*** y 1/2
Un drama muy efectivo e insólito en su planteamiento el
que nos ofrece esta película francesa en donde recurriendo a un tema-tópico bastante
explotado como es el de la soledad del astronauta se consigue un enfoque diferente
y sobre todo realista. La directora Alice Winocour ha querido hacer un homenaje
a las mujeres astronauta que a lo largo de la historia además de conseguir un
hito en la lucha por superar los estereotipos laborales femeninos lograron llevar
a buen puerto su papel de madres pese a todo lo que supone estar largo tiempo
en el espacio lejos de familia y seres queridos. El personaje de Sarah, una
astronauta francesa que consigue su sueño de salir al espacio mientras que su
hija de 7 años Stella, que asiste al proceso de preparación de su madre para el
viaje espacial, no comprende porque su madre la va a dejar durante tanto tiempo,
es el prácticamente el único elemento alrededor del cual pivota este drama
intimista en que se refleja muy el siempre complejo mundo de la infancia ante
los vicisitudes de los adultos y el no menos intrincado universo de las
relaciones entre padres e hijos de corta edad. Eva Green, una de las actrices europeas
con mayor proyección internacional del momento, regresa al cine de su país tras
varios filmes en Hollywood y lo hace con su mejor interpretación hasta el momento.
Una muestra de madurez y profesionalidad la de esta mujer que sigue creciendo
como intérprete.
El mapa de sentimientos internos de Sarah desfila ante
el espectador durante su estancia en Rusia preparándose par aun viaje espacial
que es para ella más desafiante de lo que puede parecer en un principio ya que
su papel como madre se encuentra en una encrucijada. La pequeña Stella (Zélie
Boulant, enorme la joven actriz) comienza a sentir un vacío casi equiparable al
miedo al perder para siempre un ser querido, algo en lo que influye el hecho de
que sus padres se encuentren separados circunstancia que también influye en la
percepción que Sarah tiene de si misma como persona y madre. La situación,
complejísima ya desde su punto de partida, requerirá de lo mejor de si misma
para Sarah.
Con un ritmo narrativo pausado pero adecuado para la
historia y además mostrando de manera muy real el mundo de los entrenamientos para
los viajes especiales, la película es una pequeña delicia que demuestra como se
puede contar un gran historia realista e intimista con material muy heterogéneo
y escasamente explotado. Puede que personajes como el de Matt Dillon, que
interpreta a Michael un astronauta norteamericano compañero de misión de Sarah,
estén metidos con calzador, pero Próxima consigue fielmente su propósito de ser
una película conmovedora y efectiva.
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