domingo, octubre 25, 2020

FALLING

 


 ****                                                                                              

El debut detrás de las cámaras de Vigo Mortensen ha resultado ser un muy grata sorpresa y el intérprete americano-argentino-danés se postula como un director competente pese a lo tardío de su estreno como realizador. La vejez, las relaciones familiares, el peso del pasado, el amor paternofilial y la pesedumbre de la decrepitud física y mental son los ejes temáticos de este competente drama que no rehúye a la crudeza y se muestra poderosamente atrayente para el espectador. Un padre octogenario con demencia senil, Willis Peterson (Lance Hendricksen) complica cada vez más la vida y los sentimientos de su hijo a su cuidado, John (Mortensen), un piloto de avión cincuentón que además de con su padre convive con su marido Eric (Terry Chen) y su hija. Willis mantiene continuas pelas con su hijo que él y su familia intentan capear con estoicismo, pero las alusiones a eventos del pasado de la familia a la situación actual de John y sobre todo a las propias dudas y remordimientos del propio Willis hacen que su hijo sienta un profundo malestar y que al relación con su padre, difícil desde su infancia, continúe agrietándose más si cabe. Por medio de flashbacks conocemos las circunstancias vitales de un joven Willis (Sverrir Gudadson) con John: un hombre estricto, machista, déspota con su mujer (de la que terminó divorciándose) y sobre todo egoísta y orgulloso. John jamás toleró las actitudes y la trayectoria vital de su padre (que apenas aceptó la homosexualidad de su hijo) pero en el ocaso de su vida siente el deber de ayudarle.

El filme refleja excelentemente los sentimientos encontrados y las dudas del personaje del hijo, un hombre condicionado por la imperfecta figura paterna; para ello los abundantes saltos atrás en el tiempo cumplen una función narrativa fundamental que la película explota con maestría yuxtaponiendo de manera casi de espejo con la línea temporal en la que se narran los hechos de la historia. La interpretación de Lance Hendricksen es impresionante y conmovedora con un Vigo Mortensen que también echa el resto en una de las mejores interpretaciones que se le recuerdan. Hay mucha tensión dramática en las escenas entre los dos personajes principales y en las de las reuniones familiares (muchas familias en situación similar probablemente se verán reflejadas) con el momento culminante de la tensa discusión final entre John y Willis. Filmada con delicadeza pero de manera firme y sin edulcorantes este es un drama auténtico muy recomendable para cualquier amante del cine como reflejo de al realidad.

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