*** y 1/2
Últimamente los boipics sobre personajes inusuales y/o
controvertidos, independientemente del grado de fama que llegaron a adquirir,
son bastante habituales en el cine, hasta tal punto que esa explotación
mainstream en el caso de las semblazas de arquetípicos rebeldes, malditos o
transgresores muchas veces hace que ciertas historias pierdan encanto. Pero la
virtud de esta cinta dirigida por Gus Vas Sant es que además de acercarnos a la
figura de un curioso personaje prácticamente desconocido fuera de EEUU nos
presenta una historia que huye de la catalogación y que no se queda con ningún
registro fácil navegando entre el drama, la comedia gamberra, al nostalgia de los
70 y 80, la crónica de superación y la crítica social y todo ello de una manera
lo suficientemente distante para no resultar nada sentimental en sus momentos
teóricamente melodramáticos y si
enormemente ácida e irónica. John Callahan (1951-2010), un dibujante y
caricaturista tretrapléjico con pasado alcohólico y difícil que además de
superar sus adicciones y limitaciones se convirtió en un referente del cómic y
del humor gráfico más políticamente incorrecto en los EEUU de los 80, es el
sujeto de este brillante biopic, un proyecto que Van Sant alumbró en los 90
junto con el fallecido Robin Williams- quien iba a interpretar a Callahan- y
que ve por fin la luz con un Joaquin Phoenix una vez más pletórico y
demostrando lo buen actor que es más allá de sus rarezas personales y su
errático comportamiento público.
Con una perfecta ambientación en los 70 y 80 y un
estilo narrativo no lineal pero efectivo y adecuado, la historia personal de
John Callahan se nos presenta como la usual crónica del perdedor del sueño
americano, en este caso redimido a última hora, pero sin caer en lo fácilmente
melodramático ni en la autocomplacencia. La ironía se agradece en la distensión
del drama y en ese sentido la interpretación de Phoenix es fundamental para
llegar con credibilidad y por que no, una sonrisa, a momentos más bien crudos.
Callahan, un personaje contradictorio y oscuro del que en todo el filme se nos
cuenta con cuentagotas su pasado- por que lo que importa es el momento presente
narrativo- resulta en la piel del actor
algo sencillamente sobrecogedor, apabullante y carismático siendo casi
imposible que el espectador no simpatice con él. Con secundarios como Rooney
Mara, Jack Black o un irreconocible Jonah Hill, el filme es una perfecta
contracrónica americana donde tal vez
sobra una tendencia a la glorificación de la autoayuda y algún momento
demasiado convencional sobre el alcoholismo del protagonista. Un acierto que se
nos muestre- de forma animada la mayoría de las veces- los chistes de Callahan
para la comprensión del alcance del personaje.
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