*** y 1/2
Ciencia ficción-fantasía inusual y con premisa curiosa
que podría convertirse en una película de culto aunque puede que no sea del
gusto de los seguidores más acérrimos de las películas de invasiones extraterrestres
ya que se apuesta por una vía de expresión más bien cercana al drama, sólo hay
lo justo de acción, escasea la violencia y como rasgo más singular, apenas hay
diálogos. Si, por que en este filme dirigido y protagonizado por el
actor-realizador John Krasinski se habla lo justo y casi toda la comunicación
es en lenguaje de signos por razones de la historia. Lo que se nos cuenta es el
esfuerzo de una familia norteamericana por sobrevivir a una invasión alienígena
(de la que apenas se nos dan datos) en donde una raza de extraterrestres
invasores depredadores carnívoros ciegos
se guían por el sonido para capturar a sus víctimas humanas, lo que obliga a
los supervivientes de la depredación -que se supone ha habido antes de los
acontecimientos del guión- a moverse sigilosamente, no hacer apenas ruido y
hablar sólo en idioma de signos. Es por tanto un drama-thriller con elementos
psicológicos y familiares que para captar toda su esencia y disfrutar
plenamente de ella es preciso seguir la historia con atención, tener empatía
con la angustia de los personajes (algo que se consigue sin mucha dificultad
dado el buen pulso narrativo del filme y el trabajo de los actores) y no
esperar una película fantástica al uso.
La comunicación y sus problemas, el miedo y el
instinto de supervivencia son los tres temas principales que toca este filme,
con el trasfondo de las relaciones de padres e hijos de fondo, elemento este
último que dispensa algunos de los elementos más logrados y emotivos de la
cinta sin olvidar algunos intensos segmentos de intriga que consiguen meter al
espectador en un puño. Los Abbot (John Krasisnski y Emily Blunt), un joven
matrimonio con tres hijos pequeños trata de buscar un lugar seguro para
refugiarse de los voraces monstruos extraterrestres tratando de no dejar pistas
de sonido. Desgraciados acontecimientos hacen que las relaciones sean difíciles
en especial entre Lee, el padre y su hija Regan, que es sordomuda y la razón
por la que su familia conoce el lenguaje de signos (Millicent Simmonds, sorda
en la vida real y la revelación en El
Museo de las Maravillas). Sin sustos fáciles, con pocos efectos especiales,
sin recursos de terror de serie B y si con cierto halo de cine independiente y
por que no, de western, esta película demuestra que una película de ciencia
ficción puede funcionar perfectamente como un buen melodrama sin abandonar los
elementos que se le presuponen al género. El reparto funciona
extraordinariamente bien destacando especialmente sus intérpretes infantiles.
Tal vez sobra un diseño de los extraterrestres que recuerda demasiado al de
Alien, pero todo lo demás brilla en su plenitud. Recomendable tanto a
seguidores del fantástico como a los que no sean fans del género.
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