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Esto
de los reboots o resets de sagas cinematográficas de éxito comercial se está
poniendo muy de moda y la verdad es que no se sabe muy bien para que son (en
teoría pueden ser o bien para enderezar el rumbo de una serie que hace aguas y
entonces partir de nuevo de cero o bien para buscar un nuevo enfoque) y que es
lo que aportan de plus a la saga en cuestión. La trilogía Spider-Man dirigida
por Sam Raimi con tres entregas entre 2002 y 2007, al igual que otras sagas
inspiradas en superhéroes del cómic como Batman o Superman, años después de su
última entrega experimenta un reinicio por decisión de la misma productora .Marvel
Films, división cinematográfica de
Marvel Comics- que estaba detrás de los tres filmes sobre el hombre araña
dirigidos por Raim, como compañía creadora del héroe de tebeo en cuestión. Ni
el director, ni los guionistas ni nadie del reparto de aquella trilogía de los
2000 esta presente en esta nueva The
Amazing Spider-Man, una revisión que pretende alejarse del tono de la
anterior saga para ofrecer una perspectiva adolescente sobre el personaje de
Peter Parker/Spider-Man (un preuniversitario en los primeros números de los
cómics originales) y ofrecer un producto atractivo al público quinceañero
degustador de cosas como la saga Crepúsculo.
Pero la cosa ha salido fatal y la película, hipotética primera entrega de una
nueva serie, es un producto rutinario, aburrido y de poca consistencia que no
gustará ni a los fans mas acérrimos del personaje creado por Stan Lee, que si
ya se rasgaron las vestiduras por mucho menos con las “traiciones” de la
trilogía de Raimi, esta vez estarán que trinan. Y el resto de espectadores, poco
o nada de interés encontrará en este filme.
El
director Marc Webb no es nada del otro jueves y no aporta nada al universo de un
personaje que sigue teniendo su tirón pese a tener ya 50 años de historia, y
tampoco resulta convincente Andrew Garfield como el superhéroe protagonista,
presentado esta vez sin mucho afán justiciero y con más espíritu aventurero que
otra cosa en su motivación por vestirse de mallas y aprovechar sus
accidentalmente adquiridos superpoderes, además de no resultar tan escéptico e
inseguro como el personaje original. Eso sí, el festín de efectos especiales y
escenas trepidantes está asegurado, pero la película es vaga en mostrar todos
los poderes y habilidades del personaje en su plenitud, dando al impresión de
estar ante un Spider-Man light. El guión es muy flojo y bastante revisionista
en cuanto a la premisa inicial del cómic, con un villano, el Dr. Connors / El
Lagarto (Rhys Ifans), que resulta en ocasiones hasta risible por lo facilón de
su presentación. Poco fuste en este nuevo Hombre Araña, lo mejor es que ya no
se hagan nuevas entregas y así por lo menos se le da un final digno al
personaje en su encarnación cinematográfica.
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