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La sorpresa en la cartelera del mes de agosto ha
venido desde Dinamarca: La cinematografía de este país- en alza en cuanto a su
reconocimiento internacional se refiere- últimamente regala filmes
verdaderamente interesantes (veáse la reciente y estupenda Otra Ronda) pero en esta ocasión ha logrado superarse con un filme
imprevisible, jugoso y con varios mensajes centrados en la crítica de la
sociedad actual y el efecto de la cultura de la violencia en el individuo. En engañoso
envoltorio de comedia cubre un drama tan inhóspito como incómodo que trata de discurrir
con trampantojos de thriller y cine de
acción. Al final, un pastiche de géneros tan aparentemente espeso como en realidad
efectivo y sugerente en donde los personajes y su caracterización cumplen una
función esencial en el fin último de la peli que es el de mostrarnos las
contradicciones de la lucha por un fin común y la verdadera naturaleza de
muchas finalidades y del trabajo en equipo. El mérito para que todo esto haya
llegado a buen parte reside en buena parte en un sensacional reparto de lo
mejorcito del cine nórdico (se trata de una coproducción entre Dinamarca y Suecia)
encabezado por el rostro de modo de esas
latitudes, leáse el genial Mads Mikklesen, cada vez más omnipresente.
Anders Thomas Jensens demuestra ser un director con recursos y logra un brillante espectáculo cinematográfico cuya grandeza reside curiosamente en intentar parecer un filme modesto y sin nada de glamour (en Hollywood hubiesen hecho una cosa muy diferente con una historia parecida): personajes inadaptados y outsiders, situaciones realistas y al límite, momentos patéticamente tragicómicos en los que no se sabe si reir o si llorar, además de un transcurrir de la acción imprevisible y con muchas vueltas de hoja. El accidente en un tren de Cophenaghe en donde fallece la esposa de Markus (Mikkelsen), un militar estricto y pelín cafre es el punto de partida de la historia en donde Otto (Nikolas Lie Kaas) un desastroso y nerd matemático, Lennart (Lars Brygmann) un peculiar informático,y Emmenthaler (Nicolas Bro) un hacker bastante tosco descubren que el accidente es en realidad un atentado provocado por una banda de delincuentes para asesinar a otro en un ajuste de cuentas. Los tren se ponene en contacto con un Markus ya con bastantes problemas derivados de su conflictiva hija adolescente Mathilde (Andrea Heick Gadeberg) quien decide vengarse de dicha banda. El convertir en héroes protagonistas precisamente a unos antihéroes cargados de defectos y “taras” es otro de los grandes aciertos de un filme decidido a reinterpretar las reglas canónicas de diferentes géneros. Cada uno de los roles tiene también inquietantes historias de fondo que el guión pasa muy por encima pero que resultan sorprendentes cuando salen a la luz en algún momento. En fin, que poco se puede reprochar a una gran película que con sus múltiples y un tanto enmarañados - pero bien dispuestos- niveles de lectura, da que pensar, divierte y ofrece una historia con mayúsculas más por su fondo que por su forma.
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