****
Pequeña sorpresa la de esta película británica que
burla burlando ha conseguido encandilar a crítica y público (aunque este último
a mediana escala) con su curiosa mezcla de drama social y la música de Bruce
Springsteeen, ahora que están tan de moda los musicales con canciones
preexistentes y los homenajes cinematográficos a estrellas del rock. Este inusual
encuentro entre el primer Stephen Frears (o ya si me apuras Ken Loach, aunque aquí
la orientación es mas bien comercial) dentro del mundo proletario del Reino
Unido y el universo iconográfico de la música
del norteamericano Bruce Springsteeen repleto de caravanas habitadas, obreros
de refinerías, camioneros del medio oeste y losers urbanos (lo que cinematográficamente
nos remitiría a los Scorsese o Ashby setenteros) se ha saldado con una
credibilidad total que pone de manifiesto varias cosas: la universalidad de las
letras del Springsteen más social y urbano (aunque este profundamente adscrito
a la realidad estadouinidense), el carácter conciliador y global de la música, y
como las diferencias y barreras culturales pueden romperse de la manera más
inesperada. Y además, Blinded by the light
no se queda solo en eso, triunfa y entusiasma como un áspero pero lleno de
esperanza drama social, resulta cien por cien convincente a al hora de retratar
la realidad de una ciudad obrera de UK a finales de los 80, muestra con honestidad
y sin cortarse un pelo la difícil situación de la minoría pakistaní en las
islas británicas, es una ejemplarizante historia de superación personal y sin
duda alguna hará flipar a los fans del boss con la profusión de sus canciones
en el filme, todas ellas versiones originales. Esto se ha lograda principalmente
porque este filme es una historia biográfica, la de su guionista, el periodista
británico de origen pakistaní Sarfraz Manzoor.
La directora angloindia Gurinder Chadha (Quiero ser como Beckham, 2002) parecía una
realizadora idónea para plasmar en imágenes parte de la adolescencia de Manzoor
en al ciudad de Luton y ha cumplido con las expectativas firmando su mejor película.
El trasunto de Sarfraz Manzoor es este filme Javed (Viveik Kalra), un chaval de
origen asiático que en 1987 no se siente nada a gusto ni con su familia, que no
ha acabado de integrarse en la sociedad británica y vive apegada a las
tradiciones pakistaníes detestando cualquier aculturación occidental, ni con su
entorno como adolescente, despreciado por muchos por ser un Paki y temeroso, como el resto de
inmigrantes y originarios asiáticos, de las acciones de los fascistas del National
Front todo ello dentro de la depauperada clase trabajadora de la Gran Bretaña de Margaret Tatcher
y sus abominables medidas económicas. Un amigo sij, Roops (Aaron Phagura) le presta
unas cintas del boss, cantante que él apenas conoce, y con sorpresa contempla
como en las letras de sus temas están las respuestas a muchos de sus miedos e
inquietudes pese a la distancia cultural entre el Reino Unido y Estados Unidos
y su condición de asiático en un mundo de caucásicos. Sarfraz, que aspira a ser
escritor y entrar en la
Universidad de Manchester, accede entonces a un nuevo mundo
mientras su personalidad se empodera y vence a sus temores, empezando por la
difícil relación con su familia e incluyendo la relación con la decidida Eliza (Nell
Williams). Una cuidada ambientación ochentera -en donde además de canciones de
Bruce hay otros temas de otros artistas de la época- y un montaje dinámico pero
tal vez sobrado de golpes de efecto hacen de este filme una deliciosa experiencia
cuyo pero sería una falta de riesgo y concesiones a la comercialidad. Pero realmente
su visión hace subir el ánimo, palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario