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Resulta
más de lo mismo comprobar como cuando se quiere hacer desde el cine español un
producto comercial y exportable además de no exento de buen cine siempre se
caiga en los tics del cine hollywoodiense y mucho más cuando lo que tenemos
entre manos es un thriller con un serial killer por mucha idiosincrasia ibérica
que tenga lo historia y su marco. Cualquiera que haya leído alguno o los tres
volúmenes de la Trilogía de Baztán de la escritora donostiarra
Dolores Redondo- un fenómeno de ventas dentro del mundo editorial español-
sabrá que la historia que allí se contaba daba para una serie de filmes de
indudable interés comercial, y esta adaptación de la primera novela de la saga El Guardian Invisible no defrauda las
expectativas y sobre todo satisfará a los lectores del filme, pero su rodaje en
tiralíneas y el ya comentado escoramiento hacia el thriller americano de los
últimos veinte años lamentablemente nos priva de lo que podía haber sido un
excelente film con su inteligente y atractiva combinación de drama psicológico,
intriga policial, asesinatos en serie rituales, elementos fantásticos y
sobrenaturales y sobre todo una perfecta integración de un entorno más que
sugerente, el valle del Baztán en norte de Navarra, con la historia, en donde
la zona, foco de innumerables leyendas de la mitología vasca y escenario de
oscuros episodios históricos con brujería e inquisición por medio además de
poseer un vistoso paisaje boscoso propio de cuento, actúa como un personaje
más, algo que la película recoge heredado del libre y de manera harto efectiva.
Al final, nos encontramos con un interesante y apasionante thriller negro
fantástico que sin embargo peca de convencional y poco novedoso pese al
encomiable esfuerzo de producción, la esforzada dirección de ese valor en alza
que es Fernando González Molina (Palmeras
en la Nieve,
otra adaptación de bestseller español) y la excelente adaptación de guión de
Luiso Berdejo, el mejor guionista español en lo que a cine de género se trata.
El
reparto, bastante nutrido (y eso que se han eliminado personajes de la novela
original) funciona irregularmente y el peso de varios caracteres en la película
parece insuficiente y desdibujado lastrando bastante de la efectividad del
guión y del desarrollo de la trama. Marta Etura encarna con solvencia pero un
tanto forzada y maniquea a la heroína de la historia, la inspectora Amaia
Salazar, una mujer del Baztán que tiene que regresar fortuitamente y sin muchas
ganas a su pueblo Elizondo donde se está cometiendo el asesinato de chicas
adolescentes de la zona siguiendo un extraño y retorcido rito en donde hay
elementos bastante desconcertantes. Amaia se encuentra en esta inquietante
investigación con los fantasmas de un oscuro pasado incluidos angustiosos episodios
vividos en la infancia mientras que el Baztan parece irradiar en ella un
influjo mágico relacionado con leyendas de hechicería y la supuesta presencia
en el valle del Basajaun, la criatura mitológica vasca protectora de la
naturaleza. Es una lástima que salvo excepciones, como Itziar Aizpuru (descubrimiento
tardío en Loreak) o Elvira Minguez,
que interpreta a la ambigua y oscura hermana mayor de Amaia, el resto del
reparto no consigue nada especialmente memorable por culpa del ya comentado
deficiente desarrollo de muchos de los personajes, incluyendo algunos con mucho
peso específico en la novela original que aquí aparecen y desaparecen como el
Guadiana. Buena ambientación dentro de un diseño de producción esforzado y con
vocación internacional y desigualmente asimiladas influencias de David Lynch
(más el de Twin Peaks que el de Blue Velvet), David Fincher y Steven
Spielberg con mención especial al flashback final de la infancia de la
protagonista, una escena efectiva y sobrecogedora. Quedan aún dos entregas
cinematográficas más y ya veremos como salen, pero el resultado de la primera
ha sido medianamente satisfactorio.
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