lunes, mayo 21, 2012

El aparatito Lumiere PROFESOR LAZHAR (MONSIEUR LAZHAR)




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Una buena muestra de que se puede hacer una gran película de cine social con recursos más o menos poéticos y con una narración cinematográficamente magistral y estilizada sin caer en lo panfletario y en lo fácilmente demagógico. Estas son, entre otras muchas, virtudes de esta estupenda Monsieur Lazhar película canadiense, concretamente quebequesa y por ello rodada en francés que tuvo su opción de conseguir el Oscar a la mejor película en lengua extranjera. Entre el drama realista, la crónica social, la reflexión, lo simbólico y un agradable toque de ternura servido en varios momentos cercanos algunos a la comedia, la película, inspirada en una obra de teatro de Évelyne de la Cheneliere muy famosa en Canadá, pretende ser un peculiar retrato de la inmigración de un ciudadano del Magreb (de Argelia, en este caso), a occidente (Quebec), en donde se nos muestra el drama interior y aún latente de una persona que decide emprender una nueva vida radicalmente alejada de su antigua existencia y el difícil doble reto que eso le supone: el luchar contra su pasado, tratándolo de arreglar en la medida y el adaptarse a su nueva vida/ocupación tratando de vitar que ambas cosas se interfieran mutuamente. Esta es la lucha de Bachir Lazhar (Fellag), un argelino de mediana edad que accede al puesto de profesor de primaria en un colegio de Montreal tras el trágico suicidio de la anterior maestra, una mujer venerada por sus alumnos de once años. Contra viento y marea, Bachir consigue ganarse el respeto de sus alumnos en un entorno viciado por la tragedia, pero de un modo u otro la suya propia amenazará siempre con desequilibrar la nueva felicidad del maestro.

Profesor Lazhar maneja varias historias que parecen inacabadas e incompletas y tampoco conocemos mucho de ellas y de su origen, pero esto es lo que a la postre otorga credibilidad y realismo a una película que pasa de artificios narrativos y golpes de efecto y muestra todo tal y como es en la vida real: alumnos problemáticos, dramas personales, las relaciones no siempre satisfactorias en el profesorado de un colegio, algunas deficiencias en el sistema educativo actual, problemas burocráticos. Si bien es cierto que se juega con momentos muy poéticos y simbólicos (sobre todo en la relación del profesor con sus pequeños alumnos) que otorgan al filme momentos de gran belleza y emotividad, no es menos la emoción que transmiten los personajes, adultos y niños, en momentos sublimes de realista tensión dramática. En ese sentido, el reparto infantil es de diez y aquí no hay ni moñerías tipo Los chicos de coro ni las muchas veces impostadas y predecibles gracietas de los críos en el cine: están todos fantásticos. Y por supuesto, el actor argelino Fellag esta inconmensurable transmitiendo credibilidad con su profundo, contradictorio y carismático personaje: no en vano, el propio actor sufrió una historia parecida a la de Lazhar. Ambientada en el 90% del metraje en el colegio con una estupenda fotografía realista, luminosa, cálida y muy pulcra que ayuda a ambientar adecuadamente una historia entrañable y agridulce. En su perfectamente asumido doble propósito de reflexión sobre ciertos aspectos del fenómeno de la inmigración y sobre el sistema educativo occidental actual la película triunfa, pero lo mejor de todo es que desde el punto de vista cinematográfico, es un filme recomendable y más que excelente.  

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