**
Una película simpática esta biografía del legendario dibujante de la Editorial Bruguera Manolo Vázquez, creador de personajes como Anacleto, la Abuelita Paz, la Familia Cebolleta o las Hermanas Gilda, excelentemente interpretado por Santiago Segura- el personaje le va como anillo al dedo- aunque como filme sea un tanto irregular. La idea de llevar al cine la vida de este dibujante, uno de los más grandes de la mítica Bruguera y de la historia del cómic humorístico español pero también un personaje francamente caradura y amoral, ha sido realmente buena; fueron innumerables las vivencias y anécdotas que produjo Vázquez en toda su vida profesional, desde finales de los años 50 hasta su muerte a mediados de los 90: moroso impenitente, timador a más no poder, famoso en Bruguera por entregar sus tiras fuera de plazo, creador de excusas, coartadas y timos de órdago, bígamo, mujeriego, putero…pero apreciado por sus colegas por su perfil de granuja encantador, además de por su valor como imaginativo dibujante y gran humorista. El problema de esta película es que su director y guionista Oscar Aibar no logra atinar con el tono de la película y pese a que claramente se trata de una comedia se echa en falta un mayor componente de drama, un mayor distanciamiento con el respecto al personaje protagonista y mayor verosimilitud. Es palpable que gran parte de lo que se nos cuenta en esta película esta caricaturizado al máximo o incluso inventado y además la Barcelona de mediados de los 60 que nos presenta esta película esta más cercana al surrealista universo de los tebeos de Bruguera que a la realidad: sin duda alguna, esta película ha optado por presentarse así misma como un cómic, a pesar de estar basada en una historia real (recordemos que el propio Vázquez se convirtió a sí mismo en personaje en Los Cuentos del Tío Vázquez), pero esto solo en algunos momentos parece tener justificación, en otros sencillamente resulta excesivo y poco oportuno.
El hecho de que el personaje del incorregible dibujante tienda también a la caricatura impide que la caracterización moral del personaje, un hombre que a veces (aunque pocas) sufrió las consecuencias de sus barrabasadas, no sea todo lo profunda que se desease. En definitiva, se ha apostado más por el divertimento que por el rigor o el drama, y si bien esto se agradece -los momentos divertidos se suceden uno tras otro gracias a un guión muy dinámico y bien estructurado- observando el irregular resultado final, da que pensar si este era el camino adecuado. También hay una clara incoherencia temporal al dar a entender que Ibáñez, el aún más genial creador de Mortadelo y Filemón, entro a trabajar en Bruguera en 1964 cuando en realidad ingresó en la editorial en 1958 o cuando se menciona en la década de los 60 a la revista Mortadelo cuando esta vio la luz en 1970. Así mismo, se echa en falta que a parte de Ibañez, interpretado por Manolo Soto, no aparezcan como personajes con peso otros de los míticos dibujantes de Bruguera, aunque en algún momento se mencione a Escobar y este aparezca encarnado por un actor de figuración. De hecho, los jefes de la editorial que aparecen en esta peli (Enrique Villén y Alex Angulo) son personajes ficticios, y en general todo el ambiente laboral de Bruguera que se nos presenta tiende a la caricatura, aunque el carácter negrero de la empresa y política de quedarse con los derechos de los personajes dejando a sus creadores sin nada, sean reales. Lo dicho, una película divertida y chispeante que gustará a los amantes del cómic especialmente a los de los tebeos ibéricos de toda la vida, pero que seguramente no convencerá a la mayor parte del público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario