***
Nick
Hornby, escritor y guionista norteamericano cuya obra se ha llevado al cine en
los últimos años en varias ocasiones (Alta
fidelidad) cuando no ha escrito más que interesantes guiones originales (Alma Savaje) aunque algunos como el
citado basados en novelas ajenas, no suele defraudar a la hora de presentar
historias plasmadas en imágenes y esta vez tampoco ha sido una excepción en lo
concerniente a la adaptación que ha realizado de la novela de Colm Tóibín. Un
retal de la historia norteamericana e irlandesa del siglo XX que usando una
historia de amor nos habla de la íntima relación entre ambos países basada en
la inmigración masiva de la ciudadanía de Eire hacia los EEUU durante la mayor
parte del siglo XIX y XX. Ambientada a principios de los años 50, Brooklin nos habla de forma muy sencilla
pero efectiva de las ansias y las esperanzas de los inmigrantes europeos en
Norteamérica y en Nueva York más concretamente (con el barrio inmigrante de
Brooklin convertido en una metáfora) , expresados en la historia de la joven
Eilis (una encantadora Saoirse Ronan) una irlandesa que abandona su pueblo
dejando atrás a su madre viuda y a su hermana y que tras el desarraigo de los
primeros días logra encontrar la estabilidad y la esperanza gracias a su
relación con el joven italoamericano Tony (Emory Cohen), miembro del otro
colectivo protagonista de la inmigración europea a USA. Pero el fortuito
regreso temporal de Eilis a Irlanda la pondrá frente a frente con una doble
cuestión: la renuncia o no al “sueño americano” y la fidelidad de sus
sentimientos hacia Tony.
Con
una puesta en escena muy cuidada y una fotografía vistosa aunque algo relamida,
la película resulta interesante en todo momento pese a algunos altibajos y en
lo un tanto forzado de su mensaje final. La historia de amor entre los
protagonistas no siempre está bien tratada y el inesperado triángulo
sentimental que surge en al segunda mitad del metraje a veces peca de poco
creíble por el impreciso comportamiento de la protagonista. Por lo demás buena
ambientación, esforzadas interpretaciones y un retrato más bien verista tanto
de Brooklin y Nueva York como de la
Irlanda de provincias de mediados del siglo XX no exenta de
concesiones en forma de tópicos. Un filme tan bonito de ver como inofensivo que
por lo menos anuncia lo gran intérprete que puede llegar a ser Saoirse Ronan:
sin ella esta película hubiese sido otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario