*** y 1/2
El cine de género sigue evolucionando positivamente en España. Ya se puede decir que se hacen buenas películas de thriller, acción o fantasía con personalidad propia y recurriendo mínimamente a clichés anglosajones aunque persistan algunos tics que parece difícil prescindir de ellos; en este sentido No Matarás es una película de suspense envolvente y apasionante, tal vez sin un ritmo constante pero con un guión sencillo aunque lo suficientemente sólido para atrapar al espectador. David Victori se estrena como director de largometrajes después de dirigir cortos y televisión (Pulsaciones) y demuestra talento con este relato cuya acción se centra en unas pocas horas y que apuesta por el drama la angustia psicológica rehuyendo de golpes de efecto y de violencia barata aunque a decir verdad esta última abunda sobre todo en la parte final del filme, sin bien su magistral tratamiento y rodaje (coreografía y escenificación al más milimétrico detalle y realismo) la convierten en todo un espectáculo para los ojos. Pero la efectividad del film no hubiese sido el mismo sin la genial interpretación de Mario Casas, que poco a poco va subiendo sus enteros como actor y nos regala su mejor actuación hasta la fecha como un joven normal que se ve súbitamente metido en un desagradable embolado con un asesinato por medio del que él es culpable casi sin quererlo.
El desquiciado retrato psicológico momentáneo del Dani, el protagonista, y su descenso a los infiernos morales e internos al verse inesperadamente como un asesino es la base del filme, al tiempo que plantea cuestiones éticas y morales por medio del personaje principal que prácticamente deja sin respuesta en lo que a él atañe, pero es precisamente esa angustia vivida por él lo que el espectador capta gracias a la interpretación de Casas y en ese sentido la película no puede resultar más brillantemente desasosegante. El thriller, que en la película es puro y duro, en realidad es una excusa estilística para mostrarnos una inquietante narración interior que no deja indiferente. Junto con Mario Casa brilla la joven Milena Smit como Mila, una inquietante muchacha aparentemente al borde del colapso emocional que será la provocante y catalizadora de la acción: un papel difícil que Smit sencillamente borda. Por otro lado se encuentra Laura (Elisabeth Larena), la hermana abogada de Dani que intenta socorrer a su desbordado hermano con una ingeniería legal que parece chocar con la realidad y con las consecuencias de todo lo que sucede. Rodada principalmente de noche (y con ciertas reminiscencias e algunos momentos a Blade Runner) y con un montaje a veces frenético y otras contenido, No Matarás sin ser una absoluta obra maestra muestra la madurez del cine español a la hora de conseguir productos competentes y de vocación internacional que aúnan calidad y comercialidad.
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