La aparición del segundo álbum de Radiohead demostró que el
rock alternativo de los 90 tenía un margen de evolución musical mucho mas
amplio de los que se creía, a parte de los esquemas del Indie americano, el
grunge, el rock industrial y el noise. Y es que ya en la segunda mitad de la
década los británicos habían vuelto a tomar la iniciativa en la creatividad
musical consiguiendo además remozar el pop rock de una manera mucho más
refrescante de la que eran capaces los muchas veces repetitivos yankis gracias
a eso que se dio en llamar el Brit Pop, el regreso al Pop rock british de toda
la vida partiendo de premisas alternativas y con innovaciones musicales
inspiradas en el legado estadounidense de los primeros 90. Radiohead, que con
su primer álbum Pablo Honey (1993) se
había convertido en la banda alternativa británica del momento especialmente
por el éxito de su tema Creep, se vio
agobiada por las presiones de la industria musical y del público y ellos mismo
terminaron cansándose de su sonido Indie aún demasiado filoamericano y grunge
viéndose en la necesidad de renovar con urgencia su sonido. The Bends fue la respuesta inglesa, tan innovadora y
creativa como chovinista ante el cada vez más rutinario rock independiente
americano, aunque aún era perceptible el influjo de bandas como Smashing
Pumkins o Soundgarden y carecía de la inmediatez comercial de los primeros
grupos etiquetados como Brit Pop, tales eran Oasis, Blur o The Verve. Sonaba
extraño, híbrido, heterógéneo y en ocasiones marciano, pero poco a poco crítica
y público acabaron adorando The Bends
y tras la tibia acogida inicial pasó a convertirse en un LP de culto que desde
luego resultó decisivo en la música popular de los 90. Y claro está, Radiohead
lograron auparse como uno de los mejores grupos del planeta por derecho propio
con una nutrida legión de seguidores. La
banda de Thom Yorke, aplicados investigadores y currelas musicales de enorme
valía artística, en lo sucesivo no ha dejado ni un momento de evolucionar y de
renovar drásticamente su sonido y ahí
sigue, ofreciendo discos sorprendentes, innovadores y competentes. Pero vayamos
a lo que íbamos.
El contenido de The
Bends muestra de alguna manera el bajo estado de ánimo que vivía el líder,
cantante y guitarrista Thom Yorke, con un sonido en ocasiones oscuro y
deprimente e incluso fantasmagórico, unas voces melodramáticamente quejosas y
en semi falsete y letras enigmáticas de poesía urbana postmoderna sobre las
miserias y avatares de la sociedad contemporánea. Pero la oscura belleza de
gran parte de los temas del álbum es innegable, así como su apabullante
variedad y versatilidad incluso en un mismo tema. Con todo, The Bends puede ser visto como un disco
de total homogeneidad, servida sobre
todo por su sonido imponente servido por su ubicua instrumentación . El primer
single, High and Dry ya demostraba la
habilidad del quinteto de Oxford para conjugar delicadeza melódica con fuerza
guitarrera, rítmica potente y un tono oscura sin renunciar a bases acústicas;
era más o menos lo que habían anticipado con el single de 1994 My Iron Lung, que se incluye también en The Bends, una alucinante combinación de
medio tiempo rockista de regusto brit con marasmo guitarrero semi grunge en un
tema cuya instrumentación fue grabada en directo para más tarde añadir la voz
de Yorke grabada en estudio: el cambio rítmico fortuito será una marca de al
casa en Radiohead en la segunda mitad de los 90. La perfecta emocionante
versatilidad y la variedad es la tónica en este LP, con momentos de rock de
estadios casi hard como Bones y
pasajes de intensidad casi progresiva y tono arty como la sublime Street Spirit (Fade Out), el último
single (y tema) del álbum y uno de los mayores hits del mismo, una maravilla
semi acústica que pone los pelos como escarpias con la afectada y sentida
interpretación vocal de Thom Yorke; uno de los temas más valiosos y
emocionantes del pop-rock de los 90
Just, muestra la fluidez instrumental y
la conjunción de la banda para crear sonidos casi experimentales e hipnóticos,
gracias muchas veces a la versátil guitarra de Johnny Greenwood. Planet Telex sonaba dream pop pero
también pendenciero y envolvente sin casi ninguna pista de sonido sin cubrir. Y
la preciosa balada Fake Plastic Trees sigue
enamorando y sonando en directo tan imponente y emocionante como siempre aunque
a la banda al principio no le gustaba mucho. En definitiva, unos argumentos
musicales de primer orden para una banda que demostraba que estaba llamada a
hacer grandes cosas y a estar entre los mejores. Porque tras una obra maestra
como The Bends, el grupo, lejos de
acomodarse, demostró su grandeza y ofreció un LP aún mejor: entonces la gloria
llegó.
FICHA TÉCNICA
Géneros: Pop Rock Alternativo, Noise, Art Rock, Rock
Experimental, Brit Pop, Dream Pop
Publicación: marzo 1995
Sello original: Parlophone
Producción: John Leckie
Duración: 48:37
Músicos:
Thom Yorke: voz, guitarra, piano, arreglos de cuerda
Johnny Greenwood: guitarra, órgano, teclados, piano,
flauta, arreglos de cuerda
Colin Greenwood: bajo
Ed O´Brien: guitarra, coros
Phil Selway: batería, percusión
Caroline Lavelle: violonchelo
John Matthias: violín, viola
Track listing
1- Planet
Telex
2- The Bends
3- High and
Dry
4- Fake
Plastic Trees
5- Bones
6- (Nice Dream)
7- Just
8- My Iron
Lung
9- Bullet Proof.
I Wish I Was
10- Black Star
11- Sulk
12- Street
Spirit (Fade Out)
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