jueves, noviembre 06, 2014

El Aparatito Lumiere LOREAK




***



Una buena muestra de que desde un planteamiento modesto y con medios no muy rutilantes el cine hecho en la península puede parir obras interesantes, siempre que-como en este caso- haya una historia bien contada y emotiva aunque sencilla y muchas ganas de hacer buen cine conmoviendo y tratando de no dejar indiferente ale espectador aunque no siempre se atine con las dosis necesarias para conseguir la mezcla para realizar un buen producto. Es este el segundo largometraje conjunto de los jóvenes directores guipuzcoanos Jon Garañano y Jose Mari Goenaga (En 80 días) quienes han optado por rodar en euskera este drama universal que nos viene a decir lo importante que es la comunicación en la vida de las personas y nos recuerda el valor de los símbolos y del lenguaje sin palabras, representado en la historia por las flores de obsequio a las que hace referencia el título (flores en castellano). Un filme que no pasará a los anales pero que si que demuestra que para ser un buen cineasta no hace falta ni altos presupuesto, ni golpes de efecto, ni tan siquiera comercialidad algo que en el cine español se esta dando mucho últimamente tal vez como un intento desesperado de reconciliar al público con el cine de aquí en un divorcio debido principalmente a prejuicios infundados.



Loreak cuenta las tribulaciones de Ane (Nagore Aramburu) una mujer en la cuarentena cuyo matrimonio hace aguas por la incomunicación y la falat de atención de su marido que un día comienza a recibir un ramo de flores de un remitente anónimo y así todas las semanas. Por otra parte, Beñat (Joxean Bengoetxea) un compañero de trabajo se esfuerza últimamente en asesorarla sobre las propiedades de las plantas recibidas que ella expone en su lugar de trabajo dando que pensar a Ane. Un trágico e inesperado giro del destino –la muerte de Beñat-  terminará uniendo el destino de Ane con el de su compañero de trabajo y su familia, en donde su viuda Lourdes (Itziar Ituño) y su madre Tere (Itziar Aizpuru) intentarán por separado averiguar el secreto que Beñat parece haberse llevado a la tumba. Con relaciones personales, conyugales y familiares muy bien descritas y un admirable pulso para llevar el drama con buen puerto sin caer en artificios, además de ciertos insertos de thriller, Loreak resulta una película interesante y nada aburrida enaltecida por el calor humano de su puesta en escena -unas interpretaciones en general muy buenas, especialmente la de Itziar Aizpuru como etxekoandre vasca todo aplomo y determinación- y un estilo cuidado y preciso aunque tal vez algo televisivo en ocasiones. No obstante, la  utilización de recursos dramáticos muy vistos (la enfermedad de la madre) y  unos agujeros nada convincentes en un guión que descuida algunos personajes y ambientes que podían ser importantes (el marido de Ane y la situación familiar de estos) impiden que esta película sea excelente y al final nos quedemos cinematográficamente a medio gas aunque eso sí con el mensaje perfectamente captado. Y es que en los tiempos que corremos este tipo de películas se agradecen.

martes, noviembre 04, 2014

LAS AVENTURAS DE LOS HARLEM GLOBETROTTERS, EL SHOW DEL BASKET (I)




Los entretainers de la canasta

Es un equipo de baloncesto, pero rara vez ha competido. Parece deporte, pero en realidad es entretenimiento y espectáculo. Es un entrañable e imperecedero show hecho a partir del deporte del baloncesto, con casi 90 años de existencia recorriendo el mundo con sus partidos de basket-comedia. Son los Harlem Globetrotters, el equipo de deporte-exhibición más famoso del mundo y el máximo exponente del deporte (en este caso el baloncesto) aplicado al espectáculo. Pese a ser más una troupe teatral que un equipo de basket en el sentido estricto -sus partidos contra sus habituales equipos sparring contienen todo tipo de juegos con el balón, malabarismos y actos de comedia por parte de sus jugadores no admitidos en el baloncesto”real” - y estar fuera del mundo del baloncesto de competición oficial, este equipo estadounidense a su manera ha sido fundamental a la hora de hacer evolucionar el deporte de la canasta a lo largo de la historia: los mates, los tapones, las asistencias espectaculares, los rebotes y las recuperaciones imposibles, y en definitiva, todos los conceptos del basket contemporáneo que se fueron extendiendo por todo el mundo a partir de la década de los 80 (vía NBA) fueron de un modo u otro invención suya. Desde 1926, una multitud de jugadores legendarios casi todos ellos afroamericanos han vestido la camiseta azul y el pantalón a rayas verticales rojas y blancas de los Globetrotters (un uniforme inspirado como fácil puede deducirse en la bandera de EEUU), muchos jugando antes o después en la NBA o en otras ligas profesionales del mundo. Una de las primeras “empresas” norteamericanas con mayoría de trabajadores de raza negra, los Harlem Globetrotters han sido históricamente además un exponente del orgullo negro y un elemento fundamental en la aceptación de la ciudadanía afroamericana en el deporte profesional.

Multitud de giras mundiales, más 22.500 partidos disputados en 120 países (la mayoría frente a su equipo de exhibición sparring habitual, los Washington Generals) y una presencia casi constante en diversas manifestaciones de la cultura popular norteamericana (cine, series de televisión, publicidad, merchandisig), los Harlem Globetrotters siguen año tras año entreteniendo al público con sus juegos malabares con el balón, sus bufonadas, sus sketchs humorístico-teatrales, sus excentricidades entre los jugadores y sus “ballets” baloncestísticos, saltándose las reglas del baloncesto de competición para crear un espectáculo deportivo-circense-comediante que ha funcionado y triunfado durante casi un siglo. Esta es brevemente contada su historia, la de un símbolo americano.  


Los chicos de Abe (1926-1929)

Equipo de 1927
Este equipo, que lleva el nombre del barrio negro neoyorquino por excelencia, nació oficialmente en 1929 en Nueva York con el nombre de New York Harlem Globetrotters pero parece ser que tres años antes comenzó a gestarse en Chicago, Illinois, aunque los datos son inciertos. Se cuenta que en 1926 (el año no está muy claro) varios jóvenes negros del sur Chicago aficionados al basket (por entonces en pañales- fue inventado en 1891 en Springfield Massachussets por James Naismith-  y solo practicado como competición a cierta escala en USA) crearon un equipo de baloncesto cuyo nombre no consta. Se cree que este equipo está relacionado con un equipo de baloncesto que hacía exhibiciones de este deporte que actúo en la inauguración del Savoy Ballroom de Chicago bajo la denominación de Savoy Big Five y cuyo promotor era Abe Saperstein, el fundador oficial de los Globetrotters. Sea como fuere, el equipo que formaron los muchachos de color del sur de Chicago según algunas fuentes no jugó su primer partido hasta el 7 de enero de 1927 y un año más tarde se disolvería. A finales de 1928 el jugador Tommy Brookins reunió a varios de los exjugadores de aquel equipo embrión y Saperstein los convirtió en un equipo profesional -en EEUU y en contraposición con muchos países europeos en los años 20 prácticamente cualquier deporte podía ser profesional tanto individual como de equipos siempre que mediante partidos, ligas y apuestas se pudiesen garantizar unos ingresos- bajo el nombre de Chicago Globetrotters (trotamundos) con la idea de hacer una gira por el sur del estado de Illinois. En 1929 se fueron de gira por otros estados y adoptaron el nombre de New York Harlem Globetrotters pese a que los jugadores eran de Chicago. La razón era que al ser todos los jugadores afroamericanos la referencia al barrio neoyorquino de Harlem -epicentro del renacimiento de la cultura afroamericana en el primer tercio del siglo XX- era oportuna y atractiva para el público blanco estadounidense ya que pese a que en EEUU la  población negra aún estaba segregada y el racismo era todavía furibundo se miraba con curiosidad y admiración la ebullición de la cultura negra de Harlem -relacionada con el Jazz y el swing y otras manifestaciones- por parte de algunos sectores de la población blanca, especialmente los más jóvenes. Más tarde en aquel año 1929 el equipo pasa a llamarse definitivamente Harlem Globetrotters.       

Abe Saperstein
Hay que hacer un inciso en la figura del fundador y primer propietario y entrenador de los Harlem Globetrotters. Abraham M. Saperstein (1902-1966) era un inglés de Londres de origen judío que de niño emigró con su familia a Chicago. Además de fundar los Globetrotters a los 27 años fue una figura fundamental para la expansión y el desarrollo del deporte del baloncesto: fundador en 1961 de la efímera American Baske League (ABL), una liga que trataba de complementar a la NBA creada en 1949 y a otras ligas menores, instauró en la ABL el tiro de tres puntos que pronto se extendió por todas las ligas norteamericanas y fue aceptado finalmente por la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto). Sapestein también fundó un equipo en la ABL, los Chicago Majors, pero la desaparición de dicha liga a comienzos de su segunda temporada en 1962 hizo que se volviese a centrar en los Globetrotters hasta su muerte en 1966. A el se le ocurrió el patriótico uniforme de los “Trotters” y, pro supuesto, la adopción de su equipo del tiro de tres puntos a comienzos de los 60. El atrevimiento de Saperstein de formar un equipo de afroamericanos a finales de los años 20 fue total ya que el deporte profesional prácticamente estaba vetado a la población afroamericana: en 1923 se fundó el primer equipo exclusivamente con jugadores negros, New York Renaissance –los Rens, que tampoco formaron parte de ninguna liga o asociación- y en la NBA sin ir mas lejos no hubo jugadores negros hasta 1950; en ese sentido los Globetrotters fueron durante varios años un oasis en el mundo del baloncesto norteamericano, aunque no se tratase de basket de competición. En el baloncesto en aquella época solo existía cierta estructura de equipos, partidos y competiciones (la mayor parte universitarias) en su cuna, EEUU, mientras que era inexistente en el resto del mundo (en los años 20 se estaba introduciendo en el resto del continente americano y en Europa). Precisamente en la década de los 20 surgieron en USA equipos profesionales a parte de los universitarios y de enseñanza secundaria. Estos equipos tenían en lo general vida corta y no había apenas competición oficial propiamente dicha hasta que en 1925 se conformó la primera liga profesional de baloncesto del mundo, la American Basket League (ABL) una liga diferente a la ABL de los 60 y que duró hasta 1953, cuando ya existía la NBA fruto de la fusión de la National Basket League (NBL) fundada en 1937 –y que fue la primera liga de baloncesto americana que contrató jugadores negros a principios de los 40- y la Basketball Assotiation of America (BAA). Saperstein no pretendió en ningún momento que los Trotters tomasen parte en ninguna liga profesional ya que desde el principio vio la potencialidad comercial y de entretenimiento de las exhibiciones de baloncesto en términos de espectáculo, en los primeros años ante un público que aún no se había familiarizado con el basket a nivel popular – y para el que las acrobacias y saltos baloncestísticos era algo enormemente vistoso-y después con el baloncesto ya popularizado ante una audiencia con ganas de encontrarse con un espectáculo diferente mezclando deporte de alto rendimiento y comedia.     


Revolucionarios del basket (1930-1950)

Hasta la II Guerra Mundial, los Globetrotters jugaron gran número partidos de exhibición a lo largo y ancho de la geografía estadounidense aunque sus partidos aún no eran tan numerosos como en décadas siguientes. El hecho de ser un equipo de niggers en una sociedad norteamericana aún con una política de segregación racial añadía una nota exótica que enseguida les otorgó fama y admiración a partir de los años 30. Los Trotters  durante los años 30 y 40 solían enfrentarse en las giras con equipos universitarios o amateurs y ocasionalmente ante equipos profesionales en partidos amistosos en los que el resultado era lo de menos y lo importante el display de acrobacias aéreas y saltos de los miembros del equipo, anticipándose así al basket más espectacular que a partir de la II Guerra Mundial se fue desarrollando en Estados Unidos y que terminará por hacer evolucionar al baloncesto de manera notable en cuanto la calidad de su competición. Aún sin sus números de malabarismos con el balón y sus rutinas humorísticas, los Trotters de los 30 y 40 se centraban en las asistencias imposibles, los mates (fueron los primeros jugadores en ejecutarlos) y los tiros desde la lejanía. Al igual que los equipos de las ligas profesionales norteamericanas, los Harlem Globetrotters de la etapa 1929-1949 trataban de captar a sus jugadores de entre las más firmes promesas de las High School, entre deportistas de otras disciplinas deportivas (béisbol, principalmente) y ocasionalmente de las universidades, algo más difícil ya que aún no había muchos alumnos afroamericanos en los colleges USA.  No obstante, al no jugar apenas baloncestistas de raza negra en la ABL, la NBL o la NBA en aquellos años los Globetrotters lograron contratar a los mejores jugadores afromericanos del momento y en general a atletas de raza negra que demostraron su valía en varios deportes: Nathaniel “Sweetwater” Clifton (1922-1990) fue uno de los primeros genuinos ejemplos; este pívot de 2,03 que también fue jugador de béisbol a finales de los 50, llegó en 1947 a los Globetrotters procedente del otro equipo de exhibición y giras de negros, los New York Rens y en 1950 fichó por los New York Knicks de la NBA convirtiéndose en el primer jugador afroamericano de la historia de esa liga. Otro Globetrotter notable de los años 40 fue  Reece “Goose” Tatum (1921-1967), también jugador de béisbol y creador del “gancho” en el baloncesto años antes de que lo popularizase Kareen Abdul Jabbar y el primer Trotter en hacer payasadas en cancha. Tatum abandonó el equipo en 1955 cuando ya los chicos de Abe Saperstein se habían convertido en un mundialmente famosísimo equipo de exhibición.

Sweetwater Clifton
En los años 40, paralelamente a sus giras, los Harlem Globetrotters tomaron parte en el baloncesto de competición, concretamente en el World Proffesional Basket Tourmanet, un torneo anual que entre 1939 y 1948 se disputó en Chicago y en el que tomaban parte equipos de la NBL y otras ligas además de los dos equipos profesionales de exhibición por excelencia, los Globetrotters y los New York Rens. Los Trotters participaron en siete ocasiones ganando la edición de 1940 ante Oshkosh All-Stars. Los Trotters en total disputaron 20 partidos de ese campeonato de los que ganaron 13. En 1948 los Trotters jugaron el llamado "partido del siglo" frente a los Minneapolis Lakers, campeón de la NBL y embrión de Los Angeles Lakers, ganando los de Harlem por 61-59 en un encuentro que tuvo mucho de orgullo racial. El equipo si bien ganaba casi todos sus partidos amistosos parecía encontrarse menos brillante en competición con otros equipos profesionales tal vez por lo poco habituados que estaban los Trotters a competir. Será por esta razón que en los 50 los Trotters se centren ya definitivamente en el basket como espectáculo circense y sin modificar su política de contratar casi exclusivamente a afroamericanos, siendo Bob Karstens el primer jugador no negro del equipo en su historia y el único durante muchos años. 


Trotando por el mundo (1951-1968)

Equipo de 1954

En 1952 Saperstein propuso a su amigo, el ex jugador y ex entrenador de Philadelphia Sphas de la ABL  Louis “Red”Klotz  formar un equipo de baloncesto para servir de rival de los Globetrotters en sus giras, creando a si a los Washington Generals, el no menos entrañable equipo sparring de los Trotters que aún existe a día de hoy como equipo de exhibición. En los 50 la llegada de jugadores afroamericanos a la NBA devaluó ligeramente el valor de los Trotters como rareza deportiva al estar compuesto únicamente por jugadores de raza negra, situación que se fue acentuando a partir de los años 60 cuando la mayor parte de los equipos de la NBA estaban compuestos por afroamericanos y muchos jugadores de esta raza jugaban ya en otros países, por lo que Saperstein decidió potenciar el componte de espectáculo y comediático del equipo: en el mas puro estilo de Goose Tatum, los partidos de los Trotters comenzaron a incluir paradas de partidos en los que los jugadores “protestaban” falsamente, jugadores que se subían al tablero de la canasta, bromas a los rivales (los Generals), celebraciones histriónicas de canastas o de jugadas vistosas y un sin fin de bufonadas más que se incrementarían en el tiempo, además de los consabidos malabarismos con el balón (el celebre balón girando sobre el dedo índice) y mates y tiros espectaculares. El equipo ya no solo jugaba en EEUU sino que empezó a viajar por todo el mundo: Canadá, Alemania, Italia, Francia, México, Holanda, Suecia. Siempre acompañados por los Washington Generals en sus tours, los Globetrotters ayudaron mucho a difundir internacionalmente el baloncesto y su potencialidad como espectáculo en todo el mundo durante los 50 y 60, cuando en muchos países europeos el baloncesto era despreciado por ser considerado un deporte muy técnico y “femenino” -la manera de jugar en Europa era muy diferente a al de EEUU principalmente por la diferente preparación física y el enfoque del baloncesto como un deporte de bastante trabajo en equipo y solidario, algo que no se valoraba tanto en Norteamérica- , al mismo tiempo que el equipo jugaba en su país algún partido amistoso frente a equipos universitarios.


En 1951 el equipo llega a juagr en Roma ante el papa Pio XII, el primero de los partidos que jugará ante un Sumo Pontífice. El número de partidos-exhibición de los Globetrotters comienza a aumentar con la proliferación de giras nacionales e internacionales tras la creación de los Generals en 1952. En el periodo de 1952 a 1962 los Trotters acumularon un número escandaloso de victorias ante los Generals y otros rivales universitarios ocasionales, algo que no es de extrañar ya que el “guión” de los espectáculos de los Trotters siempre ha prefijado que los Generals han de tratar de jugar un partido normal mientras que a los de Harlem les está permitido todo tipo de “trampas” (posesiones imposibles, balones que se quedan sin juego durante largo tiempo)  e infracciones reglamentarias con el fin de entretener al público. En los 50 solo perdieron una vez, frente a los Chieftains de la Universidad de Seattle en 1952. Debido a que en dicha década casi se enfrentaron exclusivamente a los Washington Generals  y apenas jugaron frente a equipos de competición los Globetrottres no se encontraron con la derrota hasta principios de los 60 ante equipos de la liga universitaria (en 1961 llegaron a perder dos partidos consecutivos). En 1962 perdieron por primera vez frente a los Generals, que solo les ganarían en tres ocasiones más hasta 2014, algo harto difícil en los partidos show de los Globetrotters.

Wilt Chamberlain
En los años 50 debutaron o se consolidaron algunos de los mejores Globetrotters de la historia, encabezados por uno de los más grandes jugadores de basket de todos los tiempos, Wilt Chamberlain (1936-1999) Chamberlain, que terminó siendo una de las más legendarias estrellas de la NBA en las filas de Philadelphia, San Francisco Warriors y Los Angeles Lakers, llegó al equipo en 1958 tras unos increíbles años en los Jayhawks de la Universidad de Kansas en los que se convirtió en una celebridad nacional por su increíble habilidad en el juego, hasta el punto de que los equipos contrincantes tenían que desarrollar tácticas muchas veces al límite del reglamento para pararle. El pívot de 2,16 dejó la universidad antes de tiempo en 1958 y por ello no pudo fichar por ningún equipo NBA ya que el organismo no admitía a jugadores que no habían completado sus estudios. Pese a que solo estuvo un año en los Trotters, Chamberlain dejó huella con su juego (un portento físico como no se había visto nunca en ningún deporte de equipo) y sus números cómicos en los que demostraba su increíble fuerza levantando a compañeros desde el suelo y lanzándolos al aire. Otros jugadores que dejaron huella aquellos años fueron Marques Haynes (1926), que introdujo el manejo artístico del balón y rechazó una suculenta oferta de los Philadelphia Warriors en 1953, año en el que formaría el equipo de exhibición Harlem Magicians -que le valió una demanda de Saperstein por uso de una marca basada en  el nombre y el slogan del equipo (los magos del baloncesto) -  volviendo en los 70 como jugador-entrenador con casi 50 años y el polifacético Meadow “Meadowlark” Lemon (1932), que permaneció en los Trotters de 1955 a 1980 en una primera etapa y tras jugar en varios equipos de exhibición y combinados all star en los 80 y principios de los 90 se retiró en los Trotters en 1994 con 62 años. Los Globetrotters comenzaron a contratar a jugadores no solo con enormes habilidades baloncestísticas y atléticas sino también con habilidades interpretetativas y comediantes; en ese sentido Haynes y Lemon fueron globetrotters que se llevaron la palma con sus gracietas y payasadas sobre la cancha que les serviría para convertirse en auténticos showman y estrellas mediáticas en los 60 y 70. El que muchos de sus jugadores llegasen a superar los 40, los 50 o incluso los 60 años indica la peculiar naturaleza del equipo.   

En 1959 Harlem Globetrotters fue el primer equipo de baloncesto norteamericano que jugó en la URSS, invitado  por el director del Estadio Central Lenin de Moscú. El Premier soviético Nikita Khrushchev les otorgó la medalla de la Orden de Lenin y el equipo sorprendió a la fría audiencia soviética con nueve de sus habituales partidos show esta vez ante un equipo sparring formado para la ocasión llamado San Francisco Chinese Basketers. En la URSS de finales de los 50 –enfrentada a USA en plena guerra fría- el baloncesto se estaba convirtiendo en un deporte popular y el país ya era la primera potencia del basket europeo. A los rusos les pareció extraño aquel espectáculo que para ellos no era baloncesto sino circo y comedia, pero se deleitaron con las habilidades atléticas de los Trotters que podían ser aplicadas al basker soviético y al de la FIBA en general. Muchos vieron aquella estancia en Moscú de los Globetrotters como el inicio de una mejora de las relaciones entre EEUU y la URSS, algo que fue una realidad durante el mandato de Khrushchev.

Meadowlark Lemon
En los años 60 las giras internacionales se hicieron cada vez más frecuentes así como el número de partidos anuales, llegando a superar los 200 por año. Los Globetrotters llegaron en esa década a varios países de Sudamérica, Reino Unido, Grecia, España, Checoslovaquia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Japón… El equipo era además una empresa muy rentable que iba obteniendo cada vez mayores ganancias. Ya a finales de los 60, en una época en la que el baloncesto había cogido un gran impulso en Europa continental aunque sin llegar a la popularidad que adquiriría en los 80,  los Harlem Globetrotters era el equipo de basket nortemericano más conocido en todo el mundo -merced a sus giras-, más que cualquier equipo NBA ya que  por entonces no existía fuera de USA el interés en la liga profesional americana que comenzó a explotar a finales de los 80. Durante esos años, además de veteranos como Meadowlark Lemon, alcanzaron notoriedad dentro del equipo gente como Connie Hawkins (1942), ala-pivot que jugó entre 1963 y 1967 y que en los 70 triunfó en la NBA en los Suns, los Lakers y los Hawks; Hubert “Geese” Ausbie (1938) que jugó 24 años entre 1961 y 1985 y que se convirtió en uno de sus jugadores franquicia más carismáticos; y el gran showman Fred “Curly” Neal (1942) pionero en afeitarse la cabeza en el basket afroamericano (se el apodaba “ricitos” con sorna) y el gran malabarista del equipo entre 1963 y 1985. No solo Saperstein llegó a sentarse en el banquillo, durante algunos años en los 50 y 60 gente como Henry "Dutch" Dehnert o Elmer Ripley dirigieron el equipo. Los Harlem Globetrotters habían ayudado además a normalizar la presencia de la población afroamericana dentro del deporte profesional y desde luego que fueron los grandes pioneros en demostrar la innata habilidad de las personas de raza negra en el basket. No obstante, debido a la comicidad a veces infantil de sus espectáculos obtuvieron muchas críticas entre la población afroamericana que les acusaba de entretener a la población blanca con gracias propias de las minstrel comedies y comportamientos estúpidos que ridiculizaban a la población negra. Así, los defensores de los Derechos Civiles en EEUU en los 60 se dividieron, por un lado algunos pensaban que los Trotters eran un grupo de negros que trabajaba para un amo blanco como Abe Saperstein, y por otro se consideraba al equipo como una buena muestra de la lucha por la integración y la equiparación de los derechos de la población afroamericana con los de la caucásica. Con todo, a finales de los 60 y principios de los 70 los Globetrotters se habían convertido en un referente para los jóvenes norteamericanos de raza negra más allá de todo aspecto deportivo o de entretenimiento.   

El 15 de mayo de 1966 fallece Abe Saperstein. El equipo continua su andadura siguiendo el legado de Abe. Los Globetrotters terminan la década de los 60 con el status de un símbolo norteamericano. Desde los 50, se produjo un fuerte merchandising del equipo que incluía posters, balones o juguetes además de rodarse dos películas sobre el equipo The Harlem Globetrotters (1951) en el que intervenían los miembros del equipo en aquella época entre ellos Haynes y Tatum y su secuela Go Man Go!  en donde aparece un joven Sidney Poitier (en ambos filmes Saperstein es interpretado por actores profesionales). Una versión silbada de 1949 de Sweet Georgia Brown, un tema clásico jazz se convierte desde los 50 en la música que acompaña las presentaciones del equipo y hasta día de hoy es el entrañable “tema de los Globetrotters”.


CONTINUARÁ