****y 1/2
Muy bonita película japonesa de animación (Anime, vamos) realizada por el gran Hayao Miyazaki, una leyenda en al animación nipona y responsable de filmes clásico del dibujo animado japonés como Porco Rosso (1992),
Ponyo es una película que trata de ofrecer el mensaje de lo importante que es cuidar nuestro planeta (el fondo marino, en este caso) y de afirmar el poder de la inocencia como la vía de solución para todos los problemas y desmanes ocasionados por el poder destructivo del ser humano: el poder del amor es lo que mueve todo y es omnipotente, y más si es un amor entre dos niños. Eso es lo que experimentarán el pequeño Susuke, un niño que vive en una casa-faro junto a un acantilado, y Ponyo, una criatura marina, un diminuto pez humanoide con la facultad de convertirse en niña, algo que consigue con el contacto con el ser humano. Representantes de dos mundos en lucha -un fabuloso mundo submarino poblado de asombrosas criaturas marinas, personajes inquietantes, y olas y aguas que cobran vida, y el mundo de los humanos- tratarán de sellar la paz definitiva entre el hombre y el mar. Con unas bellas y espectaculares imágenes y escenarios y una enorme riqueza expresiva, la película es todo un regalo para los ojos y además no deja de interesar ni un solo momento, sorprendiendo a cada instante con la siempre evocadora y desconcertante imaginería fantástica nipona.
Una película de visión obligada para a peques y muy recomendable para mayores que quieran disfrutar de una historia preciosa y sorprendente. La verdad es que Hayao Miyazaki nunca defrauda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario