domingo, agosto 18, 2013

El Aparatito Lumiere RENOIR




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Inteligente propuesta biográfica con sello inconfundiblemente francés. Sutil pero matizada recreación de un año en la vida del pintor Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)  el maestro del impresionismo que en 1915 (el año que se retrata en este filme) pese a su vejez y su decadencia física aún seguía empecinado en pintar en su retirada residencia campestre de la Costa Azul viudo pero rodeado de una legión de criadas y de su hijo menor el adolescente Claude Coco y en busca de una nueva modelo acorde a su cánones de sensualidad, al tiempo que sus hijos mayores Pierre, el futuro actor, y Jean, el futuro cineasta, se encontraban en el frente en la Gran Guerra.  La llegada de la pelirroja Andrée Heuschling como nueva modelo-criada revolucionará la vida en al residencia de los Renoir, con un Auguste a pesar de su decrepitud dispuesto a explotar y recrearse con la belleza y sensualidad de la joven como jamás lo había hecho con ninguna modelo y con un Jean recién venido de la guerra a causa de una herida, que encontrará en la muchacha todo lo que siempre ha deseado en una mujer. Es la encantadora Andrée (Christa Théret) el verdadero protagonista de este filme, tan luminoso y cálido como las mejores pinturas de Renoir, una mujer que entrará de lleno con su vitalidad y belleza en los corazones de los Renoir: ella será Catherine Hessling, la actriz musa de Jean Renoir (interpretado por Vincent Rottiers, curioso el parecido de este actor con el futbolista Fernando Llorente). Así, entre el melodrama familiar y el estudio psicológico y con una muy reducida localización (la casa del artista y sus jardines) la película trata de ser una cuidada visualización del acto de creación artística y su evolución y de la influencia de las personas (en este caso Andrée) en la percepción del arte en los artistas. Y en ese sentido, la película cumple en tal difícil cometido gracias no solo a su elaborada ambientación (preciosa fotografía) sino a las estupendas interpretaciones (el veterano Michel Bouquet como el viejo Renoir está genial) y el amor que trasmite no solo a la obra de Auguste sino a la figura de Jean, un joven idealista que al igual que sus hermanos tratará de liberarse de la omnipresente e influyente figura del “viejo”…aunque en vano. 

Película muy bien planteada y rodada, no se trata de un filme exclusivo para amantes de la pintura o del propio Auguste Renoir, sino una película para públicos variopintos dispuestos a disfrutar con una historia aunque mínima cargada de sentimiento, realismo y poesía. Varios buenos momentos enaltecen una película hecha con mimo y admiración evidente a una familia tan fundamental en la historia de la cultura francesa como los Renoir, utilizando los recursos que les convirtieron en leyenda: imágenes sensuales, luz, naturaleza viva-muerta, realismo, verismo y sentimiento. Una pequeña joya muy degustable.

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