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Con
muy buen tino ha firmado Jean-Pierre Jeunet (Delicatessen, Amelie, Alien Resurrección, Micmacs) su última película, una inteligente adaptación de la
curiosa novela infantil-experimento The
Selected Works of T.S.Spivet del
norteamericano Reif Larsen que sin llegar a ofrecer una obra redonda consigue
un filme sugerente y a ratos conmovedor. Con la siempre impecable y fastuosa
factura formal que Jeunet imprime a sus películas, el director francés ha filmado
en inglés esta coproducción franco-canadiense trufada de efectos digitales y en
3D varios pero sin renunciar a una esencia naturalista en su factura formal
(más que en otras ocasiones) aunque eso sí echando mano de diferentes recursos
visuales y conceptuales propios del cine fantástico para recordarnos que este
es un cuento de hadas-fábula infantil para espectadores inteligentes, tanto
niños como adultos. Aunque su protagonista sea un niño (impecablemente
encarnado por Kyle Catlett) no es esta una peli muy recomendable para niños/as
de corta edad, siendo los nueve o diez años como mínimo la edad recomendable
para disfrutar en toda su plenitud de este trabajo, tan simpático y honesto
como a veces irregular.
Estructurada como una road movie, la película esta
narrada desde el punto de vista del pequeño Spivet, un niño de mente
superdotada e interesado en las ciencias físicas que vive en una aislada granja
de Montana ninguneado por sus padres (el un rudo granjero, ella una excéntrica
entomóloga) y su hermana quinceañera bajo la sombra de su hermano muerto en
accidente. La invención de un aparato de movimiento perpetuo le llevará a una
fuga de casa para realizar un viaje a Washington con el fin de presentar su
increíble invento en el Smithsonian Institute. En su largo recorrido del oeste
al este de los EEUU Spivet conocerá diversos personajes, aprenderá de la
absurda condición del mundo de los adultos y examinará tanto su inteligencia
como sus sentimientos y su lugar en un mundo que cada vez le parece más extraño
tanto desde su percepción de niño prodigio como desde la de niño a secas. Un
viaje más iniciático e intimista de lo que parece contado con humor, ternura y
un punto de amargura que puede que no sea plato de todos los gustos. La curiosa
deconstrucción visual del intelecto de Spivet mostrada mediante animaciones,
imágenes y secuencias descontextualizadas y otros recursos (en concordancia con
la estructura del libro) es uno de los aspectos más llamativos de la película,
en donde Jean-Pierre Jeunet sigue demostrando ser un director original y
sorprendente aunque esta vez menos brillantey acomodado que otras veces. El
retrato de diferentes paisajes y ambientes norteamericanos mostrados con una
idealizada y manierista precisión con ecos de las ilustraciones de Norman
Rockwell, el cine de John Ford y toda la iconografía clásica y típica del
American Way of Life es otro aspecto que demuestra la increíble versatilidad
del cineasta francés, que tampoco renuncia aquí a una de las influencias más
singulares de su cine: el cómic francoblega. Un buen reparto anglosajón en
donde se incluye a Helena Bonhan-Carter y Callum Keth Rennie como los padres
del protagonista y a Judy Davies como la arribista mentora de Spivet en
Washington cumple con creces, así como
nos encontramos algún rostro francés habitual de Jeunet como Dominique Pinon.
Una película amable y con un sugerente mensaje lleno de valores que se postula
como una buena opción de cine para una tarde veraniega.
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