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Si se contempla esta película como un mero homenaje al
género de ficción detectivesca y de investigación de crímenes la verdad es que
cumple todo lo que se espera de ella y además con solvencia: reparto coral, escenario
único, ambientación aristocrática, un whodunit en el que el espectador se ve
entregado en su resolución, un asesinato indescifrable, diferentes arquetipos
en los personajes y todo muy bien narrado y con sus golpes de efecto, aunque a
decir verdad sin arriesgar nada. Rian Johnson, que busca su lugar como creador
de culto tras la serie Breacking Bad y
el filme de ciencia ficción Looper
(2012) con la discutible aportación a la saga Star Wars con Los Últimos Jedi (2017) como último
trabajo antes de este, ha producido, escrito y dirigido un filme claro pastiche
de las creaciones de Agatha Christie (en especial de las novelas protagonizadas
por Hércules Poiriot) que puede dejar indiferentes a los espectadores más
exigentes incluso dentro del género detectivesco precisamente por su tono manierístico
y a veces paródico pero esa es precisamente su intención, la de ofrecer un
inteligente y sofisticado divertimento para amantes y nostálgicos de las
historias de crímenes de toda la vida. Con un cast eficaz y una muy buena
puesta en escena con la teatralidad que exige la empresa el filme sin embargo
se queda corto y no consigue llegar a ninguna cota que lo alce como gran película.
La misteriosa muerte-aparentemente por suicidio- de un
anciano y millonario escritor policíaco, Harlan Thrombey (Cristopher Plummer)
justo un día después de su cumpleaños, pone en jaque a su extensa familia y a
su joven y fiel cuidadora Marta (Ana de Armas) en donde, con el trasfondo de
una polémica herencia, todo el mundo que se encontraba con Thrombey la noche
anterior es sospechoso de asesinato. La policía junto con la inesperada
colaboración del irónico detective privado Benoit Blanc (Daniel Craig)
interroga a familiares y servicio y todo
parece apuntar a una elaborada maquinación. Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Katherine
Langford, Chris Evans, Toni Colette y Michael Shannon son otros de los intérpretes
en este inteligente divertimento que entre el thriller detectivesco y la
comedia parece tomar de forma burlesca algunos elementos de las lujosas soap
opera televisivas ochenteras además de cualquier tópico del género negro. Curiosa
y entretenida.
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