Son muchas las palabras en castellano (y en otros idiomas) que
tienen su origen en nombres propios, personajes, anécdotas o situaciones que en un
momento histórico gozaron de popularidad y significación. Del habla popular
inspirada en la “comidilla” o el comentario del momento se pasó a la
universalización en el idioma hablado y dichas acepciones o adjetivos
terminaron siendo reconocidos por el diccionario.
La RAE recoge varias palabras castellanas de origen basado en
un nombre propio que generó una anécdota popular, pero poca gente conoce el
origen de tales palabras, muchas comúnmente usadas y utilizadas en multitud de
contextos. A modo de ejemplo, vamos a hacer un repaso del origen
histórico-popular de cuatro palabras que gozan o gozaron de extendido uso en
castellano no ya solo en el ámbito coloquial sino en el “oficial” escrito, pese
a que algunas estén casi hoy en día en desuso : cotilla, cursi, estraperlo y
perillán
COTILLA La asesina ultra que hablaba de todo el
mundo
Cotilla.
(Del dim. de cota1).
Las personas cotillas a muchos nos traen de cabeza:
chismosas, amigas de meterse en las vidas ajenas, metomentodo. De todas formas,
quien no ha sido cotilla alguna vez. De cotilla se ha generado el verbo
“cotillear” y la palabra “cotilleo”, también ampliamente usados y que definen
respectivamente al acto de contar y extender chismes y al chisme o rumor en
cuestión, como sinónimo den estas palabras. Pero cotilla tiene un origen
bastante sorprendente, proveniente de una persona real: la famosa a principios
del siglo XIX en el Madrid posterior a la Guerra de la Independencia María de
la Trinidad (1774-1838), más conocida como Tía Cotilla.
La llamada Tía Cotilla
no era, como pudiera pensarse en un primer momento, una simple mujer aficionada
a meterse en al vida de los demás y en asuntos que no al concernían…bueno, más
bien si, pero las motivaciones y las consecuencias de sus “cotilleos”
supusieron cruentas muertes y asesinatos ideados por la susodicha, toda una
maestra del crimen. María de la Trinidad, durante la Ominiosa Década
(1823-1833) del reinado de Fernando VII fue una fanática y ferviente
absolutista que odiaba a muerte a los liberales, hasta el punto de dedicarse en
cuerpo y alma a la denuncia de cualquier vecino madrileño liberal. Y no solo se
dedicó a la denuncia de gente que ella espiaba y observaba con alevosía investigando
todos sus movimientos y actuaciones “sospechosas”, sino que formó una banda de
matones en Madrid que se dedicaba a dar caza y muerte al liberal, muchas veces
bajo “sospechas” falsas. La Tia Cotilla y su gang fueron muy temidos en Madrid, al propia María fue condenada
varias veces pero solía salir libre al
poco tiempo, hasta que en 1838, ya con Isabel II en el trono y bajo la regencia
de la Reina Madre Maria Cristina bajo el régimen liberal fue condenada a muerte
por el asesinato de Francisco Rancera, siendo ejecutada en el cadalso a los 64
años. Las crónicas históricas hablan de “la mujer más inmoral que ha visto el
sol y las más infame e indigna de vivir en sociedad” En fin, toda una ultra y psicópata que a su
lado Anders Breivik sería Pocoyó. Es curioso como al extrapolarse solo un
elemento de la personalidad y comportamiento de esta mujer (el de meterse en la
vida de los demás) como significado de la acepción cotilla, al final solo el elemento más anecdótico de este funesto
personaje sea el que haya perdurado y por consiguiente la palabra cotilla si
nos atenemos a la persona que lo originó tenga un significado cuanto menos
dulcificado.
CURSI Dos señoritas muy engalanadas
Cursi.
(Etim. disc.).
1. adj. Se dice de un artista
o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento
expresivo o sentimientos elevados.
2. adj. coloq. Dicho de una persona:
Que presume de fina y elegante sin serlo. U. t. c. s.
3. adj. coloq. Dicho de una cosa:
Que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.
No hay mucho acuerdo en definir el origen de la palabra
cursi, aunque hay varios puntos comunes que muchas veces se desechan en pos de
otras teorías. Hoy en día lo cursi es objeto de mofa y befa, e incluso asco y
repelús y personas y objetos cursis los ha habido a lo largo de la historia,
especialmente desde el siglo XX y la llegada de la sociedad de consumo. Al
parecer, la palabra cursi se acuñó en la ciudad de Cádiz a finales del siglo
XIX. Allí, según se cuenta vivía una familia rica venida a menos de origen
francés o piamontés según sea la fuente. Los apellidos de dicha familia, según
la mayor parte de las crónicas eran Tessi y Court, apellido paterno y materno
respectivamente, aunque también se defiende que
era Sicour como primer apellido Las hijas de los Tessi y Court
eran dos jóvenes muy emperifolladas, extravagantes en el vestir y dadas a
ostentar las últimas modas de París que en el contexto provinciano gaditano
parecían algo realmente estrafalario. Hay también quien sostiene que ambas
hermanas eran huérfanas, también de origen extranjero Como era de esperar,
pronto les sacaron coplas y cantares y las chirigotas se cebaron con las Tessi
y Court. Así, existió una célebre copla que al parecer supuso la conversión de
los apellidos Tessi y Court en la palabra cursi que repititiendo seguidamente
ambos apellidos pronunciados chapuceramente
tal que “tesicur” resultaba “tesicur,
tesicur, tesicur” y que repetido varias veces degeneró en “sicur, sicur, sicur” haciendo que
sonase “cursi, cursi, cursi” y de
allí la palabra.
No se sabe exactamente que es lo que
decía la copla en cuestión, pero varias fuentes aseguran que decía así: “Han
recibido desde París / las señoritas de de Tesicur / tesicur,si, si / tesicur,
si,si / lindos vestidos de canesú / y capotitas de canequí” Hay variaciones de esta tonada popular
gaditana pero en cualquier caso “Tesicur” aprece casi siempre con la sílaba
“si” repetida al final dando origen al término “cursi”. No obstante, muchas
fuentes defienden que el apellido de las mujeres era Sicour y que cursi podría
haberse originado por la repetición de la palabra en coplas y cantares
populares. Con todo, también se ha llegado a decir que la palabra viene de un
término árabe marroquí, kursi que se utiliza para denominar a un personaje importante.
ESTRAPERLO Currupción
política ibérica y casinos ¡no va a más!
Estraperlo.
(De straperlo, nombre dado a cierto juego fraudulento de azar, que
se intentó implantar en España en 1935).
1. m. coloq. Comercio ilegal de
artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa.
2. m. coloq. Conjunto de artículos
que son objeto de dicho comercio.
En su día (la época franquista) la palabra estraperlo estaba
a la orden del día cuando se trataba de hacer referencia - como dicen las
definiciones de la RAE arriba reproducidas- al comercio clandestino o ilegal
que especialmente en la empobrecida época de la postguerra estaba a al orden
del día. El hecho es que el término, que comenzó a usarse con fruición en la
década de las 40, se había acuñado “hacía nada” en los años 30, la época de la
República en España, y provenía de un escándalo social y político de aquella
época de magnitudes considerables y que iba más allá del simple comercio
ilegal. Hoy en día estraperlo -y sus derivaciones como “estraperlista” -es una
palabra casi en desuso y preferimos llamar a al adquisición de bienes
clandestinamente “mercado negro”, así como para la otra acepción de la palabra,
chanchullo o intriga, usamos simplemente “corrupción” o las palabras sinónimas
antes mencionadas. La desviación del significado de la palabra de acuerdo a su
origen muchas veces ha hecho olvidar que “estrperlo” proviene de uno de los
mayores escándalos de la historia de España en el siglo XX, así como que el
término en sí es derivado de la denominación de una ruleta de casino, la
causante de tal escándalo: Straperlo
El “escándalo estraperlo” se puede resumir de la siguiente
manera: en la España de antes de la Guerra civil estaban prohibidos los juegos
de azar, aunque en la II República (1931-1936) si bien aún continuaban prohibidos
en los casinos juegos como la ruleta, una cierta relajación en las
legislaciones hizo que en varios de estos locales llegasen ruletas de patentes
extranjeras, algunas de las que se aseguraba que funcionaban por principios
matemáticos, tal era la ruleta eléctrica llamada Straperlo, que llegó a España
en 1934 procedente de Holanda y que había tenido mucho éxito en el casino de
Niza en Francia. La Straperlo (al parecer llamada inicialmente Straperle) fue
creada por los empresarios Daniel Strauss, Perlowitz y Lomann, la última esposa
de Perlowitz. El nombre de la ruleta viene de los dos primeros, aunque hay
quien dice que Lomann fue la que introdujo el “Lo”, ya que en un principio como
hemos dicho la ruleta se llamó Straperle. Obtuvieron un permiso gubernamental
especial del gobierno republicano de derechas de la CEDA y el Partido Radical
(centro), presidido por Alejandro Lerroux, para instalar su ruleta en los
casinos de San Sebastián y Mallorca. El hecho es que varios miembros del
Partido Radical favorecieron los permisos de la ruleta a cambio de un
porcentaje en el negocio además de aceptar sobornos. Poco después, sin todavía
salir a la luz la corruptela, se demostró que la ruleta Straperlo era un fraude
ya que la banca la controlaba mediante un botón y fue clausurada de los
casinos. Em 1935 el escándalo sale a la luz cuando el empresario Strauss exigió
una indemnización al Presidente de la República Alcalá Zamora por los gastos de
instalación de la ruleta y por los sobornos pagados a miembros del partido
radical y a allegados del Presidente del gobierno Lerroux. La opinión pública
se llevó las manos a la cabeza y el Partido Radical fue objeto de críticas,
dimitiendo Lerroux al parecer obligado por Alcalá Zamora. El 28 de octubre de
1935 varios miembros del partido, cargos públicos e incluso el hijo adoptivo de
Lerroux fueron declarados culpables de corrupción. Hay que decir que a partir
de ese momento las discusiones y diferencias entre al izquierda y derecha en
España se hicieron más grandes y de muchos consideran que de alguna manera
hechos como este prepararon el caldo de cultivo que llevaría a la Guerra Civil.
Ya en la época franquista se comenzó a denominar estraperlo a todo negocio o
comercio clandestino o fuera de la ley, fuera ya toda connotación política.
PERILLÁN El caprichoso caballero de la jeta grande
Perillán, na.
(Del ant. Per, Pedro, e Illán,
Julián).
1. m. y f. coloq. Persona pícara,
astuta. U. t. c. adj. U. m. la forma en
masculino.
Es muy curioso el origen de esta palabra, que como otras
muchas en castellano, procede de un nombre propio. Per (Pedro en castellano
antiguo) Illán fue un escasamente conocido personaje del siglo XIII que vivió
en Toledo. Fue un capitán militar de enorme valor cuyo nombre latino ha quedado
como Petrus Juliani. Muy poco se sabe de él salvo que murió en 1247 y su
cadáver se conserva en la catedral de Toledo. Illán no soportaba la idea de que
una vez muerto pisasen su sepulcro y por eso solicitó que lo enterrasen en lo
alto de la catedral y así fue: su tumba se conserva en la catedral de Toledo
con una inscripción en latín. Obviamente, Per Illán se salió con la suya y
desde entonces se comenzó a llamar “perillanes” a aquellos que conseguían sus
propósitos por descabellados que estos fuesen. No obstante, posteriormente se
extendería el significado de perillán a la persona pícara o astuta
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