiciste era por un tono en mi opinión un poco despectivo (no se si con la persona que escribió el anterior comentario o conmigo, pero eso da igual), pues que haya sido una percepción mia pero yo lo entendí así. Por otra parte, gracias por palabras de tu último comentario. Lo del interés que suscite o no el blog es una cosa que no me quita el sueño (jejeje!) siempre que haya gente que lo lea más o menos de manera regular, aunque lo cierto es que recibe semanalamente varias visitas
EliminarSí, reconozco que soy bastante "faltón" y que no me limito a dorar la píldora al propietario del blog o a contribuir con comentarios sosos e inanes o por lo menos, así lo espero. Como contrapartida, creo que aporto sal al guiso este que condimentas con acierto. Convendrás conmigo en que el primer comentario se las trae y no he podido resistir el destilar algo de esa ironía de la que quizá, andamos demasiado sobrados algunos. De todas maneras, el invento es tuyo y si realmente, alguna de mis intervenciones te resulta intolerable, estarás en tu derecho de suprimirla, por supuesto. Aunque quiero que sepas que mi respeto y admiración hacia ti, crecerán si no lo haces, y aunque pretendas hacer creer que eso no te quitaría el sueño (como ves, no puedo escribir diez líneas sin tocar los huevos) si yo creara un blog, estaría encantado de que aterrizara en él alguien como un servidor. Saludos.
EliminarP.D. Si empleo palabrotas en mis opiniones, es porque además de encantarme su uso, he visto que tú también las dejas caer.