***
La figura de Napoleón Bonaparte ha sido un material cinematográfico bastante habitual, y por ello cualquier película en donde aparezca como protagonista o como secundario el emperador de Francia parece que no pueda ofrecer ya nada nuevo. Pero para nuestra sorpresa, si bien ya pocas películas sorprendentes se puedan hacer sobre el personaje histórico, todavía hay oportunidad de degustar películas estimables con Napoleón como personaje central, tal es el caso de esta película, una cuidada coproducción italo-francesa dirigida con clase por Paolo Virzi. Aquí nos encontramos en el célebre episodio del ocaso del emperador, exiliado en la isla italiana de Elba en 1814, tras haber perdido el poder en Francia y haber sucumbido en su invasión a Rusia. Interpretado por el gran actor francés Daniel Auteuil, ahora Napoleón es un megalómano melancólico y taciturno, pero aún con el orgullo y la soberbia suficientes como para aspirar a huir de su exilio y comenzar de nuevo campañas militares. Tratado por los sencillos ciudadanos de Elba como un dios en vida y obviando la crueldad exhibida durante su estancia en el poder de media Europa, el ex emperador no tardará en mostrar su arrogancia y crueldad, solo criticada por Martino Papucci (Elio Germano) un joven maestro de escuela pro revolucionario y que odia a Napoleón, sobre todo por haber traicionado los principios de la Revolución. Martino, impulsivo e irascible, es nombrado secretario de Napoleón por el alcalde de la ciudad para anotar los pensamientos y soliloquios del ex mandatario, a lo que el joven accede convencido que así puede llevar a cabo su más grande deseo en ese momento: matar a Napoleón.
La figura de Napoleón Bonaparte ha sido un material cinematográfico bastante habitual, y por ello cualquier película en donde aparezca como protagonista o como secundario el emperador de Francia parece que no pueda ofrecer ya nada nuevo. Pero para nuestra sorpresa, si bien ya pocas películas sorprendentes se puedan hacer sobre el personaje histórico, todavía hay oportunidad de degustar películas estimables con Napoleón como personaje central, tal es el caso de esta película, una cuidada coproducción italo-francesa dirigida con clase por Paolo Virzi. Aquí nos encontramos en el célebre episodio del ocaso del emperador, exiliado en la isla italiana de Elba en 1814, tras haber perdido el poder en Francia y haber sucumbido en su invasión a Rusia. Interpretado por el gran actor francés Daniel Auteuil, ahora Napoleón es un megalómano melancólico y taciturno, pero aún con el orgullo y la soberbia suficientes como para aspirar a huir de su exilio y comenzar de nuevo campañas militares. Tratado por los sencillos ciudadanos de Elba como un dios en vida y obviando la crueldad exhibida durante su estancia en el poder de media Europa, el ex emperador no tardará en mostrar su arrogancia y crueldad, solo criticada por Martino Papucci (Elio Germano) un joven maestro de escuela pro revolucionario y que odia a Napoleón, sobre todo por haber traicionado los principios de la Revolución. Martino, impulsivo e irascible, es nombrado secretario de Napoleón por el alcalde de la ciudad para anotar los pensamientos y soliloquios del ex mandatario, a lo que el joven accede convencido que así puede llevar a cabo su más grande deseo en ese momento: matar a Napoleón.
La película mezcla la comedia costumbrista con el drama y huye de la pedantería y el historicismo académico para mostranos un acontecimiento a los ojos de gente sencilla y con aspiraciones a priori modestas, como es el caso de Martino, el verdadero motor de la película. La película recurre por momentos a la sátira inteligente (las un tanto patéticas tentativas de Martino de matar a Napoleón), y se sabe poner seria en el momento preciso. La confrontación entre Martino Papaucci y Napoleón, en donde el joven muchas veces ve restados sus argumentos de odio hacia el emperador debido a la sapiencia y reflexividad de este para luego resurgir su ira a causa de la inhumanidad mostrada por Napoleón, es el pivote en donde se sustenta gran parte de esta película. En el reparto figura también una bellísima Monica Bellucci en el papel de una irresistible y madura baronesa elbana amante y protectora de Martino. Vista esta película, es poco comprensible como haya tardado tres años en ser estrenada en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario