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Como uno de los episodios de espionaje más célebres de
la II Guerra Mundial, la llamada Operación Carne Picada ya se había contado
otras veces: en el cine sin ir más lejos en El hombre
que nunca estuvo allí (1956) de Ronald Neame, la adaptación cinematográfica
más celebre de una operación que si bien no resulto ser tan decisiva como otras
en aquella contienda bélica si que fue enormemente
significativa y sobre todo espectacular y novelesca por lo intrincado y
elaborado de su preparación y ejecución. En esta ocasión ha sido una novela
sobre el tema escrita por Ben MacIntrye la que ha servido de base para esta
nueva aproximación que si bien no aporta en el sentido estricto nada nuevo si
que resulta una película muy bien narrada y apasionante de seguir que lleva al género del espionaje a un lugar merecidamente
digno que rara vez se consigue en el cine actual en donde este tipo de filmes
está supeditado a la más pura comercialidad. Muy bien dirigida por el un tanto irregular
en sui filmografía John Madden, El arma
del engaño cuenta con una perfecta ambientación, un guión inteligente y muy
bien dispuesto y un buen manejo en el equilibrio entre el cine bélico, la
intriga, el cine histórico y el drama. Y por supuesto, un reparto que como toda
buena producción británica que se precie cumple con eficiencia y que está
encabezado por Colin Firth como el oficial de la inteligencia naval y cerebro
de la operación Ewen Montagu, Matthew Macfayden como el oficial Charles Cholmondeley
y Kelly Macdonald como la funcionaria del Ministerio de Guerra Jean Leslie.
Aquella rocambolesca y casi delirante operación de despiste por parte del Reino Unido para hacer creer a los alemanes que los británicos desembarcarían en Grecia en lugar de Sicilia en 1943 parece descrita con minuciosidad, elementos random que refuerzan la credibilidad de los que se cuenta y que no resultan narrativamente improcedentes, insertos de melodrama (en lo que se refiere a la vida matrimonial de Montagu y posibles affaires amorosos), subtramas bastante significativas (lo concerniente a la investigación al hermano de Montagu) y también pinceladas de humor británico. Decir que algunas escenas fueron rodadas en Andalucía (la Operación Carne Picada tuvo en la costa de Cádiz y en el gobierno franquista elementos clave) interviniendo actores españoles como Pep Tosar y Pedro Casablanc. Es cierto que El arma del engaño en su conjunto y como filme no estemos ante ninguna gran película, pero en todo momento atrapa al espectador y a fin de cuentas consigue su objetivo de contar muy dignamente una gran historia.
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