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Está
visto que la cosa ya no da más de si. Lo de las adaptaciones cinematográficas
de los superhéroes de la mítica editorial Marvel, me refiero. Cuando hace más
de diez años todo empezó con Spider-Man la cosa parecía prometer, pero tras
todo este tiempo y unas más que discutibles películas con casi todo el catálogo
de personajes Marvel convertidos en seres de carne y hueso y traspasados a la
pantalla grande (Hulk, X Men, Daredevil, Ghost Rider, Iron Man, 4 Fantásticos,
etc.) da la impresión de que ya no hay mucho más (o nada) que contar. Pocos
personajes o series importantes quedaban ya de Marvel Cómics a la espera de ser
adaptados, y entre ellos una de las series estrella: Los Vengadores, un dream
team de los superhéroes de la casa que se publica desde principios de los 60 y
que desde entonces ha cambiado frecuentemente de formación con personajes
preexistentes y otros creados expresamente para dicha serie. La adaptación de The Avengers estaba claro que iba a ser
uno de los proyectos cumbre de la división cinematográfica de Marvel (ahora
adquirida por Walt Disney Productions) y se ha querido tirar la casa por la
ventana con el mayor presupuesto para uno de sus filmes y la participación de varios de los personajes que ya habían hacho su
aparición en el celuloide cine interpretados casi todos por los actores que les
dieron vida en sus respectivas películas. Así, tenemos a Robert Downey Jr. de
nuevo como Iron Man, en cuya saga ya aparecía Scarlett Johansson como Viuda Negra
y Samuel L. Jackson como Nick Furia (además de cameos en otros los filmes
Marvel); Steve Rogers como Capitán América; y el chorvo de Elsa Pataki Chris
Hemsworth como Thor (estos dos últimos filmes fueron una especie de precuelas
de la presente película). Por su parte, Mark Ruffallo es el tercer David Banner
cinematográfico mientras que su verde y gigantesco alter ego Hulk vuelve a ser
una creación digital bastante lograda por cierto pero igual de cansina que el
resto de actores reales. Porque Los Vengadores
es un grandgiñol de acción, fantasía y efectos grandilocuentes tan previsible,
reiterativo, simplón y tontaina que el contar con un reparto casi de lujo (con
Stellan Skarsgard y Gwyneth Paltrow incluidos) es totalmente intrascendente.
Esta
claro que resulta imposible tomarse con realismo y credibilidad el peculiar
universo Marvel y que es necesario entregarse a su épica y a su acción sin
devanarse mucho los sesos para poder disfrutar de las aventuras de unos
personajes cuyo calado ha traspasado las fronteras del cómic y muchos son ya
todo unos iconos de al cultura occidental, pero el lenguaje cinematográfico no
es tan estricto y delimitado como el del cómic y siempre exige más a cualquier
historia, narración o manera de contar en imágenes. Así, Los Vengadores, atada
a todos los clichés imaginables del género de superhéroes y rodada
rutinariamente por Joss Whedon, es aburrida y escasamente emocionante. Sus
espectaculares escenas de acción, aunque vistosas, son pura pirotecnia visual
para 3D y su estética, a veces atrayente, esta totalmente supeditada a la
naturaleza infográfica de la mayor parte de las imágenes del filme. Para fans
irredentos de los superhéroes y poco más.
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