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Contra todo pronóstico esta modesta producción independiente
fantástica con tintes surrealistas ha sido la triunfadora de los Oscar 2022
(incluido el de mejor película), algo bastante inmerecido y excesivo habida cuenta
no ya solo de los filmes con los que competía sino de que sin ser una película
mediocre no se trata de una gran película que pueda clasificarse como de las
mejores del año pasado. Estrenada en EEUU en abril de 2022 y en España en verano
del mismo año el filme pasó por taquillas bastante discretamente y tuvo una acogida
de la crítica en general positiva pero para nada entusiasta; su éxito en los
Premios de la Academia ha propiciado su reestreno internacional y esta segunda
oportunidad puede que haga aumentar su rentabilidad económica más allá del
status de culto que ya ha alcanzado como el original filme de fantasía y ciencia
ficción (con tono de comedia esperpéntica) que es. Un loable esfuerzo creativo
y técnico de sus directores, Daniel Kwan y Daniel Scheinert - que ya
sorprendieron con su primera película Swiss
Army Man (2016)- que ha supuesto un filme bizarro e impredecible destinado
a impactar y a desconcertar en donde se mezcla, centrifuga, bate, superpone y regurgita
todo lo que se pone por delante,
incluida la comedia mezclada con el melodrama. Difícil a veces de seguir- y en
ocasiones de comprender- conviene no solo liberarse de prejuicios para
disfrutar de ella sino ser además un
tanto fricki de la ciencia ficción y/o
con tolerancia al Manga, el cine de artes marciales oriental, la ci-fi tipo
Matrix y entender más o menos el rollo de los multiversos.
Un reparto protagonista de origen oriental se esfuerza
en dotar de credibilidad y cierta hondura dramática (aunque sea paródica) a una
historia extravagante y de imaginación desbordada: la hongkonesa Michelle Yeoh,
el rostro más conocido del filme encarna a Evelyn, una emigrante china en EEUU
propietaria de una lavandería junto con su inepto marido Waymond (Ke Huy Quan) que
a punto de pasar una decisiva auditoria para su negocio es sorprendida por una “versión
alternativa” de su marido procedente de otro universo quien la da instrucciones
para salvar los múltiples universos de una amenaza global. A partir de allí
Evelyn “viajará” por diferentes multiversos con otras versiones de si misma, de
Waymond, de la implacable auditora
Deidre Beaurbeidre (Jamie Lee Curtis), de su hija Joy (Stephanie Hsu) y de
otras personas conocidas en display de montaje adrenalínitico, acción desbocada,
humor de brocha gorda, escatología, gore, delirio visual, surrealismo y un sinfín
de ítems. Como es de esperar los efectos visuales y el montaje se llevan la palma,
pero tampoco deben caer en saco roto un guión trabajado en su propósito de
crear multihistorias y diferentes nichos narrativos (a veces en el estilo de
aquellos libros de “Elige tu propia aventura”)y hecho para sorprender y unas
buenas interpretaciones con Oscars para Yeoh como actriz principal (si buena interpretación
pero bastante excesivo el premio), Curtis (que esta muy bien, pero tiene otras
interpretaciones mejores) y Quan, aquel niño Spielberg de Indiana Jones en el Templo Maldito y Los Goonies que vuelve a la interpretación tras varios años como
coordinador de especialitas de escenas de acción y que si que realiza una
interpretación realmente memorable.
Aunque al historia de por si es en realidad simple y tontaina los directores-guionistas han conseguido un trampantojo de complejidad que extendido a casi todos los aspectos de la película termina por dignificarla, pero también hay que señalar que no son pocos los momentos chorras sobrantes, incluso dentro de la comedia, que dan la sensación de estar ante una cierta tomadura de pelo. Un inteligente divertimento que solo el tiempo dirá si efectivamente seguirá siendo una obra de culto o caerá en el olvido.
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