*** y 1/2
Buena noticia que en el cine español se hagan comedias
ambiciosas, inteligentes y llenas de buenas intenciones como el nuevo filme de
Javier Fesser, un director que en su momento se postulaba como una gran promesa
gracias a su dominio de la imagen y su habilidad para recrear fascinantes
escenas, imposibles y asaz surrealistas inspiradas en el cómic y en los dibujos
animados, como ya demostró en su ópera prima El milagro de P.Tinto (1998). El hecho de que en 20 años el
director madrileño haya dirigido sólo cinco largometrajes (uno de ellos de
animación) y que hasta el momento no hubiese respondido a las altas
expectativas en él depositadas ha sido algo bastante desconcertante aunque este
nuevo filme, que tal vez sea el mejor de cuantos ha hecho, podría cambiar su
errática trayectoria. Campeones, una
comedia-drama con espíritu de feel good movie y en donde aquel elemento
caricaturesco y disparatado de sus comienzos se encuentra ausente - aunque no
así su tebeístico y divertido manierismo iconográfico deudor de la escuela
Bruguera, aunque aquí mucho más contenido- tal vez no sea una película redonda
y el buenrrollismo de su guión pueda ser impostado a veces, pero un filme en
donde intervienen un buen plantel de actores no profesional con discapacidad
intelectual y que además reivindica sin tópicos manidos ni sensiblería las
capacidades de estas personas y el obligatorio encuentro e integración de los
diferentes por parte de los “normales” es más que un logro que Fesser lleva a
buen puerto con un buen trabajo tanto desde el punto de vista cinematográfico
como del narrativo.
Un actor con tantos recursos como Javier Gutiérrez era
una opción ideal para centrar argumentalmente esta película en donde su
personaje experimenta un proceso de cambio personal bastante significativo.
Utilizando la siempre fértil estructura de película de logros deportivos con el
baloncesto como elemento central - un deporte que siempre ha dado interesantes
momentos a la historia del cine y respecto a esto este filme se remite mucho a Hoosiers(1986) - vemos la maduración de
un hombre egoísta e inmaduro cuyo forzado trabajo con discapacitados logra
centrar su errática existencia mientras que sus nuevos pupilos consiguen a
través del deporte sentirse útiles y alcanzar metas en todos los sentidos que
ni ellos mismos esperaban. Gutiérrez interpreta a Marco Torres, entrenador
ayudante del Estudiantes madrileño (entrañable club, por cierto) que es
expulsado por agredir al entrenador principal (Daniel Freire) y provocar un accidente
de coche por conducir borracho, hecho que le acarrea una condena judicial de
realizar servicios sociales con personas con discapacidad intelectual en una
humilde asociación de un barrio madrileño. Su reticencia y desdén inicial
pronto se tornará en pasión a medida que conoce a sus diez nuevos jugadores,
nueve chicos y una chica con diferentes tipos de deficiencia y situaciones
personales que se convertirán pronto en estrechos cómplices vitales, al mismo
tiempo de que también trata de reconducir la relación con su ex mujer Sonia
(Athenea Mata). Hay muchos momentos divertidos y emotivos con épica cotidiana
en donde brillan los actores discapacitados de manera convincente y entrañable
mostrándonos toda la realidad de estas personas tanto a nivel social como
personal: un diez para ellos. El filme,
obviamente, no está exento de crítica social con bastantes tirones de orejas y
una significativa mención a un vergonzoso hecho real que ocurrió en los Juegos
Paralímpicos de Sidney de 2000 y que dejó a la delegación española como unos
auténticos trileros. Javier Fesser tiene recursos para ser el Terry Gillian
español, pero más allá de eso, Campeones es una buena muestra de cómo se puede
hacer una comedia diferente y que cumple en diferentes frentes.
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