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y 1/2
Esta
resultando el fenómeno tanto cinematográfico como editorial de los últimos años
en Dinamarca la saga literaria ahora convertida en cinematográfica Departamento Q, serie de libros de
intriga policial creada por el escritor Jussi-Adler Olssen también editada en
España que desde 2013 el cineasta Mikkel Nordgaard se ha propuesto en trasladar a la pantalla
comenzando con Misericordia (2013),
solo hace un mes estrenada en la península, a la que sigue este segundo título
de nuevo protagonizado por los dos policías de Copenhague responsables del
Departamento Q dedicado a los casos sin resolver: el alcohólico y embarullado
pero perseverante y hábil inspector Carl Morck (Nikolaj Lie Kaas) y su ayudante
de origen árabe Assad (Fares Fares, también visto en El Niño 44). Nordgaard, con una estética sórdida, nocturna y sucia
deudora del David Fincher de Seven y
ciertos aspectos conceptuales del Kubrick de
La Naranja Mecánica
realiza un interesante trabajo desde el
punto de vista cinematográfico con un estilo narrativo que sin echar mano del
suspense fácil (en realidad el enigma del crimen que centra el argumento se
sabe casi desde el principio) ni del ya repetitivo hieratismo funcional del
thriller nórdico, adapta una historia interesante de principio a fin en donde
ocupa un lugar central una reflexión muy inquietante sobre la maldad humana y
su origen y límites así como su trivialidad que deja bastante mal cuerpo.
La
investigación sobre la verdadera autoría del asesinato de dos adolescentes
mellizos en un elitista internado acaecido veinte años atrás hará que Morck y
Assad se topen con la cara oculta del mundo del triunfo, de la riqueza y del
éxito profesional cuando los resultados de las pesquisas lleven hasta un joven
e influyente magnate ex alumno de ese internado que parece tener muchas cosas
que ocultar. Por supuesto la investigación no será un camino de rosas
precisamente y pronto saldrán a la superficie
relaciones entre profesores y menores, bulling escolar salido de madre, violaciones,
millonarios corruptos, abuso de poder, celos y planeando sobre todo esto un
gusto irracional por el mal y la violencia que parece ser la mecha que ha
prendido todo. Buenas interpretaciones y momentos muy logrados en un thriller
tal vez rutinario pero en cierto modo sorprendente.
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